Todo quedó en falsa alarma

La 'ÑBA' juega a puerta cerrada en TVE por una explosión controlada: 'Estamos estupefactos'

La selección española de baloncesto ha sido protagonista involuntaria de una de las imágenes más llamativas y atípicas de los Juegos Olímpicos de Río 2016.

El partido de la fase de grupos contra Nigeria tuvo que empezar a puerta cerrada, sin público, porque la policía brasileña localizó en el exterior del estadio un paquete sospechoso que tuvo que detonar.

Aunque finalmente se trató de una falsa alarma (en la mochila sólo había productos de alimentación), prácticamente todo el primer cuarto del partido se jugó sin aforo, en una imagen nada habitual para una competición de este calibre.

Desconcierto en un principio

Los periodistas españoles desplazados a Río que iban a cubrir el partido comenzaron extrañados por la nula afluencia de público a menos de 20 minutos para que empezase el partido. Y es que la organización de los JJOO no explicó lo sucedido para que no cundiese el pánico.

Lo cierto es que hacerlo después de que sonase una detonación no parece lo más lógico. Diferentes medios informaron de que se había escuchado una explosión, y podo después la organización explicó que se había detonado un paquete sospechoso.

Los propios jugadores se quedaron muy sorprendidos con el ruido, e incluso un militar tuvo que acercarse a ellos para decirles que estuvieran calmados, que no pasaba nada.

El partido comenzó sin público

La detonación fue apenas 10 minutos antes del comienzo del encuentro. Y el público no empezó a entrar hasta un rato después, cuando la seguridad para ellos estaba garantizada.

Así pues, y pese a las quejas de muchos periodistas españoles de por qué si aún no había seguridad para los asistentes sí hacían jugar a los jugadores, el partido arrancó sin público.

El resultado fue una experiencia muy poco habitual a este nivel de profesionalismo, ya que se podían escuchar perfectamente las voces, las instrucciones, las pisadas y los botes del balón que protagonizaban los jugadores.

Una narración un tanto desangelada

Aunque la triste experiencia sirvió para que los amantes del baloncesto disfrutasen de una oportunidad casi única, la de escuchar el sonido del baloncesto sin ruidos ni barreras, televisivamente fue más complicado.

El narrador de TVE Lalo Alzueta y el comentarista y exseleccionador nacional Pepu Hernández llevaron a cabo una de las retransmisiones a buen seguro más extrañas de su vida, sin el público de fondo para apoyar los momentos de tensión o de emoción.

Pese a las circunstancias, cumplieron a la perfección con su labor al mismo tiempo que iban informando de las novedades sobre la explosión y la entrada del público.