La interactividad es la estrella
Era el año 1953. Un nuevo programa infantil debutaba en la televisión norteamericana: Winky Dinky y tu. El programa no distaba de otros shows infantiles que poblaban la parrilla de programación. La única diferencia estaba en que era interactivo. Cuando Winky Dinky quería escalar una montaña por ejemplo, pedía ayuda a los niños. Rápidamente, estos pintaban una escalera en un papel y la pegaban en las pantallas del televisor. Lógicamente, la escalera aparecía y todos tan contentos. Eran los comienzos de la televisión interactiva. Rescatar a este personaje de los años 50, es sólo una parte de los planes que las grandes corporaciones tienen con la televisión interactiva. “Se trata del mayor hito en la historia de la televisión” ha afirmado Andy Beers, representante de Microsoft durante esta conferencia. Que nadie se extrañe. La apuesta que ha hecho esta compañía por su proyecto de Web TV hace que cualquier tipo de declaración sea optimista. ¿Cuánta interactividad? Quizá no todos estén de acuerdo. O al menos los asistentes intentan descubrir si la gente realmente está tan dispuesta a abrazar a la televisión interactiva. Para ello, nada como retrotraerse a ese primer intento. Los asistentes a esta conferencia pregunta ¿Qué sucedió con Winky Dinky y tu? Pues que los niños se cansaron de pintar siempre puentes, escaleras. Primera conclusión. Si el público accede a la televisión interactiva, hay que innovar. Pero qué. Esa ha sido otra de las preguntas que se han formulado. Porque a ciencia cierta, nadie ha logrado todavía definir completamente qué es interactividad. De momento, la gran mayoría plantea que los usuarios interactúen con los programas de televisión a través de Internet. Y al menos, a corto plazo, el futuro de la televisión interactiva pasará por ahí. Prudencia ¿Y qué hay para aquellos que no quieran utilizar Internet? La pregunta, lanzada en una de las mesas redondas durante esta conferencia, ha hecho que los especialistas adopten una actitud más cautelosa. Hay muchos problemas tecnológicos, derivados de los estándares de los top boxes. Otros conferenciantes han apuntado a Europa como una muestra a seguir. Por ejemplo, Sky Digital tiene ya cinco millones de suscriptores en todo el continente. A pesar de tanta desconfianza y de malas previsiones económicas, todos están de acuerdo en que la televisión interactiva avanza inexorablemente. Pero las cadenas harán la guerra por su cuenta.