Entrevista

Belinda Washington: “Yo siempre quise ser actriz, no presentadora, pero Hermida me cogió y yo encantada”

Belinda Washington sigue sumando proyectos profesionales con la misma ilusión que el primer día. A sus 60 años, la actriz y presentadora está a punto de estrenar la serie Eva & Nicole, que verá la luz en Atresplayer el próximo domingo, día 2 de junio. En ella interpreta a Renata, la mejor amiga de Nicole, una poderosa empresaria de la noche marbellí de los años 80, interpretada por Belén Rueda, que luchará por mantener su reinado ante la llegada de Eva (Hiba Abouk), una antigua compañera que vuelve a su vida en busca de venganza.

Belinda y Belén comenzaron su carrera televisiva a principios de los 90, primero como presentadoras y después como actrices. Una transición que no fue fácil, como nos contó recientemente la madrileña, y ahora refrenda su compañera en la nueva ficción de Daniel Écija. “En mi época, cuando empezaba, o eras presentadora o eras actriz. Aun así, todavía te dicen 'ah, ¿que también cantas?', '¿ah, pero también esto?' o '¿y por qué haces tantas cosas?'”, asegura Washington en un encuentro celebrado con verTele y otros medios.

En su caso, la interpretación siempre estuvo por delante, aunque como suele decirse, la vida tenía otros planes. “Yo siempre quise ser actriz, no presentadora. [Jesús] Hermida me cogió, y yo encantada”, recuerda sobre El programa de Hermida (Antena 3), el magacín que cambió su vida. A partir de ahí fue encadenando un trabajo tras otro hasta llegar hasta hoy. Algo muy meritorio en esta industria, tan llena siempre de altibajos. “Tienes un éxito, te pasan cosas y de repente no dejas de trabajar, porque tengo esa suerte, pero pasas a un segundo plano”, relexiona la hispano-británica al respecto.

Eso sí, a Belinda no le ha ido mal en los últimos años. Ha trabajado en cuatro series (Señor dame paciencia, La que se avecina, 4 Estrellas y Eva & Nicole), ha concursado en Tu cara me suena 8 (fue 7ª en 2021) y hasta ha colaborado con Así es la vida. Eso sí, su experiencia en el magacín de Telecinco no fue la mejor, pues como ella misma reconoce, “en cotilleo me veo incómoda y fuera de lugar, como si no estuviera en mi sitio”.

Aun así, prefiere quedarse con lo bueno: “Todas las oportunidades son maravillosas, hasta los fracasos. De hecho, se aprende mucho más de los fracasos que de los éxitos, que te pueden obnubilar”, asegura la artista, que sigue en la brecha a base de “trabajo, humildad y pasión”, los tres pilares que marcan, según ella, “el camino para llegar adonde te dé la gana”.

¿Cuánto has disfrutado haciendo esta serie?

He disfrutado como una niña pequeña con zapatos nuevos. Ha sido más importante que si te hubiera tocado el gordo de Navidad o te hubieran dado un Oscar. No sabéis el equipazo de producción que hemos tenido. No es un decir. Tengo 60 años, así que fíjate en la de series que he estado, pero yo diría que esta es la mejor en la que he trabajado. Aquí hay todo un engranaje que intenta lo mismo: que este barco navegue, viaje y brille.

Los guiones, el vestuario, el maquillaje... y, por supuesto, una compañera como Belén. Nunca había trabajado con ella, solo la veía por los pasillos cuando empecé a hacer televisión. No hay palabras para describir lo que es trabajar con ella. Con Hiba también, pero como mi conexión con ella [con Nicole, el personaje de Belén Rueda] es constante, porque somos como hermanas en la serie. Se lo he dicho antes, que la echaba mucho de menos. Mucho, mucho. Es una compañera generosa y talentosa, de esas que te dice 'ponte ahí, que te va a dar mejor la luz'. No muchas, pero algunas se ponen para que te dé la sombra. Pero Belén, no. Ella es la leche. Ya me lo habían dicho, pero cuando lo constatas dices 'madre mía, que pedazo de ser humano'.

¿La serie va a mostrar algo que no se sepa todavía de aquella época de los 80?

Recuerda que no es una serie biográfica, sino inspirada en [Olivia Valère y Regine, empresarias de la noche marbellí de los años 80] y en todo lo que sucede. Es decir, sexo, droga, alcohol, vacíos, plenitudes, amores, desamores...Va a sorprender, sobre todo, por cómo están retratados los personajes y lo que les sucede, que al final es lo que nos sucede a todos. Esto es lo bonito de esta serie. Y también lo imprevisible que es. Está muy bien y los directores Álvaro Vicario, Antonio Hernández y David Molina nos han dirigido estupendamente. Y luego hemos tenido a Dani Écija por ahí. Maquillaje, vestuario... Es la suma de todo para hacer una Marbella sin clichés ni estereotipos, pero muy real.

Viviste los 80. ¿Has recordado aquella época para preparar la serie?

Sí me ha servido, porque conocí a gente como Espartaco Santoni y Olivia Valère, que era una mujer que te embaucaba. En aquella época no me iba de juerga [por Marbella] porque estaba trabajando con Hermida en Madrid, pero sí he tenido referencias de aquella época.

En el '¡Qué me dices!' hablabais mucho de esta gente.

¡Claro! Si yo conocí a Espartaco porque tuvimos que hacer un reportaje en Puerto Banús. Recuerdo que no me tiró la caña, sino que me tiró todos los cebos del mundo (ríe). Creo que para todo el mundo era igual. Encantador, eso sí, pero era de ese mundo. Yo decía: 'Qué interesante, pero a la vez qué miedo. Qué es lo que pasará debajo de lo que se ve'. Y esto pasa también en la serie, que narra lo que sucede no solo entre ese brillo, ese glamour, esas lentejuelas y esa presencia mediática, sino qué es lo que les pasa a estas personas. A todos les sucede algo y se entrelazan historias. Lo que más me gusta de Eva & Nicole es lo imprevisible que es. Hay historias de todo tipo. Es una pasada.

Das vida a Renata, la mejor amiga de Nicole. ¿Qué nos puedes contar de ella?

Renata es amiga de la infancia, de la juventud y de mil historias más de Nicole. Son como hermanas de sangre, pero sin serlo. Hay mucha lealtad, mucho amor y mucha entrega entre ambas. Es muy chulo el personaje. Además, tenemos mucha química Belén y yo. La gente nos decía: '¿Pero de verdad no habíais trabajado juntas?'. Y no, pero también ha sido muy chulo trabajar con ella. Que Daniel Écija y The Good Mood me hayan puesto un casting con Yolanda Serrano y Eva Leira, que son unas cracks y las mejores directoras de casting. Recuerdo que hice el casting y me dijeron: 'Nos has encantado'. Claro, es algo que te dicen muchas veces y luego cogen a otra. No siempre, pero a veces pasa. Pero en este caso me dijeron que les había encantado y al final fui yo la elegida.

Ese día tenía que ir a la televisión a algo, y me puse a llorar de alegría en el baño como una niña pequeña porque me habían cogido. Gracias a Dios no he parado de trabajar en la vida, pero aquello fue como 'Guau, voy a trabajar con Belén', que era un sueño. Por eso digo que creáis en lo que queréis, porque pasa. Me voy a poner un poco en plan espiritual, pero es creer, creer, creer. Si crees, pasa.

Tengo 60 años, así que fíjate en la de series que he estado, pero yo diría que 'Eva & Nicole' es la mejor en la que he trabajado

Después de tantos años de carrera, ¿aún puedes recibir con sorpresa un 'sí'?

¡Claro! Si ya te digo que me puse a llorar. Encima no pude llorar mucho porque me cuando lloro me hincho, como todo el mundo, y ese día tenía que ir a un programa de televisión y no podía ir con los ojos hinchados y sin poder explicar por qué. Pero sí, todavía te sorprendes. Esta profesión es maravillosa. Yo, además, soy profesora, que es una cosa que me encanta y que quería hacer desde pequeñita. Llevo 15 años dando clases y a mis alumnos siempre les digo: 'Trabajo, humildad y pasión'. Ese es el camino para llegar adonde te dé la gana. Tanto es así que Hugo, un alumno mío, me dijo Belinda, escríbemelo en un papel y pon tus iniciales'. Al día siguiente vino con eso tatuado. Y no es coña. Me quedé como diciendo: 'Belinda, ¿pero qué dices?' (ríe). Pero sí, creo que ese es el camino.

Además, no hay que dar nada por sentado. Hay una anécdota de Bette Davis que seguro que conocéis. Cuando le dieron un Oscar, al día siguiente dijo 'actriz puso un anuncio en el periódico: Actriz con Oscar busca trabajo'. Y así es nuestra profesión. Empiezas, tienes un éxito, te pasan cosas y de repente no dejas de trabajar, porque tengo esa suerte, pero pasas a un segundo plano. No pasa nada, porque luego la vida vuelve, pero ni es tan importante cuando vuelve ni es tan mala cuando no está. La vida es otra cosa.

Pero vuestra profesión es una lucha constante. Cuando llevas unos años parece que los papeles te vienen caídos del cielo, pero tienes que seguir haciendo casting y enfrentarte a que te sigan diciendo que no.

Hay un símil entre Belén Rueda y yo. Ella empezó presentando y yo comencé con Hermida en Antena 3 presentando. Primero en una parte del decorado y luego poco a poco fui hablando. A las dos nos costó, porque yo al principio iba a los castings y me decían: 'Pero si tú eres presentadora'. Y yo decía que no, que llevaba tiempo estudiando con Corazza, Augusto Fernández, Manuel Morón y demás profesores porque quería prepararme para ser actriz. Yo siempre quise ser actriz, no presentadora. Hermida me cogió y yo encantada, pero no.

Entonces, se trata de tener humildad, pasión por lo que haces, mucho trabajo y seguir haciendo cursos, leyendo, formándote y no dar nada por sentado. También les digo a mis alumnos que el día que se sientan grandes empezarán a sentirse pequeños. La gente que de repente se cree todo esto debe tomar tierra. Esto es una parte de mi historia y ojalá haya una segunda temporada de Eva & Nicole, ya se verá, pero la vida también son otras cosas.

¿Crees que ahora es más fácil compaginar la faceta de presentadora con la faceta de actriz?

Hace poco estuve en Telecinco haciendo una colaboración, pero no me veía [se refiere al programa Así es la vida, del que fue colaboradora en sus primeros compases]. ¿Por qué? Mi energía no es la misma. En ¡Qué me dices! fui feliz y presentar Domingo a domingo me gustó, pero en cotilleo me veo incómoda y fuera de lugar, como si no estuviera en mi sitio. No me gusta meterme con la gente. Tampoco me gustaba entonces, pero había una cosa sarcástica, irónica y gamberra en aquella época que me hacía llevarlo mejor. Sin menospreciar, eh, pero es como '¿bailas claqué o bailas flamenco?' Pues bailo más flamenco.

Yo al principio iba a los castings y me decían: 'Pero si tú eres presentadora'. Y yo decía que no, que llevaba tiempo preparándome para ser actriz

Eso es una decisión tuya, personal, ¿pero si ahora presentaras un programa, crees que te cerrarías puertas como actriz?

Cada vez menos. En mi época, cuando empezaba, sí. O eras presentadora o eras actriz. Todavía te dicen 'ah, ¿que también cantas?', '¿ah, pero también esto?' o '¿y por qué haces tantas cosas?'. Y yo siempre digo que las hago porque me hacen feliz, porque me gustan, porque aunque me estrelle voy a intentarlo y porque necesito expresarme...

Y porque a lo mejor las haces bien todas.

O no, pero voy buscando hacerlas bien, sino hacer el camino y disfrutarlo. Que luego canto y dices 'ostras' o pinto y dices 'madre mía, no es una mierda. O sí, no sé'. Muchas veces nos ponemos estereotipos y nos castramos mucho. Es algo muy antiguo. Podemos ser todo.

Pero al final te ponen la etiqueta. A ti te costó quitártela.

La de presentadora sí. Y a Belén le costó cuando fue a hacer Mar adentro con Amenábar. Era como '¿Belén Rueda?'. Pues sí, queridos, Belén Rueda es un pedazo de actriz y puede hacer lo que le dé la gana cuando quiera. Todo son oportunidades maravillosas, hasta los fracasos. De hecho, se aprende mucho más de los fracasos que de los éxitos, que te pueden obnubilar. Ahí te dicen 'estás estupenda, eres impresionante', y entonces tu ego sube y te lo crees.

¿Y los estrenos cómo los llevas?

No es lo que más me gusta. Me gusta enseñar nuestro 'hijo' por la gente, pero yo me pongo nerviosa. Tengo una persona tímida dentro. De hecho, cuando comencé con Hermida era una gran tímida. Me temblaba el labio y me quería esconder, pero a fuerza de ponerte acabas superando hasta la timidez. El mundo este de fotos y tal no es mi salsa.

Entonces, no trabajas bien bajo presión.

No, no, si a mí me encanta. Yo me pongo las pilas. Me pasa lo mismo con los directos. Todo lo que es presión y adrenalina...

Me refiero a esa presión de los photocall y todo eso.

Me sale la Belinda tímida. Es que soy tímida, aunque no os lo creáis porque tengo mucho morro.

Más que presión, es exponerse.

Me da pudor. Me da corte todavía y ya tengo una edad para que no me dé. Luego lo supero y parece que no me da corte, pero es un ejercicio de superarlo.