“He venido a Gran Hermano a morir”
Si hay algo que consigue “Gran Hermano” cada vez que estrena una nueva edición en algún país es no pasar desapercibido. Tal vez radique ahí el éxito del famoso y veterano formato de Endemol, cuyo regreso a la TV inglesa en su séptima edición es noticia en la prensa inglesa de esta semana, no sólo por su buena acogida de audiencia sino también por el polémico comportamiento de uno de sus concursantes, Shahbaz Choudhary, que ha amenazado a sus compañeros con suicidarse dentro de la casa. “Big Brother” lideró el prime time de este lunes con un registro récord de 4.5 millones de espectadores, imponiéndose por la mínima en una competida noche al reality de fútbol “Soccer Aid” (4.4 millones). En éste, el cantante Robbie Williams es el capitán de un equipo integrado por famosos que se entrena para enfrentarse al equipo de Gordon Ramsay, presentador de “Hell´s Kitchen” (“La cocina del infierno”), en un partido benéfico (4.4 millones) que emitirá este sábado la cadena ITV1. A pesar de la competencia, “Gran Hermano” mantuvo a los mismos seguidores de la anterior gala del domingo, cuando 4.4 millones de espectadores conectaron con el programa. “Soccer Aid” superó en share (18.7%) a “Gran Hermano” (18%) porque finalizó media hora más tarde. Sin embargo, mientras la audiencia del reality benéfico de fútbol fue descendiendo a medida que avanzaba la noche, el concurso de convivencia registró una curva positiva. La séptima edición de “Gran Hermano” se estrenó en Channel 4 el pasado jueves ante 4.4 millones de televidentes. La audiencia bajó a 3.3 millones en su segunda entrega del sábado, pero se recuperó en el siguiente programa del domingo, convocando de nuevo a 4.4 millones (18% de share). Los ingleses tienen comprobado que “Gran Hermano” siempre baja en su primer fin de semana pero después resurge. La pasada edición (la sexta) comenzó con 6 millones un viernes, para después descender a 3.6 millones en sábado y recobrar los 4 millones de media en domingo. “He venido a este programa a morir” La polémica, al igual que la buena audiencia, es prácticamente consustancial a “Gran Hermano”. “He venido a este programa a morir” es la frase con la que un participante ha sorprendido este año al resto de habitantes y, como era de esperar, ya ha hecho poner el grito en el cielo a algunos grupos opositores al programa, que cuestionan la salud mental y el tratamiento psicológico que reciben los concursantes de los reality shows. Después de protagonizar varios enfrentamientos con sus compañeros, Choudhary les ha advertido: “Soy un muerto viviente. He venido a este programa a morir y lo voy a demostrar”. Últimamente no hay programa o serie de televisión que se libre de la crítica de algún colectivo, y “Gran Hermano” no iba a ser menos. El grupo “Los Samaritanos”, que proporciona ayuda emocional a gente con problemas, critica la participación en un concurso de una persona emocionalmente inestable con el mero fin de crear espectáculo. La Fundación de Salud Mental también ha recibido llamadas de espectadores preocupados, según informa el diario Media Guardian. Un portavoz de Channel 4 ha recordado que todos los concursantes de “Big Brother” tienen psicólogos a su disposición aunque no ha concretado si Choudhary había hablado ya con alguno de ellos desde que lanzó su amenaza o estaba recibiendo algún tratamiento especial por ello. “Como en todas las ediciones de Gran Hermano, es nuestra prioridad la salud y el bienestar de los concursantes, vigilados por cámaras las 24 horas para garantizar su fortaleza mental y capacidad para la convivencia”.