La compañía resultante de esta fusión pasará a llamarse Kirsch Media, es decir, tal y como venía llamándose hasta ahora la división de TV del Grupo Kirsch. La alianza no será definitiva hasta junio del próximo año, ya que todavía queda pendiente la resolución de las autoridades antimonopolio alemanas. Con esta compra, se pone fin a años de especulación sobre la estabilidad económica de la división de televisión del Grupo Kirsch. Los directivos de ambas compañías no han emitido de momento ningún comunicado oficial que explique los detalles de esta unión. Pero los expertos señalan ahora que Kirsch Media, con un volumen de negocio anual estimado en casi 600.000 millones de pesetas, comenzará a reflotarse en bolsa y los inversores podrán confiar nuevamente en el grupo alemán. El Grupo Kirsch aportará a esta unión derechos de retransmisión bastante jugosos, entre los que se incluyen los del Mundial de Fútbol o los de Fórmula uno, así como la producción propia de series y el canal deportivo DSF. Por su parte ProSieben, en la cual el Grupo Kirsch ya tenía un 52 por ciento de participación, es el grupo televisivo que más audiencia tiene en Alemania, ya que cuenta con una cadena homónima, además de Sat1, Kabel 1 y N24, entre otros canales. Los inversores no responden Sin embargo, pese a que esta alianza estaba preparada para que en un principio ProSieben se pudiera beneficiar de toda la fuerza mediática aportada por el Grupo Kirsch, los inversores no han creído esta premisa de igual manera y han castigado a ProSieben con un gran descenso de su valor bursátil. Según los expertos, el excesivo gasto que ha hecho Kirsch para las retransmisiones deportivas ha agotado casi las arcas de este grupo. En ese punto entraría ProSieben y su saneado estado de cuentas, que sobre todo podría ayudar a financiar los planes de TV de pago del Grupo Kirsch. Pero este panorama de intercambio de ayuda ha sembrado la desconfianza entre los inversores alemanes.