Especial Crónicas Marcianas

“El programa rozará el larguero pero no se hablará de sexo o política buscando la provocación”

¿Qué opinaba Javier Sardá de “Crónicas Marcianas” en sus comienzos? ¿Cómo fueron sus primeras críticas? ¿Cómo era la parrilla de Telecinco cuando llegó Sardá? ¿Cómo ha evolucionado el programa desde su estreno hasta ahora? Como reconocimiento a la aportación de “Crónicas Marcianas”, el programa que ha cambiado la manera de hacer televisión en España y que se despide mañana después de ocho años de emisión, Vertele recupera a partir de hoy una serie de artículos seleccionados para recordar los inicios del late show de Javier Sardá, toda la literatura que ha provocado desde septiembre de 1997 hasta la actualidad y hacer balance de su paso por la pequeña pantalla. LA PRIMERA ENTREVISTA QUE CONCEDIÓ AL DIARIO El PAÍS

El título de un famoso libro de ciencia-ficción, “Crónicas marcianas”, escrito por Ray Bradbury, da nombre al nuevo programa de madrugada que Tele 5 estrena esta noche. El capitán de la galáctica y televisiva misión, Xavier Sardá (39 años), se encargará de lunes a jueves de invadir el estudio con “marcianos y terrícolas en un clima de buena armonía”, según palabras del periodista catalán. Considerado como “el candidato ideal” por los directivos de la cadena para relevar a Pepe Navarro, Sardá, que la temporada pasada presentó en la misma cadena “Moros y cristianos”, no entrará en guerras sucias para ganar audiencia: “El programa rozará siempre el larguero, pero no se buscará la provocación”. ¿Cómo va a ser la madrugada de Xavier Sardá? No nos interesa tanto el bombazo informativo como crear un buen clima. Lo importante es que existan relaciones armoniosas entre marcianos y terrícolas. El programa debe ser un lugar de encuentro donde nadie se considere agredido. ¿Cómo se siente con todas las miradas puestas en usted?

Tranquilo. Llevo ya mucho tiempo en esta profesión y puedo hacer un buen papel. Por eso, supongo, me han ofrecido este trabajo. Pepe Navarro dejó el listón muy alto, pero él estaba muy solo en el horario de madrugada. De todas maneras, no tengo capacidad de vidente para predecir el futuro del programa. ¿Existe mucha diferencia entre Moros y cristianos y

Moros y cristianosCrónicas marcianas Son dos programas que no tienen nada que ver. Moros y cristianos era monográfico y Crónicas... es mucho más variado. Aborda todos los géneros televisivos y está lleno de microespacios de 10 o 15 minutos para que resulte más ágil. ¿Cuál va a ser su estrategia para conquistar al espectador?

El programa no nace con vocación de ser minoritario. No se van a escatimar esfuerzos para ser creativos y competitivos. Pero no queremos ganar audiencia con guerras sucias. Se rozará siempre el larguero, pero no se hablará de sexo o política buscando la provocación, y no por cuestiones éticas, sino porque se pueden tratar estos asuntos sin caer en el mal gusto. Lo importante no es lo que se dice, sino cómo se dice. Pepe Navarro tuvo plena libertad en el Mississipi.. ¿Gozarán las Crónicas... del mismo privilegio?

Sí, la libertad sigue siendo la tónica de la cadena. Por eso, yo seré el único responsable del fracaso o del éxito. Según Mikel Lejarza [subdirector general de Contenidos de Tele 5], usted es el candidato ideal porque aporta a la cadena talento y originalidad.

La sintonía con los directivos es muy notable, y no seré yo quien lo desmienta. Pero todo es fruto del trabajo. No estoy de acuerdo de que para hacer un buen producto hay que pasárselo bien. Yo no me lo paso bien y, además, no me pagan por ello, sino para que se divierta el público ASÍ ERA LA PROGRAMACIÓN DE TELECINCO CUANDO LLEGÓ SARDÁ

¿Cómo era la parrilla de Telecinco cuando aterrizó “Crónicas Marcianas”? El comienzo del programa de Javier Sardá, en septiembre de 1997, coincidió con el estreno en la misma cadena, que entonces dirigía Maurizio Carlotti, de la serie “Al salir de clase”. También regresaban a la programación después de las vacaciones los espacios “Día a día”, de María Teresa Campos; “Ana”, con Ana García Lozano,las series, “El súper” y “Todos los hombres sois iguales”; así como “Caiga quien caiga”, “La cocina de Karlos Arguiñano”, “Querido maestro”, “De domingo a domingo”, “Más que amigos”, la gran estrella de Tele 5 entonces: la serie “Médico de familia”. LA PRIMERA CRÍTICA DE “CRÓNICAS MARCIANAS” A continuación, el artículo titulado “¡Marte ataca!” que Ramón de España, crítico de El País, escribió sobre el programa de Javier Sardá en los días posteriores a su estreno:

Hasta hace muy poco, si uno se enganchaba a Tele 5 a últimas horas de la noche corría el peligro de sufrir un proceso de envilecimiento acelerado muy preocupante por cortesía de Tinet Rubira y su programa “El puente”. .La última vez que me quedé pegado a “El puente”, cual mosca al zurullo, presencié un juicio al padre Apeles en el que una turba de freaks, comandada por Aramis Fuster, procedía al linchamiento del cura de marras. “¡Eres un moñas!”, clamaba la adivina. “Pues tú antes de estafar a la gente eras chica de alterne”, contraatacaba el mosén. Les juro que esa noche me fui a la cama temblando, convencido una vez más de que nuestro planeta, en general, y nuestro país, en particular, vive unos días muy extraños. Ése parece ser el punto de partida de “Crónicas marcianas”, el espacio con el que Xavier Sardá intenta que las noches de Tele 5 (de lunes a jueves) sean un lugar al que no dé miedo asomarse. Xavier Sardá, no lo olvidemos, es un hombre que ya ha tenido su ración de irrealidad con “Moros y cristianos”, el programa que muy pronto herederará Jordi González (¡Dios te ampare, hermano!). Así que ha decidido ponerse el planeta por montera y plantear una perspectiva extraterrestre del mismo. En su nueva encarnación de marciano a lo Gurb, el entrañable héroe galáctico de Eduardo Mendoza, Xavier Sardá intenta desde el pasado lunes fabricar dos horas diarias de entretenimiento a base de observar a la Tierra con ironía y lo que el llama buen rollo. Loable intención, de cuyos resultados no se pueden extraer conclusiones definitivas basadas en lo visto la noche del estreno. Xavier Sardá tiene a su favor su propia persona. Es un tipo simpático, que cae bien, que trata decentemente a sus invitados y que nunca toma al espectador por tonto. En su contra, por lo menos el pasado lunes, uno detectaría una cierta indefinición del producto ofrecido, que tal vez se arregle en próximas emisiones: nuestro marciano favorito está aterrizando, y se le puede perdonar que los diferentes segmentos de su primer programa no resultaran excesivamente estimulantes (una entrevista a Maribel Verdú, un debate sobre las crisis de la pareja en vacaciones, una discusión entre un hincha del Barça y uno del Valencia, un paseo en avioneta con Miguel Durán...). A Xavier Sardá suele bastarle con ser Xavier Sardá para conseguir sus objetivos, pero esta vez ha decidido meterse en la piel de un marciano. El problema es que el espectador no acaba de saber nunca cuando está ante el Sardá-Sardá o ante el Sardá-marciano. A uno y a otro se les agradece que no hayan optado por esos temas y personajes impresentables que se habían adueñado de la madrugada de Tele 5, pero tal vez se tendrán que estrujar un poco el magín para que sus “Crónicas marcianas” resulten tan fascinantes como las que se inventó en su momento Ray Bradbury. LA DESPEDIDA DE El PAÍS, OCHO AÑOS DESPUÉS

Artículo de despedida de “Crónicas Marcianas”, publicado el domingo 17 de julio de 2005 en El País:

Javier Sardá cierra “Crónicas marcianas”. Habrán sido, en total, 1.285 emisiones; el equivalente a 3.200 horas en directo sembradas de ironía, acidez, provocación, desmesura y escándalo. Sardá personificaba la idea de “renovación” que perseguía Tele 5 en 1997, justo después de la estruendosa escapada hacia la competencia (Antena 3) de Pepe Navarro, que hasta entonces conducía el no menos irreverente “Esta noche cruzamos el Mississippi”. En Sardá se buscaba “originalidad y talento”, según dijo el entonces responsable de Contenidos, Mikel Lejarza. El periodista catalán venía de moderar el atronador griterío de “Moros y cristianos” en la misma cadena. Firmó un contrato de dos años sin saber cuál sería el futuro de “CM”. “Empezó como un programa que pretendía mirar nuestro mundo desde una perspectiva diferente, observar las cosas que pasaban en la Tierra desde un cierto distanciamiento”, escribió Sardá cuando alcanzó las mil ediciones. Elogiado por unos y vituperado por otros, “CM ” ha estado estos ocho años en la cresta de la ola. Arrinconó a medio centenar de estrenos de la competencia (La central, Póker de damas, Al descubierto, Abierto al anochecer, La escalera mecánica). Sólo Buenafuente (Antena 3) ha conseguido, este año, hacerle sombra. Pese a todo, en lo que va de curso, ha obtenido el respaldo de 1.475.000 espectadores (29,5%). Junto al éxito de audiencia, CM ha amasado altas cotas de polémica. Para unos ha sido el paradigma de la telebasura. Para otros, un formato transgresor que sólo aspiraba a ofrecer al público lo que éste demandaba: “Un sano espectáculo dirigido al entretenimiento”, dijo Sardá. A medida que la competencia apretaba, los contenidos -siempre fuera del horario infantil- se iban endureciendo con strip-teases a discreción y porno sin tapujos. Crecía el tono insultante y chabacano de los estridentes invitados y los comentaristas en nómina se enzarzaban en groseras disputas verbales. El presidente del Observatorio Europeo de la Televisión Infantil, Valentí Gómez, calificó a Sardá de “demonio” y “gran manipulador”. Pero, más allá de las críticas, Sardá ha marcado una época y acunado una cantera de personajes peculiares: Martí Galindo, Boris Izaguirre, Manel Fuentes, Paz Padilla, Rosario Pardo, Carlos Latre o Mariano Mariano (“hago personajes paralelos. Lo de paralelos, todo junto”). Por CM desfilaron tipos extravagantes como el padre Apeles o la avispada Tamara, pasando por los ex grandes hermanos o los inquilinos de Hotel Glam. El pasado abril, Sardá anunció su intención de disfrutar de un año sabático. La muerte de CM llega ocho meses después de la desaparición de su inspirador: Joan Ramón Mainat, brillante director creativo y productor ejecutivo de Gestmusic y amigo del periodista desde la juventud.

BORIS IZAGUIRRE: “Yo nunca fui a la universidad y Crónicas ha sido mi universidad”. El venezolano Boris Izaguirre se embarcó en CM en 1998 con una sección dedicada a la crítica, “muy arbitraria”, de la prensa del corazón. Había llegado a España seis años antes, contratado por la televisión autonómica gallega como guionista de culebrones. Venía avalado por su trabajo en títulos históricos: La dama de rosa, Rubí, Señora. Y se vio inmerso en uno de ellos. “Me tocó vivir la llegada de Gran Hermano y nos volcamos con apasionamiento en esa telenovela sin fin y con personajes reales”. A punto de cerrar CM, cree que el programa “ha relatado perfectamente el latir y el sentir de los últimos ocho años” y ha establecido “una relación con su tiempo y sus espectadores que será estudiada”. Admite que las críticas han llovido a caudales pero asegura que, “al final, tanta lluvia te acostumbra”. Tampoco oculta su admiración por Sardá. “Mi vida no tenía rumbo y Sardá me descubrió que podía ser un entertainment. Yo nunca fui a la universidad y Crónicas ha sido mi universidad”. Para Izaguirre, CM “ha sido un programa impecable en su factura y en su estructura, muy flexible y moldeable y con un fuerte compromiso social, como se vio cuando España fue a la guerra de Irak. Crónicas fue el único lugar público y de máxima comunicación donde la gente se oponía a la guerra”. Considera “lógico” que termine. “Hemos vivido ocho años de conservadurismo bastante aterrador y Crónicas fue una válvula de escape para una generación que ya ha crecido, es adulta y no necesita brújula”. CARLOS LATRE: “Ha cosechado críticas feroces pero la gente lo echará de menos” En septiembre de 1999 el humorista Carlos Latre entró a formar parte de CM. Sardá se fijo en él durante la presentación de un libro de Ricardo Bofill. Latre acudió como periodista de una cadena de radio y lanzó una batería de preguntas emulando a Juan Adriansens. “He crecido rodeado de la gente de Crónicas, a la que seguía en televisión desde los 18 años. En esa época yo representaba lo que ahora se llama target comercial del programa. Me encantaba. Estaba muy bien hecho y era una alternativa a Pepe Navarro cuando dejó Esta noche cruzamos el Mississippi”. En CM se ha transformado en más de 80 personajes diferentes, “de todos los colores y de todos los gustos”, desde el ministro José Bono a la pitonisa Lola. Para Latre, el programa ha conjugado show, fiesta, entretenimiento y transgresión. Ha sido la voz del “no a la guerra y sí al humor”. Reconoce que en estos ocho años el espacio ha cosechado “críticas feroces”, pero augura que “la gente lo echará de menos”. Argumenta que la televisión es el medio más democrático que existe -“se puede elegir entre muchos canales y la gente es libre de ver lo que quiera”- y dice que el programa ha combinado “el cachondeo con grandes verdades. Ha sido una ventana para explicar aspectos sociales, como la crisis del Carmel”. Crónicas ha sido el gran espaldarazo para Latre en el mundo de los medios de comunicación. Además de animar la última hora de “Buenos días”, en RNE, se ha hecho un hueco en Tele 5 con “Latrelevisión”, un espacio de humor cuya próxima edición se emitirá el domingo que viene.

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