'The Flash' 3x07 Review: Fuera la máscara

'The Flash' 3x07 Review: Fuera la máscara

Por Alberto Rodríguez

Cuando leí el nombre del capítulo de esta semana, Killer Frost, pensé en titular esta review como ‘Crónica de una metahumana anunciada’. Pero, una vez visto, me pareció más acertado el relativo al antifaz, pues en este episodio descubrimos por fin quién se encuentra detrás de la careta de Alquimia, y además, Caitlin y Cisco confiesan sus verdaderos sentimientos frente al conflicto que tienen abierto con Barry.

(Uno de los spoilers grandes de la temporada está al final de este artículo, así que prosigue bajo tu responsabilidad)

Chantaje emocional

Uno de los peores poderes de los que hace gala Killer Frost no es precisamente el frío físico, sino el emocional. Le falta tiempo para contarle a todos, incluido Cisco, que su hermano Dante seguiría vivo de no ser por Flashpoint. Se veía venir desde la entrega anterior que la conversación de Barry confesándole su culpabilidad por todos los cambios acontecidos no acabaría en nada bueno. Y ésta es la confirmación.

Menos mal que Iris West está cerca de su amado para infundirle valor y recolocarle las ideas en su sitio. Y con las pilas puestas gracias a su recién estrenada ‘novieta’ – es un decir, porque apenas tienen tiempo para citas últimamente- decide ofrecerse como cebo para recuperar a Caitlin. Es lo mínimo que puede hacer si tenemos en cuenta que ella tuvo que usar sus poderes para salvarle de Savitar, lo que provocó este nuevo brote. ¡Y qué bien conoce Flash a su gente! ¡Cómo sabía que Caitlin no podría herirle aun estando transformada! Aunque bueno ese beso frío que le da en plena refriega antes de ser capturada es una forma muy sexy de noquear a un enemigo. ¿Qué pensaría Iris de este contacto si lo viera?

Pero si Caitlin entra al campo con el número 9, me temo que Cisco se retira al banquillo por unos momentos. Obviamente no es fácil encajar que tu hermano podría seguir vivo de no ser porque a tu amigo veloz le dio por trastocar la línea espacio temporal precisamente para salvar a su madre. Así que va a llevar su tiempo reestablecer esta relación. Pero todo llegará. Aunque desde luego ya no están para compartir piso.

Inteligencia emocional

Parece que H.R. o, lo que es lo mismo, el Dr. Wells de Tierra 19 va encontrando su hueco en la pandilla. Si bien es cierto que no se trata de un pitagorín como sus predecesores, en su favor hay que decir que la ausencia de formación técnica la compensa con una buena dosis de astucia. Y a veces, es mejor hacer uso de la inteligencia emocional que de la teórica.

Su extensa cultura literaria les revela el origen del nombre de Savitar: dios hindú del movimiento. Y gracias a su trabajo empollándose los archivos de los laboratorios, le dio la idea a Cisco de rastrear a Killer Frost por medio de un satélite que registraba señales de frío ultravioleta. Pero sin duda su mejor aportación ha sido apoyando a Joe en la crisis de Wally. El simple hecho de ser otro más al que la jerga científica de Barry y los demás le suena a dialecto chino ayudó al detective a empatizar con él y dejar que éste le ayudara a confiar más en su instinto. Sienta bien la típica conversación de coche durante una velada de vigilancia.

Y ya que estaba en racha, Joe se animó a pedirle ayuda a H.R. para sacar a Wally de su capullo de metahumano. No sabíamos muy bien qué iba a salir de ese embrión, si un cuerpo entero o descompuesto. Pero dio igual porque todo ocurrió en apenas unos segundos. Suerte que Caitlin volvió a su ser para ejercer de perfecta bioquímica y sintetizar la enzima que hizo que Wally se recompusiera. Ya está el muchacho preguntándole a Barry cuándo va a salir con él de marcha. ¡Para el carro un poco, chaval, que el carnet de superhéroe no se consigue así como así!

Nacido para ser malo

Pues ya podemos confirmar lo que me venía temiendo desde el principio de la temporada: Julian Albert es, en realidad, Alquimia. Y no me extraña en absoluto, ya no por su misteriosa aparición de la otra noche, sino simple y llanamente porque a Tom Felton le pegan los papeles de malo. Eso sí, malo pusilánime, controlable. Como hemos podido atestiguar, aquí el que maneja las cuerdas es Savitar. El resto, incluido Alquimia, son acólitos. Simples discípulos, pero claro, siempre hay alguno en el que se apoya más el maestro.

De todas formas, como humano, Julian ya se encarga de ser pérfido a su manera. La última ha sido obligar a Barry a renunciar a su puesto de CSI a cambio de no delatar a Caitlin como Killer Frost. ¡Mientras acusa a Barry de doble moral por proteger a una metahumana conflictiva, él se encarga de servir a una deidad maligna que se dedica a convertir a ‘todo quisqui’ en metahumano! Sí, ya sé que está inducido, o poseído, o bajo los efectos de un tranquilizante, pero está claro que las personas que imponen diatribas tan radicales –bien o mal, blanco o negro, cara o cruz, etc.- suelen ser los que menos pueden hablar.

¿Qué va a hacer Barry sin su trabajo? Ahora que había entrado en escena el detective Patterson – Greg Grunberg, el policía de ‘Heroes’ (pobre, otro encasillado). Ser Flash puede ocuparte el día entero pero, de algo hay que vivir. Y a todo esto, ¿de qué viven Cisco y Caitlin?

Si las máscaras han caído, ya sólo nos queda mirar hacia adelante para ver si se arreglan las cosas. Como se suele decir, el tiempo cura todas las heridas. De momento, ponemos en cuarentena a Killer Frost, y estaremos muy pendientes de lo que haga Alquimia. Ahora que ya sabemos quién es, todo cobra una nueva perspectiva.

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