Grupo Zeta, Vocento y «El Mundo», entre los aspirantes a conseguir una nueva TV analógica
La aprobación definitiva por el Congreso de los Diputados de la ley de la TDT, que en uno de sus más polémicos artículos da cobertura legal a la concesión de más televisiones analógicas, ha desatado las especulaciones sobre las empresas que aspiran a hacerse con la nueva licencia. Entre los grupos que ayer reconocieron públicamente a LA RAZÓN su interés por concurrir al próximo concurso se encuentran Zeta y Vocento. Unedisa, sociedad editora de «El Mundo», reitera su posición, que contempla dos vías para estar en el mercado analógico: que se permita a su participada, la digital Veo, transmitir transitoriamente en analógico mientras llega la digitalización o, en su defecto, acudir al concurso que convoque el Gobierno. El Grupo Zeta, presidido por Antonio Asensio Mosabh, hijo del fallecido Antonio Asensio, vendió en 1997 sus acciones en Antena 3 y desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo públicamente en noviembre pasado que no descartaba conceder nuevas licencias, no ha ocultado su deseo de volver al negocio. Un portavoz de Zeta negó ayer que haya cerrado acuerdos con otros grupos interesados, y se limitó a señalar su disponibilidad a buscar socios, sin descarta incluso la alianza con algún grupo extranjero.
Zeta busca socios Tanto Zeta como las productoras Mediapro y Globomedia desmintieron ayer la existencia de una alianza para aspirar a la futura licencia. Las citadas productoras, cuyo proceso de fusión ha entrado en la recta final, tienen posturas no exactamente coincidentes sobre un hipotético interés en la futura televisión analógica. Desde Globomedia se considera contraria a sus intereses como proveedores de contenidos su entrada en la TV. Desde Mediapro, no descartan nada, más allá de las dificultades que encuentran a una posible asociación con el Grupo Zeta, con el que las relaciones nunca han sido idílicas. Por su parte, Vocento trabaja con dos hipótesis. La primera pasa por aumentar significativamente su participación en el accionariado de Telecinco, para tener un mayor protagonismo en la gestión diaria de la cadena, ahora gobernada prácticamente en solitario por los socios italianos de Mediaset. La segunda, condicionada a que sus planes sobre Telecinco no se llevaran finalmente a efecto, pasan por vender la totalidad de sus acciones en esta cadena privada (13 por ciento) para después presentarse, ya sin incompatibilidad alguna, al concurso que convoque el Gobierno. El objetivo perseguido por Vocento en ambos casos es el mismo: tener capacidad de mando y gestión en la cadena de la que sea accionista. En paralelo, Vocento ha acordado con sus socios de Globomedia su salida de la productora, donde pese a contar con el 24 por ciento del capital no ha podido tomar las riendas de la gestión como era su deseo. El desacuerdo con su papel tras la fusión, donde su participación quedaría diluida hasta el 10 por ciento, y su deseo de hacer «caja» para acometer futuras inversiones, son los motivos de la salida pactada de Vocento de la productora que preside Emilio Aragón. En medio de este cruce de intereses diversos, cobra también interés la postura del Gobierno que, al parecer, está impulsando un acuerdo a varias bandas para que ninguno de los grandes aspirantes quede fuera. La hipótesis más extendida es que finalmente, y dadas las limitaciones del espectro, sacará a concurso una sola licencia. Los grupos Zeta y Vocento se perfilan, junto a «El Mundo» y Recoletos, como los más firmes aspirantes a acudir al concurso que próximamente convocará el Gobierno para otorgar una nueva licencia de TV analógica.