Entrevista 'Escándalo, relato de una obsesión'

Alexandra Jiménez: “Ahora parece que los actores solo debemos contar personajes convenientes, aceptables y correctos”

Alexandra Jiménez, junto a Fernando Líndez en 'Escándalo, relato de una obsesión'

Marcos Méndez

Alexandra Jiménez es la actriz protagonista de Escándalo, relato de una obsesión, la nueva serie de Telecinco que se estrena este miércoles 11 de enero a las 22:50 horas, y con la que la cadena de Mediaset retoma su apuesta por la ficción (sin que antes se haya visto en Amazon Prime Video) desde el lanzamiento de Entrevías hace casi un año.

Esta nueva serie está creada por Aurora Guerra (con la que ya hablamos sobre ella) y producida por Alea Media, la compañía de Aitor Gabilondo (con el que también conversamos). Y llega envuelta en la polémica, como ya todos esperábamos, después de que Mediaset la haya promocionado con este punto de partida principal: “Inés, 42 años. Hugo, 15 años. Esto es 'Escándalo, relato de una obsesión'. Próximamente, estreno en Telecinco”.

Escándalo, relato de una obsesión narra la historia de Inés (Alexandra Jiménez), una mujer de 42 años que en un momento complicado de su existencia se sumerge en el mar para acabar con su vida. Su salvador es Hugo (Fernando Líndez), un adolescente del que se enamora obsesivamente. En su empeño porque nadie se entrometa en esa relación prohibida, Inés se irá dejando llevar por sus impulsos y no dudará en tomar decisiones que afectarán irremediablemente a cuantos la rodean, sumiendo a todo su entorno en una espiral de graves acontecimientos.

Ni la defensa de uno de sus guionistas, recordando que solo es una ficción, ha servido para aplacar a los más ultras, que la llegan a acusar de “romantizar” y “normalizar” la pederastia. Lo cierto es que como todos los demás, su protagonista femenina, en una conversación con verTele y otros medios aprovechando nuestra visita al rodaje en Dénia (Alicante), ya tenía claro que “evidentemente” ese juicio iba a existir, pero recuerda cuál es su labor: “Nuestro trabajo es contar las miserias y hasta qué punto podemos llegar a ser destructivos, no esconderlo o maquillarlo en comportamientos adecuados. Porque entonces lo que haríamos sería publicidad y anuncios”.

Alexandra Jiménez incide, por si realmente es necesario, que ella es actriz y sabe cuál es su trabajo, por lo que “si alguien lo confunde no es mi problema”, y habla maravillas tanto del equipo encabezado por Aurora Guerra como de su compañero de reparto, el joven Fernando Líndez (que en realidad tiene 22 años). “Curiosamente sufrí mucho como personaje, pero como actriz lo disfruté”, reflexiona.

¿Cómo lo viviste cuando leíste el guion?

Sientes mucho vértigo cuando lees una historia con un personaje tan complicado como es el de Inés. Y por otro lado, también te da ganas de enfrentarte al desafío de “defender” un comportamiento que es incluso difícil de llegar a comprender. Pero mi trabajo es ese: consiste en entender desde dónde nacen todas las emociones y todos los razonamientos que ella tiene.

¿Y tú la has entendido?

Sí, yo siento que la entiendo. Pero es que desde el primer día, cuando entro en el proyecto, sabía que mi labor era esa. Desde el primer momento he sentido que he enganchado con su manera de sentir, independientemente de lo que pueda resultar para el juicio, inevitable, de todo el que vea la serie.

Pero sabéis que ese juicio lo va a haber.

Evidentemente. Pero creo que ese es el reto, y es lo divertido.

Al espectador le pone en un brete incómodo, y es lo que más interesante resulta

Alexandra Jiménez

¿Cambiará ese juicio según pasen los capítulos y se vaya conociendo a tu personaje?

Imagino que dependerá de la persona, de la capacidad que uno tenga de abstraerse de su juicio personal y llegar a entender que siempre el otro tiene razones para hacer lo que hace, independientemente de que estén muy alejadas de las tuyas. Creo que lo interesante en este trabajo es poder “defender” este tipo de comportamientos, y también como espectadores existe el desafío de apartar tus prejuicios e interesarte sobre por qué la otra persona se comporta de esa manera. E incluso llegar a pensar si en un momento dado tú podrías llegar a hacer lo mismo. Al espectador le pone en un brete incómodo, y es lo que más interesante resulta.

En una historia tan prejuzgable y juzgable, ¿te da miedo que la gente confunda la actriz con el personaje?

No, porque yo tengo muy claro que soy actriz, y que es mi trabajo. Si alguien lo confunde no es mi problema. Vivimos en un mundo en el que cada vez lo hacemos más complicado, sobre todo respecto a este tema. Ahora da la sensación de que los actores solo debemos contar personajes convenientes, aceptables y correctos. Y esto va completamente en contra de la naturaleza de nuestro trabajo. Por eso me da mucha tranquilidad que se escriba, se realice, se muestre, y que de alguna manera contemos cosas que ocurren en la vida, que son un reflejo del comportamiento del ser humano, y que nuestro trabajo es reflejarlo, no esconderlo o maquillarlo en comportamientos adecuados. Porque entonces lo que haríamos sería publicidad y anuncios. Si no cuentas las miserias y hasta qué punto podemos llegar a ser destructivos... esto no tiene ningún sentido. Evidentemente no todas las historias tienen que ser así.

Tengo muy claro que soy actriz, y que es mi trabajo. Si alguien lo confunde no es mi problema

Alexandra Jiménez

La creadora de la serie, Aurora Guerra, explica que a veces entiendes a Inés, y otras es imposible.

Claro, provoca muchas cosas. Te puede provocar interés, empatía, te puede dar mucha tristeza verla... pero también te puede provocar rechazo.

¿Dónde está la línea entre el amor y la obsesión?

El equilibrio mental. Ese es el problema y la cuestión. Cuando una persona no tiene ese equilibrio, y hay algo descompensado en su comportamiento y en su manera de sentir, inevitablemente las cosas terminan saliendo mal. Y lo que es un sentimiento tan sano como el amor se transforma en algo completamente enfermizo.

¿El amor tiene edad?

¡Qué coño va a tener edad! [ríe].

¿Cómo ha sido trabajar con Fernando Líndez?

Es de los mejores compañeros que he tenido en mi vida, y eso se lo digo mucho a él. Es una persona muy generosa, muy humilde, está totalmente abierto a trabajar a tu lado, a pensar y a probar juntos, y en una situación tan complicada como la que tenemos que defender, porque tenemos secuencias muy muy difíciles, es una gozada. De verdad, tenemos jardines complejos [ríe].

¿Te ha pedido ayuda, al ser su primer gran trabajo audiovisual?

Nos pedimos ayuda mutua. Yo a él nunca le he visto inseguro, al contrario. Siempre le he visto muy seguro, y eso también ha generado seguridad en mí. Si los dos hemos tenido dudas enseguida lo hablamos, buscamos, probamos... hemos hecho muy buen tándem, hemos cogido mucha confianza desde el principio. Tuvimos la oportunidad de estar tres semanas ensayando de una manera muy intensa, con una coach fantástica, y eso nos hizo llegar más entrenados a rodar, sintiendo que ya controlábamos lo que teníamos que hacer, aunque nunca lo controles del todo. En ese sentido, nos sentíamos muy arropados, y estamos encantados.

¿Cómo se prepara un personaje como este?

Contamos con Laura Toledo, que es una coach maravillosa y nos estuvo ayudando las tres semanas previas. También tuvimos con nosotros a Aurora Guerra, que es la showrunner, todas las jornadas de cada día. Y a una directora, que es Ana Vázquez, que es una fantástica directora de actores. Estuvimos muy arropados en ese sentido, porque ante cualquier duda teníamos un equipo que remábamos todos en la misma dirección. Eso siempre te da seguridad.

¿La creadora, Aurora Guerra, os dejaba hacer vuestras las frases o acciones?

Sí, nos daban mucho margen, y de hecho se agradece. No todo el mundo tiene esa capacidad de soltar lo que ha creado, o admitir que a lo mejor se puede transformar en algo diferente. Creo que es un acto de generosidad tremendo, que se da muy pocas veces, y cuando se da un actor lo agradece. Como parte creativa, porque si no te siente una pieza del engranaje, pero que a nivel creativo no tienes margen. Así sí sientes que de alguna manera estás haciendo un trabajo artesano, tuyo. Además es que según te metes en el personaje, entiendes que quizás algunas cosas las diría de otra manera. Y eso suma, mejora la historia.

Siempre le he visto muy seguro, y eso también ha generado seguridad en mí

Alexandra Jiménez Sobre Fernando Líndez

Supone tu regreso a Telecinco. ¿Has sentido algún tipo de nostalgia?

Sí, aunque nunca me he desvinculado. He hecho muchas películas de Telecinco Cinema.

¿Cómo fue el rodaje?

Muy bien, tuvimos un poco de todo. La primera parte la hicimos en Madrid, luego en Dénia, y luego volvimos a Madrid. Hemos pasado muchísimo frío [ríe].

¿Por ejemplo en esa escena, clave para la serie, en la que te metes en el agua de noche?

Sí. Fue una escena complicada, pero al final lo hice y la verdad es que me sentí muy orgullosa de vencer el frío. El agua no es mi medio, ni el frío tampoco [ríe], pero también forma parte del juego, y del querer atreverte.

¿Llevabas algo, como un neopreno, para poder protegerte?

En algunos planos llevaba un neopreno que podía cubrirme hasta la cintura, pero de parte de arriba era imposible camuflarlo. Y en otros planos directamente no podía llevar nada.

¿Cómo acababas los rodajes? ¿Te costaba al volver al hotel, o sabes separarlo?

Sé separarlo, y de hecho nos reímos mucho en el rodaje. Hay algo inconsciente cuando uno tiene que contar algo tan trágico y tan tremendo, porque inevitablemente a nivel energético necesitas irte al otro lado. Instintivamente, es un método de compensación. Descargábamos, hacíamos mucho el tonto, y yo creo que surgía por necesidad de todos nosotros. Me lo pasé muy bien. Curiosamente sufrí mucho como personaje, pero como actriz lo disfruté.

¿Que sea una serie cerrada ayuda a querer meterse en el proyecto?

A mí me suelen gustar, tanto como actriz como de espectadora, las historias que tienen un principio y un final. Pero si fuera de otra manera, probablemente también lo haría. Sí creo que esta historia necesita de un final, necesita de un cierre.

Tu carrera se caracteriza tanto por el drama como por la comedia.

Claro, yo intento contar cosas muy diferentes, con estilos muy diferentes.

¿Te va apeteciendo cambiar? Por ejemplo tras este dramón absoluto, ¿afrontar una comedia?

Depende del proyecto y cómo se vaya dando. A veces en la vida te llegan tres cosas que tienen que ver, y luego otras tres que no tienen nada que ver. Va por ciclos, y tú vas enganchando según se va dando. No todo se puede planear. De hecho es que nada se puede planear.

Tiendo a querer trabajar antes que quedarme en mi casa por considerar que no es exactamente lo que me gustaría hacer

Alexandra Jiménez

¿La carrera de una actriz es también los papeles que rechaza? ¿Tú has rechazado muchos?

Algunos sí, claro. Pero tiendo a querer trabajar antes que quedarme en mi casa por considerar que no es exactamente lo que me gustaría hacer. Claro que hay cosas que no haces porque no puedes o porque de verdad no las ves, pero muchas veces se da un trabajo que piensas que no es el trabajo de tu vida, pero entre eso y quedarte en tu casa, yo elijo trabajar. Además, yo cuando no hago algo tiendo luego a no seguirlo.

¿Y estás pendiente luego de las nuevas ventanas o plataformas a las que llegue la serie, y nuevos públicos que puedan verla?

Sí, pero es que lo que ocurra de aquí a unos meses... como no lo sabemos, yo ya me limito al presente.

¿Eres de las que se buscan luego en Google, para ver qué se ha dicho de tu interpretación?

No, tendría que hacer terapia después. Lo más sano es no hacerlo. Todos lo hemos hecho alguna vez, y hemos llegado a la conclusión de: “¿Por qué lo he hecho? No sé” [ríe]. Yo no tengo ni redes.

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