Las 5 revelaciones de Ricky Rubio a Évole en laSexta, con la gran duda por resolver: “Yo quiero jugar, pero no puedo”
laSexta emitió este domingo 6 de julio la entrega especial de Lo de Évole con Ricky Rubio, el niño prodigio del baloncesto español que dio una lección al mundo del deporte en 2023 cuando renunció al Mundial y paró su carrera para cuidar su salud mental. Una “entrevista final”, como así la promocionaron desde Atresmedia, en la que el base de El Masnou ofreció importantes revelaciones y se enfrentó a una gran pregunta que quedó sin resolver: ¿Se retira definitivamente del basket?
En la cancha de su pueblo, donde dio sus primeros pasos, el jugador de baloncesto se citó con el presentador para hacer un repaso a su carrera más allá de lo estrictamente deportivo. Un recorrido por sus sentimientos y sensaciones personales en medio de una vorágine que arrancó cuando todavía no había cumplido los 15 años y ya jugaba en la élite, y que a los 34 es capaz de analizar desde otro punto de vista.
“En esta entrevista me he desnudado. No voy a dar más entrevistas porque no quiero ser el foco. Si quieren saber algo, aquí lo tienen todo”, confesaba en las promos, en un fragmento extraido precisamente del cierre de su encuentro. Una charla de alrededor de una hora de duración que pidió tener el propio Ricky Rubio, según desveló Évole hace unos días, y en la que dejó reflexiones, aprendizajes y confesiones sobre la presión en el mundo del deporte que recopilamos a continuación:
1. Su imprevisto salto a la élite con 14 años : “Se apretó un poco”
El 15 de octubre de 2005, Ricky Rubio se convirtió en el jugador más joven en debutar en la ACB con solo 14 años, 11 meses y 24 días en un partido contra el C.B. Granada. Un debut que le llegó gracias a un entrenamiento de pretemporada en el que participó cuando ni si quiera estaba pronosticado que lo hiciera, tal como contó a Évole en laSexta.
El base catalán explicó que se encontraba viendo a su hermano y otro amigo de la cantera del Joventut de Badalona entrenando con el primer equipo cuando, por la lesión de uno de los jugadores, el segundo entrenador le pidió que se uniese para completar un quinteto. “Fue media hora y la lie de locos. Hice un caño, que no se hacía en aquella época, a Robert Archibald. Entrené tan bien que me dijeron 'mañana nos vamos a Andorra a hacer la pretemporada y puedes venir'”, recordó.
Al final, Ricky Rubio acabó haciendo toda la pretemporada con el primer equipo y, un día, le ofrecieron viajar a un partido de liga: “Me dijeron, '¿puedes viajar mañana?' Pero yo tenía colegio y le pregunté a mis padres. Me llevé los libros de sociales, pero no sé si hice mucho”.
Tras ese debut empezó a escribir su historia en el mundo del basket, pero para ello tuvo que sacrificar una gran parte de su vida a una edad muy temprana. “No tuve adolescencia. No lo cambiaría por lo que viví, pero sí me hubiera gustado vivir con esas gafas [de niño] un poco más. Con 14-15 años empecé a tener esa responsabilidad. No fui al viaje de fin de curso, no he tenido fines de semana... No me arrepiento, porque ese es el esfuerzo que tienes que hacer, pero creo que se apretó un poco el ser profesional tan joven”, expresó.
2. El salto a NBA y su reflexión actual: “[En Badalona] la persona hubiera sido más feliz”
Tras unos años en la ACB llegó el draft de la NBA y su salto a la élite del deporte mundial. “¿Tenías ganas de ir a jugar a la NBA?”, le preguntó Évole, directo. Y la respuesta de Ricky Rubio fue del todo honesta: “Es lo que tenía [que hacer]. ¿Ganas? Yo creo que sí, pero no sé hasta qué punto estaba condicionado a tener que jugar en la NBA porque estaba triunfando”, admitió.
El jugador catalán contó que “de pequeño, mi sueño era jugar toda mi carrara con el Joventut”. Y en ese sentido, imaginó cómo hubiese sido su carrera si la decisión entonces hubiese sido distinta: “Me hubiera gustado hacerlo, aunque igual después te pierdes cosas. Jugar a 10 minutos de mi casa, estando con mi familia y mis amigos, no me hubiese perdido muchas cosas que me perdí. La NBA ha sido una experiencia brutal que en Badalona no la hubiera podido vivir, pero igual la persona hubiese sido más feliz”, confesó.
3. Su momento deportivo más dulce... y amargo: “Me sentía un farsante”
Entre los hitos de su carrera que Ricky Rubio repasó con Évole en la entrevista, estaba el Mundial de 2019 que ganó con la Selección Española y en que fue elegido MVP del campeonato. Un dulce reconocimiento a su rendimiento durante todos los partidos de una de las grandes citas del deporte que, por su autoexigencia, creyó que no merecía.
Viendo imágenes, el presentador de laSexta reparó en que no se le veía exultante por un triunfo tan importante en lo colectivo y también en lo individual. “Cuando estaba recibiendo el premio pensaba 'soy un farsante. No merezco esto'”, expresó el jugador de basket. “No estaba exultante porque para mí ganar el campeonato era muy importante, pero pensaba 'hay que seguir. No es suficiente'. Tenía que controlarlo todo, lo vivía desde el sufrimiento. Pensaba, como en Space Jam, que en cualquier momento me iban a quitar los poderes”, explicó.
4. Los grandes sacrificios personales: “Ahora pienso, 'qué salvajada'”
Su dedicación al baloncesto desde tan joven ha tenido sacrificios de los que no fue del todo consciente en su momento, viéndose atrapado en una espiral de exigencia y presión en lo personal. Así lo relató Rubio a Évole con un ejemplo tan humano como el momento del nacimiento de su primer hijo. “Me levantaba y tenía una rutina muy marcada que no me podía saltar. Era como un robot, no me permitía fallar en esa rutina. Cuando mi mujer dio a luz a nuestro primer hijo, a las siete de la tarde había una camilla en nuestra habitación para que yo siguiera con el tratamiento. En ese momento hasta mi mujer lo veía normal, pero no lo era”, comenzó contando.
“Mi sueño siempre había sido ser padre. Al cabo de dos días dejé a mi mujer con un hijo recién nacido en Phoenix y me fui a jugar. Son cosas que mirando hacia atrás pienso, 'qué salvajada'. Y suerte que estuve en el nacimiento de mi hijo, tenía compañeros que iban a conocer a sus hijos varios días después. A tu hijo no lo vas a volver a ver nacer, y sí hay más partidos. No era capaz de parar el baloncesto. Ahora me pregunto '¿cómo fui capaz de hacer eso?'”, reflexionó el base catalán.
Además, Ricky Rubio también habló de los momentos más duros de su vida, la enfermedad de su madre y su posterior fallecimiento tras años de tratamiento contra el cáncer. Momentos en los que estuvo con ella, pero en los que no pudo acompañarla todo lo que habría deseado precisamente por el trabajo. “Cuando murió mi madre, estuvo varios años con tratamientos, pero los últimos meses estuvo muy mal. En el 'All Star Break' decidí venir a Barcelona y vi a mi madre como nunca la había visto. Me subí al avión y estaba convencido de que no tenía que coger ese vuelo. Era consciente de que no iba a durar mucho, pero tenía que ir a jugar”, relató.
El deportista contó que “los dos siguientes meses no quería estar en Estados Unidos, solo pensaba en coger un vuelo y venir a verla. Por suerte, mi madre me esperó. Volví a casa en abril porque no entramos en Play Off y pude estar varias semanas con ella. Mi padre me confesó que pensaba que no la iba a volver a ver. Si no me llega a esperar, yo creo que no me lo hubiese perdonado nunca”.
5. El parón por salud mental: “Una noche dije 'no quiero seguir', no solo con el baloncesto sino con la vida”
En 2023, y tras más de 15 años sometido a la presión de la élite, Ricky Rubio dio una lección al mundo del deporte al renunciar al Mundial con la Selección y acabar con su carrera en la NBA para cuidar su salud mental. En ello también profundizó con Évole.
“Volví a jugar tras una grave lesión, hice toda al recuperación para ir al Mundial, pero tenía una sensación rarísima dentro. Me miraba en el espejo y sabía que algo no iba bien. Estuve dos o tres días sin dormir, soñando cosas muy oscuras y me tropezaba solo con salir a la cancha. Pedí ayuda como supe”, comenzó relatando el base. Tras reunirse con su preparador físico y su fisioterapeuta, se encontró con su pareja y le pidió ayuda para hacer las maletas e irse de la concentración. El resto ya es sabido: emitió un comunicado renunciando al campeonato para recuperarse de sus problemas de salud mental.
Évole le preguntó entonces por unas declaraciones realizadas por él en una entrevista, donde confesó que había “habitado en un lugar muy oscuro”. “[Fue] solo un pensamiento muy difícil, y no quiero magnificarlo, pero una de las noches que estaba en el hotel dije 'no quiero seguir'. No solo con el baloncesto, sino con la vida. Tengo una familia, tengo un hijo, pero me sentí así por un segundo”, explicó Ricky.
Un pensamiento que le hizo entrar en alerta y darse cuenta de la gravedad del asunto: “Dije, ojo, aquí algo te está tomando el control de ti mismo. Puedo entender a mucha gente, tanto la que está en un momento de éxito como, por desgracia, muchos que se han quitado la vida; como a gente normal que dice que no puede seguir. Hay un momento donde todo te pesa tanto... En el Mundial, cuando digo que paro, parece que me muero y que mi vida no tiene sentido”, sentenció el jugador.
Ricky Rubio y la gran duda: ¿deja el baloncesto?
Ya al cierre de su encuentro en Lo de Évole, el presentador planteó a su entrevistado la gran duda que lleva meses alrededor de Ricky Rubio sobre si se va a retirar del deporte o si planea retomar su carrera en otro equipo: “Llevamos la conversación con una duda que sobrevuela, que es si vas a dejar el baloncesto. Yo no te pido que nos digas si sí o si no, pero sí tengo la sensación de que tú lo tienes claro, que quieres dejar el baloncesto profesional y la élite”, planteó el rostro de laSexta.
La respuesta del jugador, lejos de ser definitiva, sí fue esclarecedora: “Me gustaría jugar al baloncesto sin todo lo demás, pero es imposible. Y sin ser Ricky Rubio. Yo quiero jugar al baloncesto, pero no puedo. ”Estoy exprimiendo el máximo para ver si realmente puedo. La respuesta cada día es más clara, no te voy a engañar. También, de las cosas que he aprendido, es que no tenemos todas las respuestas“, zanjó.