'Bones' 10x19 Review: el principio del fin para la serie
Por: Silvia GiménezSilvia Giménez
Siempre me ha gustado la química que existe entre los protagonistas de 'Bones'. Hace tiempo también me sorprendieron algunos secundarios. Durante las 10 temporadas de esta serie hemos presenciado cómo eran capaces de resolver cualquier cosa que caía en sus manos, y con esta última vemos flashbacks de anteriores capítulos con los que vamos cerrando tramas.
Durante los primeros capítulos de temporada creía que todavía nos quedaba serie para rato, pero tras estos últimos asistimos al principio del fin.
(¡Alerta SPOILERS!)
Mientras unos en el capítulo anterior piensan en una gran casa en Páris ( Hodgins y Ángela) - en la que obviamente ignoran a cómo va el metro cuadrado en la capital francesa- otros se separan....
Esta vez viajamos con Aspartoo a Irán, o República Islámica como la llaman varias veces. Ante la enfermedad de su hermano no lo duda y a pesar de ser peligroso - ya que recordamos fue exiliado- decide ir pase lo que pase. Y claro...¡ es evidente lo que pasará! Es en esto, donde veo que la serie pierde ritmo, que es previsible, que ni siquiera nos lo envuelven en un papel para que por lo menos tengamos que pensar un poco y ponernos en una situación dramática. Sabemos qué va a pasar y pasa, sin más.
Aspartoo es capturado en mitad de una conversación con Cam y ahí comienza la desesperada búsqueda del antropólogo y el porqué de todo esto. Así que, cuando Cam está dispuesta a viajar sola en su búsqueda es Booth quien tira de agenda pidiendo por télefono que necesita cobrarse un par de favores. Cuando llegan se dan cuenta de que van a parar a la misma persona que tiene retenido a Aspartoo. Este resulta ser un miembro del gobierno que descubre el cadaver de su hijo descompuesto y devorado por carroñeros. Les dice que no pueden quedarse allí y que deben regresar pero sin Aspartoo que esta intentado hacer la autopsia.
Pronto Booth le abre los ojos poniéndole a su disposición al FBI y a la mejor doctora forense para desvelarle lo que le ha pasado a su hijo.
Descubrimiento de Brennan
Por otro lado la trama que realmente nos interesa no es esta, seamos claros, lo que nos interesa es la relación de Booth y Brennan y es que al principio del cápitulo y en un flashback nos recuerda el caso en el que Booth tuvo que hacerse pasar por un jugador de poker cuando el tenía problemas con el tema del juego y las apuestas. El nervioso y a escondidas vuelve hacerlo, dejando todo en el aire para irse en busca de Aspartoo. El problema es que pierde y un nuevo corredor de apuestas se presenta en su casa mientras Brennan y la pequeña “mini huesos” se preparan para salir, destapando el secreto de Booth.
Brennan entonces pide ayuda al compañero del FBI de Booth para que investigue a este corredor de apuestas y cuando lo tiene delante, amenaza con contarlo todo en la televisión. Así que la opción es pagar.
Ajenos a todo esto resuelven el caso que les llevó a Irán, eso ya lo sabíamos, no sin antes recordarnos los prejuicios con los que se encuentran allí que hacen que Cam saque su carácter y que como comentaba al principio hace suponer que ¡vamos de boda en más o menos dos capítulos!
Al llegar a casa Booth espera que su “huesos” y “mini huesos” Christine le esperen con los brazos abiertos pero eso le queda lejos.
El regreso a casa
Brennan tras un pequeño interrogatorio de no más de dos preguntas, buscando la sinceridad en Booth y tras comprobar que no va a confesar que ha recaído y que se niega a la ayuda de su padrino, con una mirada fria y sin mover una pestaña le dice que se vaya. Realmente esto es lo más interesante en este capítulo y que es lo que no hace esperar el siguiente con las mismas ganas de aquella séptima temporada en la que Huesos le confesara que iba a ser papá. Lejos queda la trepidante temporada pasada en la que perdimos a un gran personaje como Sweets.
Espero que, por lo menos en estos tres episodios que quedan, sean capaces de hacer que nos despidamos de esta serie de culto como se merece y con un buen sabor de boca.
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