La Sexta también rememora los 50 años de tele
A pesar de su corta vida, la joven cadena laSexta ha decidido también apuntarse a la celebración de los 50 años de la televisión española con la emisión, a partir de este domingo 29 de octubre, de “50 años no es nada”, una serie documental de cuatro capítulos dirigida por Ricardo Visedo, que pretende repasar “la otra historia de la TV en España”. Una visión que “se aleja de la crónica sentimental y se adentra en la otra cara del fenómeno cultural, social e industrial más importante del siglo XX y aún del XXI”, informa La Sexta. A lo largo de cuatro episodios de 50 minutos de duración, se recoge el testimonio de más de un centenar de personajes ligados al mundo de la televisión entre los que destacan Rafael Ansón, Gustavo Pérez Puig, Jesús Hermida, Ramón Colóm, Juan Luis Cebrián, José Luis Balbín, Javier Arenas, Pedro Masó, Andrés Vicente Gómez, Manuel Campo Vidal, Paco Lobatón, Eduardo Sotillos, Valerio Lazarov, Ignacio Salas, Fernando Navarrete, José Oneto, Fernando Gónzalez Urbaneja, Emilio Aragón, José Manuel Lorenzo, Baltasar Magro, Alfredo Urdaci, Matías Prats, Olga Viza e Imanol Arias. Los inicios de la TV en el primer capítulo El primer episodio de la noche “El principio del Kaos” (este domingo a las 0:00 horas) se divide en ocho bloques que se acercan a los inicios de la televisión en España en los que la televisión pública fue el referente dominante durante casi 30 años. Esta primera entrega relata cómo fueron los primeros años del nuevo medio, cómo se ejerció la censura hasta la muerte de Franco y recuerda la figura del ex presidente Adolfo Suárez como director general de TVE. Los programas de crónica social en sus orígenes y su degradación en la televisión actual ocupan parte de la primera entrega de la serie. En ella también hay sitio para rememorar la década entre la inauguración de Prado del Rey (1964) y la retirada de Suárez como la edad de oro de la pequeña pantalla y preguntarse cuál era la ideología predominante entre los trabajadores de TVE. A lo largo del relato, se intercalan imágenes de programas inolvidables como “Estudio abierto”, “Historias de la frivolidad”, de Chicho Ibáñez Serrador, “Estudio-1”, “A todo ritmo”, “Un, dos, tres”, “La cabina” y “El hombre y la Tierra”. Para Jesús Hermida la televisión durante aquéllos años era “heroica y existía un gran talento” entre los profesionales que la hacían. Una idea compartida por Valerio Lazarov que rememora los numerosos premios obtenidos por los programas dramáticos. Mientras, Fernando Méndez Leite recuerda las ocasiones, tres, en las que fue censurado por incluir una canción de Serrat, dedicar un programa a Carlos Saura y mostrar a la actriz Olga Peiró muy escotada. Por su parte, Fernando González Urbaneja reflexiona sobre los programas del corazón que “han introducido elementos que tienen poco que ver con el periodismo” y, contrariamente a lo que mantiene Urbaneja, María Antonia Iglesias defiende “que la libertad de expresión tiene límites”. El papel de la TV en la transición, en el segundo capítulo Liberta, libertatis (0.55 horas) es el segundo capítulo de la serie producida por TSA y Herir. Describe el papel de la televisión en la transición hacia una monarquía parlamentaria. Los compañeros de Adolfo Suárez en su etapa televisiva hablan de la defensa numantina, a través de la televisión, que el entonces director general hizo del príncipe Juan Carlos, cuando ciertos círculos del Régimen, incluido Alfredo Sánchez Bella, entonces ministro de Información y Turismo y jefe directo de Suárez, pretendían un cambio de sucesor. La programación infantil, de la mano de programas que siempre estarán en el recuerdo de todos como “¿Cómo están ustedes?”, “Vamos a la cama”, “La bola de cristal” y “Cajón desastre” también tiene cabida en uno de los bloques del capítulo que se ocupa además de las cadenas autonómicas y del “pim, pam, pum” vivido por los diferentes directores generales y de informativos de la televisión pública. La cobertura de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 cobra especial relevancia en el episodio, que cierra la experiencia de los corresponsales y enviados especiales, contada por Diego Carcedo, José Luis Balbín y Ángela Rodicio, entre otros. En el segundo capítulo de la serie, José Oneto recuerda su sorpresa como director de Informativos de Antena 3 por la llamada del portavoz del gobierno para decirle con qué noticia tenía que abrir su informativo de las tres. Rafael Ansón envidia “la libertad informativa que hubo hasta las elecciones generales” y recuerda el año hacia la Transición como “mágico”. El tercer capítulo recuerda el 23-F El tercero, “Casi nos hemos globalizado” (domingo 5 de noviembre, 0:00 horas) se acerca a los duros momento vividos por la joven democracia española tras la toma del Congreso por Tejero en el año 81 y al papel que tuvo la televisión en aquella noche. Fernando Castedo, entonces director general de RTVE, recuerda cómo apareció en la puerta de su despacho un capitán con un soldado y un fusil: “Se pone en la puerta del despacho y dice que manda él, que en la casa manda él, que no se pueden poner informativos, que solamente la programación normal, pero sin informativos”. José Luis Fradejas rememora que la toma de TVE lo encontró grabando Aplauso, el mítico programa que él presentaba. “Y los soldaditos, con sus fusiles metidos en el plató de Aplauso, el plató nº1, viendo como grabábamos el programa”, recuerda. El tercer episodio de la serie 50 años no es nada, producida por TSA y Berir, muestra también cómo los actores han encontrado en la pequeña pantalla un nuevo espacio para desarrollar su profesión. Series como Compañeros, Los Serrano, Mis adorables vecinos, Un paso adelante o Cuéntame cómo paso se han convertido en cantera de grandes intérpretes. La llegada de las televisiones privadas (Antena 3, Telecinco y Canal Plus) ocupa parte de la emisión del capítulo. Fernando González Urbaneja recuerda que la “televisión privada llegó a España forzada por un tribunal, por el Tribunal Supremo, por una demanda presentada por particulares, por ciudadanos y llegó a empujones”. Emilio Aragón, presidente de laSexta, destaca la importancia de “la entrada en el terreno de juego de Cuatro y laSexta”. La relación entre el cine y la televisión es descrita por el productor Pedro Pérez como de “amor-odio”, pero reconoce que el cine siempre necesitará a la televisión y viceversa. Los debates políticos televisados entre José María Aznar y Felipe González protagonizan el bloque No debates que es peor. Los programas de humor, algunos tan inolvidables como el de la empanadilla de Martes y Trece, cierran la emisión del tercer episodio. Los famosos cuentan su experiencia televisiva en el cuarto capítulo A continuación se emite “¡Qué va a ser de ti con tanta tele!”, el cuarto capítulo de la serie en el que algunos de los jóvenes talentos de la pequeña pantalla hablan de su experiencia televisiva. Laura Caballero, Fran Perea, Irene Visedo y Eva Santolaria, entre otros. En el bloque “Así se hacía, así, así”, veteranos de la tele como Fernando García de la Vega, Alfredo Castellón, Fernando Méndez Leite y José Antonio Páramo explican cómo se hacía la televisión en sus orígenes. Les dan la réplica Daniel Écija, Laura Caballero, José Ramos Payno y Mireia Acosta. Para Écija: “la gran diferencia entre hace años y ahora es que realmente a una serie de televisión les pides eficacia desde el punto de vista de la audiencia”. “En el año 95 no existía la profesión de guionista de televisión. Hoy en día sólo en Globomedia son más de 100 guionistas, escribiendo historias y trabajando en la industria del entretenimiento en España”. La productora Mireia Acosta resalta la calidad de la televisión actual: “Los equipos que hacen televisión están muy preparados, han nacido con televisión, saben lo que quieren contar y cómo hay que contarlo”. La necesidad o no de una televisión pública y sus diferencias con las privadas, el enrarecimiento del ya convulso mundo de la televisión con la llegada del Partido Popular al Gobierno y la creciente importancia de las productoras privadas ocupan parte del cuarto capítulo que se cierra el fenómeno de los programas de cocina. Elena Santonja, pionera en el género, recuerda que “Con las manos en la masa fue el primer programa de cocina en el que se guisaba con sus tiempos”.