Ramón García es el ídolo de María y, al conocerle Laura, se van los tres al parque de atracciones para complacer a la pequeña. Laura se lo comenta a Javier y éste le da su visto bueno, pero no pasará lo mismo con Teresa, que intentará sacar provecho y acusará a Laura de haber secuestrado a su nieta. Finalmente todo se arreglará, pero Teresa continuará en su empeño de enloquecer a Laura. Así, con la ayuda de Álvaro, crearán otro perverso plan, donde le tendrán que administrar a la joven un medicamento que perturbe sus facultades mentales, al mismo tiempo que Álex le dará mucho trabajo para que cada vez esté más estresada.