TVE apuesta por una telenovela del creador de “Betty, la fea”
TVE estrenará el próximo 4 de junio “Destilando amor”, su nueva telenovela para las tardes de lunes a viernes. Este exitoso culebrón mexicano es la adaptación del serial colombiano “Café con aroma de mujer”“, obra del creador de ”Yo soy Betty, la fea“, Fernando Gaitán.
La cadena pública ya ha comenzado a promocionar su nueva telenovela. Desde este martes 22 de mayo el programa “España Directo” mostrará la trastienda de la producción a los espectadores.
Protagonizada por Angélica Rivera (“Mariana de la noche”, “Sin pecado concebido”) y Eduardo Yáñez (“Te amaré en silencio”, “La verdad oculta”), “Destilando amor” narra la lucha de una mujer por salir adelante tras haber sufrido el abandono de su amante, la pérdida de su bebé y el desprecio de los demás por creerla una prostituta.
Éxito en México y Estados Unidos
Además de su éxito en México, donde superó los 30 puntos de rating, “Destilando amor” (Univisión) también ha tenido una gran acogida en Estados Unidos, donde compite y se impone cada noche en prime time (21:00 horas) a otra telenovela, “Zorro: La espada y la rosa” (Telemundo), que en nuestro país emite Antena 3.
Un mes después de su debut (el pasado 21 de marzo), “Destilando amor” se colocó en la segunda posición de la lista de los programas más vistos por la comunidad hispana en los Estados Unidos. Con 22.6 puntos, esta producción de Televisa para Univisión goza de gran aceptación entre la audiencia al igual que sucediera con la original “Café con aroma de mujer”.
Para adaptar la historia a la realidad mexicana, los productores de “Destilando amor” optaron por sustituir el café por el tequila, en torno al cual se desarrolla la trama. En este sentido, la historia de la telenovela se desarrolla con un tono romántico y tradicional que respeta el guión de la original colombiana.
Una mujer en busca del hombre al que ama
En el hermoso pueblo de Tequila, Jalisco, surge un amor ardiente, puro y fuerte, como el famoso licor que lleva el nombre de esta cálida y fértil región donde se produce.
Teresa Hernández, a quien todos llaman Gaviota, es una jornalera de campo que recorre el país con su madre, Clara, trabajando las cosechas. Cada año, regresan a Tequila para la “jima” del agave azul en la hacienda La Montalveña, propiedad de Don Amador, el patriarca de los Montalvo, una familia de abolengo en la producción de tequila.
Al inicio de la historia, Don Amador sabe que se acerca su fin y llega para pasar sus últimos días en esta tierra que tanto ama. Cuando Don Amador muere, su familia se reúne para el funeral. Sus nietos, Rodrigo y su primo Aarón, viajan desde Londres, donde estudian un doctorado. Los primos han crecido como hermanos, pero el testamento de su abuelo despierta la ambición en Aarón, pues el control de la fortuna familiar finalmente recaerá sobre el primer hijo varón engendrado por uno de ellos dos.
Aarón se siente confiado, sabiendo que Rodrigo nunca ha podido hacer el amor; sin embargo, la llegada de Gaviota a su vida cambiará el destino de Rodrigo. Al conocerse, Rodrigo y la bella jornalera sienten por primera vez el amor; sus cuerpos despiertan a una pasión que los domina y ambos se entregan completamente. Rodrigo promete a Gaviota volver en un año cuando termine el doctorado para casarse con ella. Poco tiempo después, Gaviota descubre que está embarazada.
La inocente joven decide entonces ir a Inglaterra a buscar a Rodrigo. Engañada por un fotógrafo local que le promete ayuda, Gaviota cae en manos de una banda de tratantes de blancas que la envían a un burdel en París.
La valiente joven escapa e inicia su peregrinaje en busca del hombre que ama. Sola, sin conocer el idioma, sólo su fe y su gran amor la sostendrán en los peores momentos.
Auxiliada por un generoso italiano y un grupo de religiosas inglesas, volverá a México para encontrar una vida muy diferente a la que dejó atrás; una vida de dolor y decepción. Una vida en la gran ciudad, donde reinan la ambición, el rencor y la mentira, una vida que podría convertir en piedra el corazón inocente que inició aquel fatídico viaje.
