Alemania

“Tatort” o el secreto de la longevidad

¿Qué tiene que tener un programa de televisión para mantenerse inenterrumpidamente 35 años en antena y prácticamente no tener competencia en su horario de emisión? Cumplir dos requisitos: encajar perfectamente en un formato que goza, por tradición, de las simpatías de la audiencia y proponer escenarios y personajes cercanos a los espectadores. Este es el caso de la producción alemana “Tatort”, literalmente, “Escenario del crimen”. Una serie que, desde sus comienzos en 1970 con el telefilme “Taxi nach Leipzig”, se mantiene casiz imbatible en su franja horaria del prime time de los domingos. “Tatort” recoge la tradición policíaca alemana y nordeuropea en general, con la figura del comisario investigador a la cabeza, y le añade un factor de identificación nada despreciable: cada uno de los comisarios trabaja en una ciudad alemana diferente, cuyos escenarios se ven, para regocijo de los habitantes de estos lugares, reflejados en las tramas. Una producción repartida

“Tatort” es una producción de la primera cadena alemana, la ARD, y, más directamente, de las once cadenas federales que la componen, con la colaboración de la cadena austríaca ORF y, en menor medida, de la suiza SFDRS. Cada cadena cuenta con uno o varios comisarios que, desde diversas ciudades del estado, investigan casos en telefilmes hechos a su medida. Según su aceptación y la capacidad económica de la cadena en cuestión, los comisarios tienen dos, tres o más apariciones por temporada. En la actualidad hay quince equipos de investigadores en activo. Adaptado a la situación española, sería como si TV3, Telemadrid, TVG, ETB, Canal 9 y Canal Sur produjeran telefilmes para una hipotética cadena estatal de la FORTA. Así, los comisarios de Telemadrid tendrían su centro operativo en la capital española; los vascos, unos en Bilbao y otros en San Sebastián; los valencianos, en Valencia y en Alicante, por ejemplo.

Héroes nacionales

Los comisarios y sus equipos no han sido siempre los mismos. Treinta y cinco años dan para mucho, y las cadenas han renovado el estilo de sus investigadores. Mientras los primeros comisarios reflejaban la estructura paternalista de los años setenta, los actuales tienden a trabajar en equipo y la presencia de la mujer es mucho más destacada. Los comisarios del “Tatort” se han convertido en auténticos héroes televisivos, algunos de dimensiones prácticamente épicas. Es el caso del comisario Horst Schimanski, un “Harry el Sucio” alemán, en activo en el “Tatort” de 1981 a 1991, y de vuelta a las pantallas desde 1997 con su propia serie de telefilmes. Incluso una serie cómico-policíaca algo más reciente hizo honor a su nombre, bautizando como “Kommissar Schimpanski” al chimpancé protagonista. “Tatort” es un fenómeno familiar en Alemania. Los niños crecen viendo con sus padres el “Tatort” de los domingos por la noche. Aunque las nuevas generaciones le han retirado en cierta medida su apoyo, esta serie cuenta todavía con una audiencia tremendamente fiel que parece garantizarle la continuidad durante mucho tiempo más.

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