'How to get away with murder' 2x09 Review: un final a lo Annalise
Por Ángela Pérez
(AVISO SPOILERS)
¡Por fin! ¡Por fin lo sabemos todo! O al menos una gran parte porque con los guionistas de ‘How to get away with murder’ nunca se sabe. Menudo final de media temporada que nos tenido en tensión hasta el final y menuda forma de contarlo, con unas propuestas narrativas y técnicas excepcionales.
La muerte del padre de Asher
Tras producirse una filtración sobre los casos de corrupción de los que el padre de Asher era culpable, este decide poner fin a su vida ahorcándose. Y claro, Asher culpa a Sinclaire y la atropella en un momento de ira. ¿A alguien le ha dado pena?
No se sabe si para proteger a Asher, a Nate (porque acababa de amenazar a Sinclaire y por tanto sería sospechoso de su muerte) o a sí misma, pero Annalise decide recrear la escena del crimen en la mansión de los Hapshall.
Bonni es la encargada de deshacerse del cuerpo llevándolo hasta allí y, con la ayuda de Asher, la tiran desde lo alto de la casa. Mientras tanto Frank, inducido por Annalise, se encarga de Catherine, a quien pretende culpar y matar.
Mientras, tanto el primo biológico, Philip, como Caleb, permanecen alejados de la escena del crimen y no sabemos cómo reaccionaran cuando se enteren de la estrategia de nuestra abogada favorita.
Fallos de planificación
Esta estrategia tiene sus fallos ya que decide que deben dispararla para añadir pruebas y dramatismo al supuesto asesinato cometido por Catherine. Para ello, intenta convencer a sus pupilos de que alguno de ellos dispare contra ella soltando perlas que aumentan el odio acumulado que sienten hacia ella.
El ganador es Wes cuando le confiesa que es responsable de la muerte de Rebecca, aunque en vez de dispararle en la pierna lo termina haciendo en el costado, haciendo que el asunto pinte mucho más chungo.
Y menos mal que no le ha contado todo lo que sabe porque la hubiera rematado ya que también hemos descubierto que Annalise estuvo involucrada en lo ocurrido con la madre de Wes. Así que no, no era su madre, su tía, ni nada; simplemente hace diez años ya se dedicaba a hacer de las suyas.
Al menos sabemos que vivirá para llegar al hospital y que los chicos saldrán de la escena del crimen antes de ser descubiertos. Eso sí, el lío en el que se han metido esta vez es bien gordo.
El capítulo ha sido alucinante pero lo mejor ha sido la forma de contarlo, con idas y venidas al pasado, que nos han hecho comprender y admirar la maestría con la que está tratado el capítulo.
Además, hay que destacar la profundidad que tienen todos los personajes a pesar de ser una serie coral. Hemos podido meternos en la piel y en la cabeza de cada uno, entender su situación y justificar sus actos.
No nos cansamos de ver esta serie y nunca deja de sorprendernos. Ahora nos queda sufrir el mono de Annalise hasta el 11 de febrero, ¡hasta entonces!
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