Raquel Sánchez Silva: “El shock inicial en 'Perdidos en la tribu' es más fuerte que en 'Supervivientes'”
“Mucha gente piensa que estoy loca por hacerme tantos viajes y ser tan aventurera”, declara Raquel Sánchez Silva (1973, Plasencia) cuando promociona la edición más dura, divertida y sexual de Perdidos en la tribu, su nueva aventura que comienza hoy en el prime time de Cuatro.
Consciente de que “el miércoles es un día muy duro para competir ante ofertas como Carmina”, se la ve ilusionada y muy implicada con el formato, “que se dirige a un público muy concreto”, no tan generalista. “En este programa he visto llorar como nunca lo había visto”, declara además en su charla con Vertele.
En el espacio recoge el testigo a Nuria Roca, “que le ha dado consejos para la nueva edición”. Silva promete estar muy activa en Twitter y salir en cada emisión con “modelos salvajes y pintas”. También admite que se muere por “viajar a la selva”, y que no dudaría en “participar con su chico” en una hipotética edición de Perdidos en la tribu.
Afirma que tendrá un especial cariño a Supervivientes, programa con “un éxito que solo se da cada diez años”, y en el que “repetiría encantada” para presentar con Jorge Javier Vázquez. “Tienes que llamarme más”, le comentó al presentador en Sálvame Diario en su visita este martes.
En diversas entrevistas ya ha aclarado que no puede decantarse por ninguno de sus programas, como Supervivientes, Acorralados o El Cubo -“Con el que me doy de tortas en audiencia, pero aprendo cada día”, pero reconoce que siempre tendrá en su corazón a Pekín Express.
No obstante prefiere abrir un nuevo capítulo de su carrera televisiva, ya que ahora su dedicación principal es su nueva aventura en Cuatro. “Siempre me moría por estar ahí con las tribus, comer lo que ellos comen, vivir como ellos, hacer las actividades que les toca a los participantes”. Y también al contrario: “Quiero Un Perdidos en la ciudad”.
¿Qué tiene la aventura para que esté siempre dentro de proyectos de ese perfil?
Todo es mucho más divertido, nunca sabes qué te va a pasar. Este tipo de programas tienen un plus, que es el imprevisto, nunca sabes qué te va a ocurrir pero ya no sólo a los participantes, sino a ti como presentadora. Antes de que la productora de Perdidos en la tribu mandara a los concursantes con los clanes, los conocí en persona, y sinceramente, te mueres por saber cómo les va cada día. Me fascina como espectadora, y como presentadora aún más, ya que lo vivo desde dentro.
¿A qué retos se ha enfrentado en su debut como presentadora de “Perdidos en la tribu” tras recoger el relevo de Nuria Roca?
Al final voy a terminar contando cosas del programa que no debo como siempre. Yo me encargué de despedir a las familias, a partir de ahí está el material. Hay un contacto con ellos diariamente, los jefes de producción que graban a cada tribu me llaman y me cuentan cómo ha ido la jornada para cada familia. Es un funcionamiento similar a lo que hacía en Pekín. El equipo me va informando y contando los acontecimientos. Pero nos han pasado muchas cosas, muchas de ellas inesperadas, pero no quiero destriparlas.
¿Entonces no ha estado presente en los momentos de grabación de los participantes?
No, no estoy allí con ellos. A mí me hubiera encantado ir, pero pensé que era mejor después de que ellos hubieran vivido la aventura. Si estuviera con ellos cada día, no sería bueno, porque se quieren implicar contigo y explicarte lo que les va pasando, y realmente eso es romper la atmósfera de soledad de las familias dentro del formato. Una cosa era mi deseo y otra cosa era el funcionamiento del programa. Si yo hubiera ido, creo que no hubiera sido bueno. Pero, ¿cuándo voy? ¿Cuando terminan? ¿Cuando empiezan? ¿Por qué un día y otro no? Me parece una decisión muy buena y acertada por parte de la productora y de la cadena. Ha sido mejor que no fuera, porque habría trastocado el formato. Hubiera sido demasiado drástico, llegar ahí y cargarme el momento de recibirlos, cuando ellos te cuentan su aventura. Una cosa es mi decisión personal y otra la decisión que se ha dado.
Se la ve muy implicada con “Perdidos en la tribu”.
Me muero por estar ahí, y comer lo que ellos comen, vivir como ellos, hacer las actividades que les toca, etc. Y también al contrario: Me muero por hacer Un Perdidos en la ciudad.
El miércoles es un día complicado en televisión. ¿Teme a la competencia?
Ahí estoy en El Cubo dándome de tortas todos los días. ¿Qué día no hay que no sea competitivo? ¿Hay alguno? Pekín Express, por ejemplo, tenía como día el domingo y luego llegó Televisión Española y te planta la película de la semana y todos a alucinar, claro. El domingo era un buen día, un día maravilloso para cerrar la semana con aventura. A mí me encantaba.
Entre la competencia, tiene entre otros a 'Con el culo al aire' o la tv movie 'Carmina' en Telecinco.
Lo sé, lo sé. Va a ser duro. Creo que hay que ser sensato y saber a qué público te diriges, qué representa ese público dentro del espectro total y qué ofreces tú. Evidentemente, nuestra oferta pretende ser diferente. Y bueno.... Que Carmina nos deje respirar, es todo lo que puedo pedir... No obstante, yo siento que hay expectación con Perdidos en la tribu. Noto que en Twitter hay ganas de ver el programa. ¿Quién tiene ganas de ver Perdidos? Sus seguidores de siempre y unos cuantos más, todos sabemos con quién nos manejamos.
¿Echa de menos 'Supervivientes'?
Lo que pasó en Supervivientes fue una cosa que pasa una vez cada diez años. ya está. Los demás, aquí estamos, vamos a pelear y a ganar un poquito más cada día. Lo importante es que el programa conquiste en cada emisión, y si no pasa, eso sí que sería un disgusto. Carmina puede hacer un grandísimo estreno, a mí me gustaría que fuese al revés (risas), pero lo que realmente me importa es que el programa vaya creciendo y que vaya gustando a la gente cada vez más. Esto es lo que hay.
Cuatro promociona “Perdidos en la tribu” como “la edición más extrema”. ¿Qué es lo que peor que se ha llevado en la experiencia?
El hambre. Llega un punto que no puedes más, y te comerías hasta lo que te da asco. Me costaría como todo el mundo. Y como a los concursantes, el sueño. Es muy duro dormir poco, no saben qué les va a pasar, qué les va a pedir al día siguiente la tribu, a qué se van a enfrentar, si van a poder cumplir con los mandatos. Viven en tensión, tienen momentos de estrés y lo pasan muy mal. Yo les he visto llorar como no he visto a nadie.
¿“Perdidos....” es más duro que otro de sus programas, como puede ser la exigencia en la isla de “Supervivientes”?
Es otro mundo. Supervivientes para mí, fundamentalmente más allá de los bichos, es pasar hambre mucho más que en las tribus. La sensanción de “tengo hambre, me mareo, no puedo más, no me puedo levantar...”. Eso es Supervivientes. A mí me costaría mucho más tomar la decisión de ir a Supervivientes que ir a las tribus, a someterte estrés, a ir superando prueba a prueba cada día. Lo otro es un desgaste, te sometes a un deterioro físico brutal. Yo soy muy comilona. Sufro si pienso en no comer. Imagínate ahí (risas). Yo se lo dije a Rosa Benito: “cómo podéis”. Yo no podría aguantar en Supervivientes.
Si concursara en “Perdidos en la tribu”, ¿con quién participaría?
Claramente me iría con mi chico, pero no quiero decir más. Me parece normal decir que me caso o que me voy de luna de miel, pero ya no hablo más, ya sabéis que no me gusta hacerlo, me pongo colorada (risas). Por otro lado, si me pregunto si participaría con alguien cercano, creo que a mi familia le gusta que el sofá esté mullidito. (Risas) No son muy aventureros, sólo yo. Soy la viajera de la familia, la que me muevo. Yo tengo un ahijado, y cuando me anuncia su padre, le dice: ‘Aquí viene tu madrina, la loca’. Mucha gente piensa eso mismo, que estoy loca por hacerme tantos viajes.
¿Por qué cree que a la audiencia se siente atraída por el 'factor selva' o naturaleza de formatos como “Frank de la jungla”, “Pekín” y o el propio “Perdidos en la tribu”?
Porque todo lo tenemos a mano. Tenemos dinero, todo está ahí, no tenemos una vida tan complicada. Es cierto, no me olvido de la gente en España que lo está pasando mal en estos tiempos, pero es verdad que el mundo que hemos construido nos abastece, y basta con preguntarse si ahora podríamos vivir con menos. Estas experiencias en estos programas te demuestras a ti mismo si puedes vivir con menos cosas, de una manera radicalmente distinta, si podrías ser feliz en esas condiciones. Es una manera de comprobar que el día de mañana podemos ser más conformistas. Creo que por ahí puede estar la clave.
Se cumple un año de “Supervivientes” y parece que la nueva edición se va a retrasar.
Parece...
¿Ha notado diferencias a la hora de formar parte de estos dos formatos?
En Supervivientes el deterioro es peor para los concursantes a nivel de desgaste, es más duro, especialmente se hace más complicado a los concursantes al final, tiene mucho que ver el estado. En Perdidos en la tribu el shock es muy fuerte al principio, luego hay un bajón y luego es todo volar. A no ser que te dé el bajón definitivo, es ir hacia arriba siempre.
Para mí, como presentadora, la diferencia es que yo viajo a la isla en Supervivientes, y en Perdidos, no. El contacto directo con los participantes en Supervivientes fue mucho más grande, hacía juegos con ellos y estaba muy cerca. Aunque si me paro a pensarlo, al final con las familias de Perdidos en la tribu he tenido mucho contacto. Hemos pasado mucho tiempo juntos.
Acaba de grabar Perdidos en la tribu, ¿tendría ganas y fuerzas para involucrarse en otro formato aventurero y salvaje al estilo de Pekín, Acorralados o Supervivientes?
Me encantaría hacer otro Supervivientes. Si se hace otra edición y me dan la oportunidad de repetir, yo, encantada de estar ahí. Lo mismo ocurre si me mandan hacer otro Acorralados. ¿Quiero vivir aventuras? Sí. Pero, no lo olvidemos: yo lo que quiero es trabajar, como todo el mundo, poder ponerme mi platito de comida en casa, ver a mis amigos y hacer mi vida. Si eso lleva a aparejado el viaje, la aventura, etc., pienso: “jolín, qué suerte tengo, estoy viviendo algo especial”. Supervivientes fue precioso, me encantaría repetir, pero yo ahora a lo que estoy. Estoy haciendo El Cubo, que es un programa increíble. Me está enseñando mucho y tengo contacto con la gente muy de cerca. Es mi primer concurso, la primera vez que doy dinero. Bueno, matizo: lo dan pero parece que lo doy yo (risas)... Todo tiene lo suyo. No estoy cansada de la aventura, ni muchísimo menos, es una oportunidad poder hacerlo, y si no se da, también voy a estar contenta, no me voy a sentir desgraciada por vivir en mi casita, tranquila.
¿Echa de menos la estabilidad laboral y personal?
No, llevo muchos años si tenerla así que no la echo de menos. El otro día le decía a mi chico: “Si es que vivimos en un aeropuerto..”, pero luego lo pienso, y he estado en tantos sitios, en tantos lugares. que ha sido mucho y he tenido mucha suerte, pero yo, de verdad, lo que quiero primero es trabajar.
¿Le va a costar encontrar destino de luna de miel?
Qué va, todo lo contario. Una que ha estado en muchos sitios, ya sabe dónde tiene que ir.