La parte de atrás de los Iris: Lo que no te han contado de la gala
La Academia de Televisión celebró anoche en el Casino de Aranjuez (Madrid) la gala de entrega de los Premios Iris. Una ceremonia que cubrió Vertele a través la web y de Twitter desde las 21h pero que vivió in situ desde las 18.30h
La organización, en algunos momentos caótica, no impidió que la prensa pudiera recoger declaraciones de los televisivos.
“No es mi culpa...” decía una simpática Michelle Jenner, entre la espada y la pared al ver cómo le metían prisa para abandonar la zona de photocall mientras nosotros intentábamos retenerla. “Me vais a acabar odiando todos”, decía entre risas. Nosotros no, 'Reina Isabel'.
La misma lucha infernal, implícita en nuestra adorada profesión, se repitió con los siempre accesibles Anna Simon, Mariano Peña, Eva González... Algo que se habría evitado con una mejor disposición del espacio. El año que viene, seguro que lo harán.
La 'espantada' de Ana Blanco
En la otra cara de la moneda nos encontramos con televisivos más reacios a hablar. Ana Blanco recibió pletórica su Premio Iris a la Mejor Presentadora de informativos, felicidad que compartimos con ella aunque nos queda el sabor agridulce de no contar con sus declaraciones.
La presentadora, que tras 23 años en TVE lleva mil batallas a sus espaldas, huyó de los medios y no quiso hacer declaraciones. Quizás sospechaba que Somoano iba a ser Trending Topic entre nuestras preguntas, por lo que solventó con un “bien, se trabaja bien” nuestra corta charla.
Misión: encontrar agua
Llegó el momento de la gala. Mientras Mariló salía dispuesta a animar el prime time de La 2, largas colas de periodistas se agolparon en el buffet en busca de comida. Y, sobre todo, de un refresco.
Una sed que no solo sufríamos los redactores mientras cubríamos la gala, sino que también asolaba a los televisivos que buscaban agua por la sala como si no hubiera mañana. Para ser justos, finalmente todos tuvimos nuestro ansiado refresco.
Una prueba 'Masterchef' en el banquete posterior a la gala
Bueno, en algunos casos, encontramos espuma. Agolpadas en la barra para conseguir una cerveza (ya habíamos terminado nuestra jornada laboral) vivimos junto a Eva González una verdadera prueba de Masterchef.
“¡Pero niña! Con tanta espuma no!” decía la sevillana entre risas mientras la camarera no podía evitar llenar un vaso entero sin ningún rastro de líquido. “¡No puedo evitarlo! Sale así, solo con espuma!”, dijo ésta también risueña.
“Esto en Masterchef... no pasa de la primera fase”, nos dijo Eva haciendo gala de su buen juicio como cocinillas. Un divertido momento que da muestra de su cercanía.
Y llegó el adiós. Un autobús, que tras varios minutos parado, arrancó ante los aplausos de los que estábamos allí. Un gran número de periodistas que volvimos a casa con una nueva experiencia. El año que viene... más.