Javier Cámara deslumbra en 'Yakarta': “Es bonito seguir sorprendiendo a la gente después de tanto tiempo”
A Javier Cámara le están lloviendo las felicitaciones por su papel protagonista en Yakarta, la nueva serie de Movistar Plus+ creada por Diego San José. De hecho, varios medios de comunicación consideran que este es, hasta la fecha, el mejor trabajo del actor riojano, que lleva más de 30 años dedicado a la profesión. “Qué bonito que te digan eso, que le sigas sorprendiendo a la gente después de tanto tiempo”, reacciona cuando verTele le pregunta por todos estos elogios que dejan entrever algún que otro premio futuro.
Cámara ha tenido que sacar adelante una actuación bastante compleja. “Joserra es un personaje oscuro, un hombre fracasado”, explica el actor sobre este hombre solitario cuyo único objetivo en la vida es que Mar, su alumna de bádminton, llegue a competir en Yakarta, La Meca de quienes manejan este tipo de raqueta. Está obsesionado con demostrarle al mundo que puede lograrlo, y parece que solo así mitigará el dolor de las heridas que han forjado su temperamento.
El protagonismo de la serie también está en manos de la jovencísima actriz Carla Quílez, que a sus 17 años empieza a deslumbrar en todos los escenarios tras conseguir la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián por La maternal. Cámara se deshace en elogios al hablar de su compañera: “Tiene la frescura, la inocencia y la fuerza de una adolescente que está a punto de alcanzar su mayoría de edad y que lleva desde los 13 años trabajando con mujeres fuertes y talentosas. Es una niña que se conoce un plató de arriba a abajo, es muy profesional”, dice. Reconoce, no obstante, que le dio “pudor” hacer un “desnudo emocional” tan fuerte delante de ella.
Es probable que Yakarta les traiga muy buenas noticias en los próximos meses. A ellos y a Diego San José, el creador de la serie, que se consolida en el género del drama después de haber triunfado durante años con la comedia. Cámara y San José trabajaron juntos en Vota Juan, otro gran éxito de ficción y el caldero en el que se forjó su amistad: “Me da unas alegrías estupendas”, exclama el actor, que confía en seguir trabajando mano a mano con el célebre guionista vasco.
Comentabas en una entrevista que el cambio de registro que has hecho se debe más a los proyectos que rechazas que a los que aceptas. ¿Qué proyectos descartarías ahora? ¿Qué es lo que no te apetece hacer?
A lo largo de una carrera de treinta y tantos años es verdad que has podido decidir poco porque tienes una película o una obra de teatro y no hay más, pero a veces uno se define más por aquello a lo que dice 'no' que por aquello a lo que dice 'sí'. Eliges un camino y descartas otro montón de caminos. Durante un tiempo hice mucha comedia porque empecé haciendo comedia, que funcionaba bien. Los cambios se van generando poco a poco. No es que los busques, sino que en tu cuerpo se producen los cambios físicos y anímicos como para enfrentarte a esta etapa. Uno elige lo que hay; lo otro es lo que dejas a un lado cuando eliges otra cosa.
A lo que de momento no te niegas es a trabajar con Diego San José.
¡Cómo me voy a negar, si me da unas alegrías estupendas! Es amigo y lo adoro. Él empezó a pensar Yakarta conmigo. Fui su confidente total. Estábamos rodando todavía Venga Juan y empezó a pensar en algo así como un deporte minoritario y una pareja solitaria. Teníamos referencias como El viaje a ninguna parte de Fernán Gómez, vimos varios documentales sobre deportistas y leímos la biografía de Andre Agassi, que es durísima. Queríamos ver lo que hay detrás del esfuerzo deportivo, y aunque la serie se ha ido por otros lados, eso nos gustaba mucho. Él me hizo partícipe de todo eso y le he acompañado durante un montón de tiempo mientras lo estaba pensando.
Varios medios de comunicación dicen que posiblemente sea este tu mejor trabajo interpretativo. ¿Estás de acuerdo?
Allá ellos. Qué bonito que te digan eso, que le sigas sorprendiendo a la gente después de tanto tiempo. Es un halago que lo hayan dicho, aunque seguramente habrá quien diga que no, pero no pasa nada.
La vida y la experiencia me han colocado en un lugar desde el que sé mirarme
¿Qué sensación se te ha quedado en el cuerpo al ver 'Yakarta'? Si es que la has visto...
Hay algunas escenas que me gustan mucho. Son escenas con Carla [Quílez] y son difíciles. Soy crítico con mi trabajo y a veces digo: '¡Ay, eso es lo que quería decir ella [la directora] pero no lo entendí!'. Valoro dos o tres escenas que me gustan mucho, y seguramente tendré 10 o 12 que no entendí y que ahora sí veo. Pero luego se pone todo eso junto y funciona más o menos. En este caso, funciona más, y la gente está contenta cuando lo ve, pero sí es cierto que uno, cuando se ve a sí mismo, ve todas las cosas que tenía que haber hecho y no ha hecho. Todavía estoy en un proceso crítico con lo que estoy viendo. Lo interesante es que a la gente le guste y así vas calmando el nervio.
¿Es una autocrítica sana, o te martiriza mucho?
Sí, sí. Siempre sana. La vida y la experiencia me han colocado en un lugar desde el que sé mirarme. Ya no hay vuelta atrás, así que no voy a hacerme sangre. Hay otras cosas que me quitan el sueño, esto no.
'Yakarta' tiene momentos muy duros. ¿Cómo los has afrontado?
En el capítulo 5 hay una escena en la que hablo con Carla en una terraza. Ese día había un ruido tremendo porque no estaba amaneciendo, que es cuando querríamos estar rodando, sino que eran las dos de la tarde y había un grupo de gente bañándose en una piscina. Había un ruido tremendo. Rodamos siete tomas, que fueron bastante duras, y el sonidista dijo que no valía ninguna porque había mucho ruido. Rodar algo tan difícil siempre está lleno de complicaciones. Los rodajes nunca son idílicos y siempre hay cosas que los hacen complicados. En este caso, me daba pudor hacer esa escena porque mi personaje hace un desnudo emocional delante de Carla. Yo siempre pensaba que ella es menor de edad, aunque sea muy madura, y pensaba en los menores de edad cuando se enteran de que la vida no es bella sino que puede ser terrorífica. Me daba mucho pudor hacer esa escena y algunas otras más.
En esa escena, además, se puede interpretar cierto chantaje emocional por parte de tu personaje.
Joserra es un personaje gris en todos los sentidos, y cuando alguien es gris es porque tiene luces y sombras. Joserra es un personaje sombrío, un hombre fracasado, alguien que nunca supo qué hacer. Lo hizo mal con todos, pero no va a dejar de intentarlo porque es un jugador profesional y tiene que demostrárselo a los demás. No puede evitar hacer lo que hace.
Tiene la imperiosa necesidad de vengarse.
Yo creo que la venganza es un motor que mueve muchísimo a este personaje. En otras historias mueven el amor, el deseo o cualquier cosa positiva, pero Joserra es un hombre movido por la venganza.
Joserra es un personaje gris en todos los sentidos, sombrío, un hombre fracasado, alguien que nunca supo qué hacer
La venganza suscita en muchos casos el rechazo del público, pero en este caso también nos ayuda a empatizar con la situación de Joserra. Las víctimas pueden hacer cosas fatales en sus vidas, pero todo tiene un origen.
Las víctimas no son perfectas. Al menos, Joserra no es perfecto. Este hombre reconoce que ha hecho cosas mal, pero solo pide que vuelvan a confiar en él. Hay algo muy sutil en todo este trabajo porque empatizas con una persona herida mientras que hay una niña que puede que le ayude o que acabe tan desolada como él. Ese es el intríngulis de la serie.
Y, sin embargo, hay algunos momentos de humor o de comedia negra, o así los he interpretado yo. Da la impresión de que a Diego San José y a Elena Trapé les gusta dar esas pinceladas. ¿Tú eres de los que prefieren una sonrisa fugaz en un momento lacrimógeno?
Nosotros no trabajamos la serie como si tuviera momentos de comedia. Él nos decía todo el rato que quería eliminar esos momentos, pero sí es cierto que él tiene un reclamo de la comedia, donde ha triunfado, y es cierto que hay algunas lecturas dentro de la propia serie que se pueden leer como divertidas o graciosas. Está bien que en un drama la gente suelte una risa para calmarse un poco, pero no era lo que estaba pensado. A él le han sorprendido algunas risas... ¡como si no supiera de dónde viene!
Carla Quílez tiene 17 años, pero hay algo en ella que podría intimidar a cualquier adulto
Tiene la frescura, la inocencia y la fuerza de una adolescente que está a punto de alcanzar su mayoría de edad y que lleva desde los 13 años trabajando con mujeres fuertes y talentosas como Pilar Palomero, Leticia Dolera, Elena Trapé y muchas otras. Es una niña que se conoce un plató de arriba a abajo, es muy profesional. Con Diego he tomado un café y me decía: 'Jo, creo que somos amigos de Carla. Qué bien, ¿no? Nunca habría pensado que fuera a tener una amiga de 17 años'. Pero es que es una niña tan madura, tan profesional y tan buena gente, que ha sido un gusto trabajar con ella.
Por hacer un símil con la serie, ¿llegará Carla Quílez al 'Yakarta' de la interpretación?
Absolutamente, absolutamente. Pero Javier Cámara nunca le diría que tiene que llegar a Yakarta; le diría que lo próximo es Totana. Paso a paso. Lo que pasa es que ella ha hecho ya San Sebastián y ha estado en capitales gordas, así que habría que seguir con otras capitales gordas.
Viendo las dos últimas series de Diego San José, 'Celeste' y 'Yakarta', queda comprobado que con presupuestos más o menos humildes se pueden hacer grandes series.
Sí, pero no es solamente el caso de Diego San José. Es el paradigma español y por eso hay bastantes plataformas que producen en España, porque desde hace mucho tiempo hacemos series de mucha calidad con un presupuesto ajustado. A nadie le sobra el dinero, por mucho dinero que tengas, pero es verdad que ha habido presupuestos muy bajos y hemos sacado las cosas adelante. Es una situación española constante, de la cual se aprovechan algunas plataformas porque aquí se hacen las cosas muy bien. Hay muchos profesionales, escritores y gente muy preparada. No sé si llamarlo industria, pero hay muchísimo talento.