María Cerezuela y el reto de ser una protagonista sorda en 'Romi': “Acercamos a esta realidad que también existe”
Quizás ni te has enterado, pero Amazon Prime Video ha estrenado este viernes 26 de septiembre una nueva serie española, Romi. Además a cargo de Mediterráneo, la factoría de ficción del grupo Mediaset. Pero su tráiler no puede encontrarse en Youtube, no ha habido ninguna nota para anunciarlo y promocionarlo, ni tampoco hemos tenido acceso a fotos. Al menos este viernes sí aparece en el top-3 de recomendaciones de la plataforma. Pero sin duda, Prime Video ha tenido una curiosa manera de “promocionar” esta producción de Mandarina.
En verTele nos hemos “salvado” porque al menos sí tuvo presentación en el South International Series 2025, al que acudimos recientemente en Cádiz, donde el CEO de Mediterráneo y Telecinco Cinema Ghislain Barrois explicó la curiosa forma en la que había nacido el proyecto (adquirido de un programa de búsqueda de talento de showrunners, en este caso del joven creador Iker Azcoitia), y su difícil desarrollo (fue paralizado dos veces, y sólo el empeño del productor Santi Botello logró sacarlo adelante).
La ficción es un drama procedimental protagonizado por María Cerezuela en el papel de Romi, una detective que es sorda, y dirigido por Inés París. Y gracias a su presencia en el festival, pudimos hablar con la intérprete de 31 años que ganó el Goya como Mejor Actriz Revelación en 2022 y que afronta su primer papel protagonista en una serie: “Aprendí muchísimo, también la manera de conocerme como actriz”.
Hablamos con María Cerezuela para comprender el reto de interpretar a un personaje sordo, reconociéndonos que no ha podido tener referentes para prepararlo, y comparte su dulce visión de la interpretación desde el compañerismo (en esta serie, sobre todo con Edurne Azkárate) y el aprendizaje de 'los mayores', como ella se refiere cariñosamente a Elena Irureta, Asier Etxeandía y Natalia Millán: “El 50% de tu trabajo está en los ojos del otro compañero”.
¿En qué momento y de qué forma te llega la oportunidad de ser Romi?
Me llegó el casting, y te dan como una sinopsis muy chiquitina del personaje. Leí las separatas, y me pareció un proyecto en el que quería estar de cabeza, y también el personaje. Me parecía un personaje muy complejo ya en las separatas, que es muy poquito, y que estaba muy bien escrito, y lo quise hacer. Hice un casting, me cogieron, y directa.
Es también tu primer protagonista en una serie, tras hacer cine y mucho teatro. ¿Lo ves como una plataforma?
Es que no pienso tampoco mucho en la proyección que yo vaya a tener luego. Obviamente es algo que los actores y las actrices, sobre todo cuando somos emergentes y estamos empezando, que sí que ayuda. Porque al final, si nuestro trabajo está bien y gusta, probablemente sigas trabajando.
¿Pero sí abre una ventana para llegar a mucha más gente, no?
Sí, sí. Ha sido mi primer protagónico en una serie. Estuvimos unos cinco meses, más o menos, y yo rodaba prácticamente todos los días. Hubo días que obviamente estás cansada, hace frío y te dices: no puedo más. Pero aún así fue una experiencia súper grata. Aprendí muchísimo, también la manera de conocerme como actriz. De qué manera lo experimento yo.
El 50% de tu trabajo está en los ojos del otro compañero
¿Era una experiencia nueva para ti, a nivel interpretativo?
Sí. Y de forma de trabajar, y muchas cosas. A la hora de enfrentarme a un personaje por ejemplo me di cuenta rodando esta serie que yo trabajo desde el aquí y el ahora. Y también me gusta mucho sentir que el resto de actores y actrices nos estamos ayudando los unos a los otros. Porque yo creo que el 50% de tu trabajo está en los ojos del otro compañero. De esa manera, y escuchando también a la directora.
¿Cuál era tu principal reto con Romi?
Antes de rodar hay un trabajo previo con Romi, porque para mí era muy importante entender cuál era su herida y por qué ella, de alguna manera, se comporta así. Es una persona que tiene un carácter muy fuerte, que es muy directa, que confía mucho en sí misma, que le gusta trabajar sola. Todo eso viene precisamente de haberse quedado sorda. Ella nace como una persona oyente, pero con menos de 10 años sufrió un accidente donde perdió la audición y también a su padre. Entonces, a pesar de que hayan pasado más o menos 20 años, todavía sigue con esa herida. Le pusieron un implante coclear, con el que escucha perfectamente, pero cuando se lo quita, no oye absolutamente nada. Aprende lengua de signos, pero lo utiliza de manera muy ocasional.
Creo que Romi tiene esa cosa de sentirse entre dos mundos, y a ella le crea mucha inseguridad. Esto, sumado al trauma de su padre, le crea una herida y una barrera por la que dice: 'A mí nadie más me va a hacer daño. Yo voy a lo mío, voy a tope, no confío en nadie'.
Junto al personaje de su “ayudante”, os habéis acercado a la comedia.
Por una parte está el thriller, la historia de Alaia [su madre, y jefa de investigación de la Ertzaintza] con la policía y la investigación de Vicente [el padre fallecido de Romi] y luego, por otro lado, estamos Edurne y yo [los personajes de Nere y Romi]. Somos las detectives, y en cada episodio tenemos un caso distinto que vamos resolviendo. Romi no duda en burlar la ley si hace falta para conseguir algo, y Nere es todo lo contrario. Son personajes que tienen caracteres totalmente distintos, y de esa manera surge la comedia, y es muy gracioso de ver.
¿Has podido tener algún referente para preparar un personaje sordo?
No, no tuve ningún referente televisivo, pero sí lo he preparado con personas sordas, y además en la serie contamos también con actores sordos. También tuvimos una coach, Sara Castro, que es genial, que es la que nos enseñó lengua de signos y estuvo con nosotras desde el principio hasta el final. Venía con nosotras al rodaje, y aparte de enseñarnos lengua de signos, también nos enseñaba cómo una persona sorda se comporta en una sociedad para personas oyentes. He preguntado a personas profesionales y que obviamente se dedican a ello, pero como referente no he tenido.
Y sin crear presión, ¿sabes que desde ahora Romi sí será un referente para crear ese tipo de personajes?
Bueno, ojalá [ríe]. Nosotras con esta serie intentamos de alguna manera acercar al público oyente a esta realidad que también existe, y ya está. Yo, con que guste, me conformo.
¿Cómo definirías el “superpoder” de Romi? ¿Cómo lo has interpretado e integrado?
Efectivamente, el hecho de ser sorda ella también lo utiliza como una ventaja. En la serie, de alguna manera, se habla de la sordera de Romi como una ventaja a la hora de resolver los casos. Ella, aparte de estudiar un máster en lenguaje no verbal y microexpresiones, controla mucho la lectura biofacial. Es como ponerte delante de un polígrafo: si me mientes, voy a saber que me estás mintiendo. Y luego, ya digo, que es como un caballo y si tiene que pasar por encima de la ley, lo va a hacer. No tiene ningún escrúpulo [ríe].
¿Cómo llega a ser detective? A priori, no es una profesión que pueda relacionarse con una persona sorda.
La verdad es que eso no se cuenta en la serie, directamente ella es detective. Sí que Martín, que es el jefe, el personaje interpretado por Asier Etxeandía y que es muy amigo de Alaia, la madre de Romi y jefa de investigación criminal de la Ertzantza; conoce a Romi desde pequeñita y sabe que tiene ojo. La contrata y empiezan a trabajar juntos.
El Goya está muy bien, pero para mí lo más importante era que me siguieran llamando y seguir trabajando
Hablabas de la importancia de tus compañeros. En 'Romi' has tenido a Elena Irureta, a Asier Etxeandía, a Natalia Millán... ¿Cómo ha sido trabajar con ellos en tu primer protagónico de una serie?
Me siento muy afortunada, la verdad, porque son personas de las que he aprendido muchísimo. Debo decir que era una persona que al principio me machacaba mucho, como “esta secuencia la podría haber abordado de otra manera”, y me iba a casa un poco rayada. Pero luego me di cuenta, y veía a 'los mayores' y decía: jo, pues en vez de verlo así y tener tanta negatividad, vamos a pensar distinto. Ahora se me ocurre algo que podría haber hecho mucho mejor, pero me lo guardo para la siguiente.
He aprendido mucho de ellos, de la tranquilidad con la que abordan un rodaje, a pesar de las prisas, del estrés y de que va todo muy rápido. He aprendido eso, el ver cómo escuchan, cómo miran, cómo afrontan el personaje. Incluso cómo proponen, porque también Edurne y yo había veces que decíamos: ¿Podemos hacer esto? A veces nos lo compraban, a veces no, pero era una de las cosas que veíamos en 'los mayores'.
¿Para tu carrera ha sido clave el momento Goya? ¿Cómo lo has notado?
Sí, te da más visibilidad a la hora de hacer castings. También digo que el Goya está muy bien, y al final es un premio a un proyecto de toda tu carrera. Yo lo que siempre he dicho es que el Goya obviamente fue bienvenido, fue súper guay, una experiencia brutal, pero para mí lo más importante era que me siguieran llamando y seguir trabajando, porque es una profesión donde hay una tasa de paro bastante grande. El hecho ya solo de estar trabajando, para mí ya es un premio. Y sí, el Goya al final te da más visibilidad a la hora de hacer castings. Pero tú en los castings tienes que seguir peleando [ríe].
¿Para Romi tuviste mucha pelea?
La verdad es que no, yo hice un casting y ya está. Pero vamos, me refiero a que a parte de mí, supongo que habría más actrices. Al final te presentas a un casting con un mismo perfil, y tú estás con otras compañeras que también se postulan a ese personaje. Hay muchas veces que les toca a otras personas, y muy poquitas te tocan a ti.
A mí me gusta más el cine, y mucho más que el cine me gusta el teatro
Y ahora que has probado la 'full experience' televisiva de protagonizar una serie, ¿vas a querer ir tocando todos los palos, cine, series, teatro...?
Es cierto que a mí me gusta más el cine, y mucho más que el cine me gusta el teatro. Yo soy una actriz de teatro, empecé en teatro, el año pasado estuve en el Centro Dramático Nacional con María Velasco haciendo 'Primera Sangre', después de rodar Romi, y eran mundos completamente distintos. Porque al final, a la hora de ensayar una obra de teatro tienes tu tiempo para probar. Y en el audiovisual, tienes muy poquito tiempo de ensayo, o por lo menos yo los proyectos que he hecho hasta ahora, he tenido muy poquito. Entonces, a medida que va avanzando la serie, vas encontrando por dónde va el personaje. No sé, ojalá siga trabajando de... de lo que sea [ríe]. Pero si tengo que decir algo, me gustaría mucho el teatro.
¿En qué estás ahora? Si puedes contar algo...
Pues de momento no tengo ningún proyecto, pero en agosto acabé una peli, que es la próxima de Daniel Monzón y se llama Ruega por nosotras, y ¡buf! ha sido una experiencia impresionante. Hacía mucho también que no hacía cine, y ha estado muy guay. Y trabajar con Daniel Monzón ha sido impresionante, es un director majísimo.
¿Y si Romi te llama para la segunda temporada?
Pues ojalá, ojalá [ríe]. Hay que ver primero a ver cómo cae esta primera temporada, pero si cae bien, pues sí, claro. Ojalá.
Hay castings que salen, y muchos otros, la mayoría, no salen
El hecho de que esté en Prime Video y luego seguramente llegue a Telecinco, ¿cómo lo ve una como actriz?
Es presión porque al final nuestro trabajo es público y siempre quieres que guste. Pero el hecho de ser actriz también es como que firmas con el diablo: hay veces que vas a gustar, y sabes que no siempre vas a gustar a todo el mundo. Luego hay que afrontarlo como puedas, yendo a terapia o como sea. Yo estoy muy satisfecha con mi trabajo y con el trabajo de mis compañeros. Nos hemos dejado el alma en este proyecto. El hecho de que guste o no guste ya no depende de nosotras, así que estoy tranquila.
Ahora que dices que no tienes ningún proyecto entre manos, ¿cómo se llevan los tiempos de espera, o los noes?
Pues es lo mismo. Es que es parte de nuestra profesión. Hay momentos en los que estás a tope trabajando, y momentos en los que menos. Hay castings que salen, y muchos otros, la mayoría, no salen. Pero al final es nuestro trabajo.
¿Te ves en un futuro, como otras compañeras, produciendo, inventando y creando cosas? ¿O por ahora no te ves en esa faceta?
No, no. De momento no. Interpretación es donde más cómoda me siento.
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