La actriz ucraniana que recrea la guerra mientras su familia la sufre: “A mi primo le mandaron al frente”

Karina Kolokolchykova, en el SISF

Marcos Méndez

Han pasado prácticamente tres años desde que Rusia inició su invasión de Ucrania, y en estos días la guerra vuelve a estar en el epicentro de la política mundial después de que Europa se movilice de urgencia para contrarrestar la reunión bilateral que el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantendrá con el líder ruso, Vladimir Putin. En ella negociarán pese al rechazo de Zelenski, mientras todos temen que Trump vaya a apoyar la definitiva anexión de los territorios ucranianos de los que se ha apoderado Rusia.

Este primer párrafo es una extraña introducción para una entrevista realizada a una actriz como Karina Kolokolchykova, que va a protagonizar Ella, maldita alma; la próxima gran serie de Mediaset que se verá en Telecinco. Pero también es un perfecto ejemplo de cómo los dramas de la guerra son mucho más cercanos de lo que creemos, y afectan a personas a las que vemos en nuestra televisión.

Porque Karina Kolokolchykova es de Ucrania, y a sus 33 años ha asentado su carrera en España en series como Servir y Proteger o Paraíso, además de intervenir en otras ficciones, películas y cortos. Algo que le ha permitido huir de la guerra que se vive en su país de nacimiento, y que afecta a toda su familia: “Mi gente lo vive de verdad, y hay mucha culpa cuando lo ruedo”. La actriz explica que para grabar escenas que recrean su país en guerra “hay que estar muy fuerte mentalmente”, y confiesa cómo intenta cambiar el chip: “Lo que me digo cuando lo estoy rodando es que esto puede servir para algo bueno”.

La situación le afecta muy personalmente, como explica de forma desgarradora con el ejemplo de su primo, al que han mandado al frente: “Es un niño de veintipocos años, informático, que vivía con su husky en su casa tranquilo... hasta que te llega la notificación y tienes que ir. (...) Entonces ahora me manda vídeos, al grupo de la familia, de él en un tanque... (...) Lo veo y se me rompe el corazón, porque digo: este chico no tiene que estar ahí”.

La actriz valora esta gran oportunidad, su primer papel protagonista rodeada además de Martiño Rivas y Maxi Iglesias, en una serie creada por Aurora Guerra basándose en el relato homónimo de Manuel Rivas (padre a su vez del actor). Y sobre todo razona de cómo le dará ocasión de hacernos ver lo que sigue sucediendo en su país: “Los días que grabamos como si estuviéramos en Ucrania son muy duros”.

Karina Kolokolchykova, Maxi Iglesias y Martiño Rivas en 'Ella, maldita alma'

¿Qué supone para ti y tu carrera 'Ella, maldita alma'?

Buf... pues es una mezcla de muchos sentimientos. Para empezar mucha felicidad, no puedo creerme que estoy viviendo mi sueño desde pequeña, poder trabajar en un proyecto así, mi primer papel protagonista, acompañada de este elenco... Y claro, también está esa parte un poco de la presión, cuando confían en ti sin ser muy conocida y te dan esta oportunidad, tienes que estar a la altura, y no decepcionar a nadie, y gustar, y hacerlo bien. Entonces es una mezcla de muchas cosas, pero creo que por encima de todo está la felicidad por vivir algo así.

¿Cómo te llegó el proyecto? ¿Hubo casting, o te llamaron?

Hubo un casting, un proceso largo el pasado verano, que yo estaba en un sin vivir mirando el teléfono [ríe]. Se planteó la opción de hacerme el casting porque yo ya había colaborado con Plano a Plano [la productora] en Servir y Proteger durante años, y ya me conocían. También en Cicatriz. Y entonces era como “esta chica ucraniana, con la que ya hemos trabajado, que sabemos cómo trabaja”... Hubo una llamada, diciéndome: tenemos esta opción, ¿te interesa? Y yo: “Claro, ¿cuándo empezamos?”. Y ellos: no no, hay un casting [ríe]. Hicimos el proceso del casting, y casi el día de mi cumpleaños recibí la llamada conduciendo, y me puse a gritar. A partir de ahí como que me calmé y dije: vale, lo tengo. Y me empecé a preparar. Pero fue un sube y baja emocional todo el rato [ríe].

Interpretas a una chica ucraniana, y como la serie da valor a la multiculturalidad, representas a tu país y tus raíces. En un momento como este con la guerra, ¿qué te hace sentir?

Mucha presión, y como comentan también los compañeros, los días que grabamos como si estuviéramos en Ucrania son muy duros. Porque es como si estuviéramos haciendo “el juego” de los disfraces, de los refugiados, de los cadáveres, de los soldados... Y mi gente lo vive de verdad. Entonces hay mucha culpa también cuando lo ruedo.

Recuerdo el primer día que me impactó mucho porque llegué a donde íbamos a hacerlo, y lo vi, y fue muy duro, la verdad. Pero le quiero dar la vuelta y enfocarlo desde la perspectiva de que vamos a mostrar la realidad sobre lo que está pasando en mi país, para que la gente vea y sienta cómo puede ser vivir en esa situación. Y que sirva para algo, para que la gente vea todo ese dolor. Pero rodarlo es duro, de verdad.

Los días que grabamos como si estuviéramos en Ucrania son muy duros

Karina Kolokolchykova

¿Este papel que te ha hecho aprender? ¿Te ha hecho salir de tu zona de confort?

Mucho, sí, por el tema de la guerra. Esa parte hay que estar muy fuerte mentalmente para rodarlo. Y creo que es un ejercicio de no juzgar. Porque quizás vemos determinadas situaciones desde fuera, y de pronto cuando abordas personajes que pasan por una tesitura que dices: “Si yo estuviera ahí nunca haría...”, y al vivirlo desde dentro no puedes entrar juzgando, tienes que entender lo que está viviendo. Creo que es un buen ejercicio para no juzgar a los demás, porque cada uno vive, fuera de la guerra real, su guerra personal.

La serie ayuda a entender que todos tenemos decisiones difíciles, y que hay que escoger. Y a veces cuando apuestas por tu felicidad puedes dejar a mucha gente herida por el camino. Y puedes romper el corazón a otra persona cuando apuestas por ti. Pero hay una frase que dice Ana [su personaje] en la serie que me gusta mucho, porque ella le dice a Fermín: “¿Y qué nos merecemos nosotros, Fermín? Sólo tenemos una vida, ¿qué nos merecemos nosotros? ¿Apostar por el deber, o por nuestra felicidad?”. Y es una buena pregunta. ¿Qué nos merecemos nosotros?

La serie va a hablar de la guerra, y también de la inmigración.

Sí, yo soy una ucraniana, y voy a dar clases de español a migrantes [ríe].

En definitiva, va a acoger temáticas muy importantes como la inmigración, en tiempos en los que a refugiados de guerra como los ucranianos algunos los consideran inmigrantes ilegales.

En concreto creo que de los ucranianos no se va a hablar, pero sí hay muchos inmigrantes de África, y hay un personaje también proveniente de África. Pero claro, son tramas de otros personajes, en los que justo yo no estoy. Mi trama es muy moral, amorosa, religión... No se trata tanto de política. Pero justo el personaje de Maxi [Iglesias], y hay otros personajes también extranjeros que abordan más esos temas.

Hace poco a mi primo le mandaron al frente. Es un niño de veintipocos años, informático, que vivía con su husky en su casa tranquilo... hasta que te llega la notificación y tienes que ir

Karina Kolokolchykova

¿Crees que mostrar de esta manera la guerra, a través de la ficción, y recordar que todavía hay gente que está muriendo, sirve para abrirle los ojos a la gente?

Sí, creo que sí. Eso es lo que me digo cuando lo estoy rodando: que esto puede servir para algo bueno. Porque hay muchos conflictos, y se produce como un desgaste psicológico, no nos importa de la misma manera, con la misma intensidad todas las guerras. Y Gaza, y Ucrania, y Afganistán, y Siria... Y al final te disocias para protegerte, para disfrutar de la vida. Y eso conlleva la culpa, porque claro, no estás ahí. Es un cacao de sentimientos y emociones. Pero está bien, sí, recordar que eso sigue pasando, lamentablemente. Y bueno, igual sirve para algo.

¿A ti te ha afectado a nivel familiar, o con amistades, la guerra?

Sí, porque toda mi familia está ahí. Mis abuelos, mis primos... todos siguen viviendo allí menos mis padres. Y de hecho, hace poco a mi primo le mandaron al frente. Y no sé si está en Donbass, en Donetsk... no sé dónde está. Es un niño de veintipocos años, informático, que vivía con su husky en su casa tranquilo... hasta que te llega la notificación y tienes que ir. Porque si no vas, vas a prisión. Es obligatorio. Entonces ahora me manda vídeos, al grupo de la familia, de él en un tanque... Que es como si tú, mañana, estás en un tanque. No es un soldado, no es un mercenario, no es su sitio. Pero lo hace, y lo hace como orgulloso, como: esto es mi país, esto es donde tengo que estar. Está cantando con sus compañeros... Pero lo veo y se me rompe el corazón, porque digo: este chico no tiene que estar ahí.

¿Por eso también es importante que las figuras públicas, dentro de lo complicados de hablar que son estos temas, se expresen en redes para que la gente no se olvide?

Sí, pero también yo siempre he tenido este conflicto de hasta qué punto se preguntan muchas cosas políticas a los actores. Incluso mientras crecía, me preguntaba y yo decía: Jo, es que si a mí me preguntan sobre cualquier conflicto, o cosas políticas, diría: es que yo no lo represento. Yo no soy el portavoz de, o yo no soy especialista en geopolítica, en diplomacia. Entonces también a veces posicionarme mucho, digo: Es que no lo represento, no tengo el conocimiento suficiente. Y por ejemplo, si hablo de Ucrania, es porque es una cosa personal, sentimental mía. Pero cuando me preguntan cosas políticas, digo: es peliagudo, porque todos podemos opinar, pero no soy nadie; y enseguida la gente te sitúa, te etiqueta, te pone en un lugar. Entonces... bueno, se responde dentro de lo que se puede [ríe].

Mi primo ahora me manda vídeos, al grupo de la familia, de él en un tanque. Lo veo y se me rompe el corazón

Karina Kolokolchykova

Hablabas antes de 'Servir y proteger', en la que tuviste un shippeo importante con otra actriz. Ahora vas a estar entre Martiño Rivas y Maxi Iglesias, ¿puedes ser una de las mujeres más envidiadas de España cuando la serie salga?

[Ríe] Envidiada, u odiada... Está siendo un aprendizaje, claro. Ellos llevan casi toda la vida rodando, trabajando. Están siendo muy generosos conmigo. Son personas de las que puedo aprender, dan buenas ideas. Improvisamos mucho también en determinadas secuencias y la verdad es que se lo agradezco mucho porque están siendo muy pacientes, muy generosos y como muy dispuestos a “¿Qué necesitas?”, “Te acompañamos”... Entonces agradezco mucho, la verdad, que sean así. Porque hay cosas que digo: “Joder, esto es mi primera vez, estoy nerviosa”, y me dicen: “Tranquila, no te preocupes”. Está siendo guay, la verdad. Estoy bien acompañada [ríe].

Fuera de 'Servir y proteger', has hecho muchas películas y cortos de terror, como 'La abuela' con Paco Plaza. ¿Lo buscas?

No tantas como me gustaría [ríe]. Es que es mi género favorito, y si pudiera, rodaría más. Es que me encanta el terror. Tengo muchos castings de terror, como de aparición demoníaca, fantasma, bruja... También estuve en Paraíso, en Movistar Plus+, con efectos especiales de todo el cuerpo que eran como ocho horas de preparación para ser una no-muerta. Sí, me encanta. Todo lo que sea terror, que me llamen, que me gusta mucho [ríe].

.

Etiquetas
stats