Floriana se lleva a casa 243 mil euros que le servirán para, como no, comprarse una casa nueva. Exuberante, lenguaraz, directa, sin prejuicios, y con una terrible historia familiar a sus espaldas, Floriana ha conseguido llegar al corazón de todos los italianos. Ha conquistado a la gente del pueblo, a los seguidores habituales de Gran Hermano pero también a los intelectuales fascinados por las historias de telerrealidad, que la consideran una representante genuina de “la verdadera” Italia. Casi once millones de italianos (10.694.000 con un 45,11% de share) vieron como Floriana, una mujer excesiva, ganaba a la estadounidense de Texas Victoria Pennington. Victoria, 20 años, 1.78 de altura, vive en Milán, soltera,tiene un novio que se llama Pasquale, y consiguió clasificarse en segunda posición con el 33% de los votos, después de haber estado con el alma en vilo durante los noventa días que ha durado el concurso porque ha batido el record de nominaciones para ser expulsada. Los momentos finales tuvieron todos los ingredientes de la telerrealidad de moda: Entró Pasquale, que le trajo un vestido de regalo; besos, abrazos, y un momento espectacular con la llegada de los padres de Victoria, desde Estados Unidos, vestidos de auténticos “cow – boys”, con el sombrero tejano imprescindible. Floriana, la auténtica “Cenicienta” Pero la concursante que ha enamorado a Italia, que ha organizado un auténtico debate nacional, que ha provocado lágrimas y alegrías y en la cual se han reflejado todos los italianos, ha sido Floriana. Su madre la abandonó nada más nacer y ella nunca la ha perdonado. Estudió para secretaría de administración, pero trabaja como camarera en un bar. Extrovertida y enérgica, Floriana ha marcado las reglas del juego y ha descolocado las actitudes hipócritas y remilgadas de sus compañeros de residencia. Ha pasado de las buenas maneras y ha conseguido sintonizar perfectamente con los tiempos que vive Italia en estos momentos. Floriana es una nueva “cenicienta”, que empezó la vida con una gran desgracia y ha conseguido arrasar con sus maneras espontáneas y directas. Nació en la miseria y se lleva ahora a casa nada más y nada menos que 243.000 euros, pero también el cariño y admiración de millones de italianos que la han adorado a lo largo de los 90 días que ha durado la aventura televisiva. Il grande fratello sigue vivo, y muy vivo. Conseguir una media de un 32% de share en su tercera edición es un récord de audiencia. Giovanni Modino, el director de Canale 5, una cadena del grupo privado de Berlusconi, ha señalado “que los datos de audiencia de esta edición están muy por encima de lo que nosotros habíamos previsto”.GH ha conseguido impregnar las portadas de los periódicos, las páginas destacadas de las revistas semanales y, sobre todo, las conversaciones en empresas, bares y centros de reunión. A Gran Hermano, en Italia, le queda larga vida.