Ramón García: “Está el mundo del revés, y el 'Grand Prix' es para pasar un buen rato. ¿Por qué hay gente tan crispada?”

Ramón García, en el 'Grand Prix' 2025

Marcos Méndez

Ramón García inicia lo que para él es “un regalo”. Porque este lunes 7 de julio La 1 de RTVE estrena una nueva temporada del Grand Prix que será especial: el formato cumple 30 años desde su estreno, aunque el presentador le augura “larga vida”. Para demostrarlo se apoya en el salto a Amazon Prime Video, plataforma que se suma a RTVE Play para poder ver las galas tras estrenarse en la cadena pública, agradeciendo a ambas partes un acuerdo que reconoce que era “un tema económico, RTVE tenía un dinero y no llegábamos”; y también que haya habido más intereses, incluso en España.

Aunque confiesa que querría que el programa empezase a las diez de la noche, con el último lunes de La Revuelta y después con su sustituto La Garita arrancará “a las once y pico, muy tarde”. Algo que influirá en sus audiencias, sobre las que explica: “Me siguen preocupando, pero ya no me llevo disgustos”.

'Ramontxu' se atribuye personalmente la decisión del fichaje de Lalachus, aclarando que no es política sino su decisión, y califica como “una vergüenza” los ataques contra la cómica y copresentadora. También prepara a Ángela Fernández, que sustituye a Cristinini como propuesta de RTVE, y lamenta el ambiente en las redes sociales: “Me da mucho asco lo que está pasando con Lala, lo que pasó con Cristina, y lo que le va a pasar a Ángela en cuanto la empiecen a conocer”. El presentador celebra haber escapado de las etiquetas políticas, aunque razona: “Es verdad que muchas veces se ha colocado, según quién gobierne, a ciertas personas por política, y el ladrón siempre cree que todos son de su condición”.

Como le pide la gente, él también se declara “partidario de la vaquilla de verdad”, aún sabiendo que ya no se puede por ley, y lamenta la “especie de hipocresía”, preguntándose: “¿Por qué seguimos viéndolo y divirtiéndonos en los pueblos, y no lo podemos ver en la televisión pública?”. Donde sí se sigue viendo es en las Campanadas, precisamente un año en el que RTVE podría juntar a dos de sus últimos protagonistas con Ramón García (2023/24) y Lalachus (2024/25): “Yo en las Campanadas me veo siempre. A mí me gustaría, creo que las últimas todavía no las he dado, y querría despedirme”.

El 'Grand Prix' cumple 30 años desde su estreno. ¿En qué has cambiado tú en estos 30 años?

¡Coño, que tengo 63! Tenía 33 cuando empecé a hacer esto. Yo estoy igual mentalmente. Físicamente no, pero mentalmente, a la hora de hacer el programa, de venir, de divertirme, yo creo que estoy incluso mejor. Porque cuando empiezas un proyecto no sabes cómo va a ir o cómo va a funcionar hasta que lo conoces. Después de tantos años haciéndolo, para mí hacer el Grand Prix es un regalo. Ayer estábamos aquí grabando y terminamos a las 22:30 horas, hoy me he levantado a las 6:45 de la mañana, he llevado a mi hija al Metro para que haga prácticas, me he venido aquí, estoy con vosotros, me desmaquillo, me cambio, me voy a Toledo y me hago mi programa en Castilla la Mancha, y vuelta para casa. Es decir, que cuando te gusta algo, ese esfuerzo que haces, lo haces encantado de la vida.

Pese a esa trayectoria y a su rendimiento, ¿someterte de nuevo a los datos de audiencia, te genera tensión?

No, ya no. Hombre, siempre lo miras y quieres que tu programa se vea mucho, pero es que ya dependemos de muchas cosas, como la hora. Yo quiero que vaya a las diez de la noche, pero va a ir a las once y pico, muy tarde para los niños. En Navidades dijeron que el programa no había funcionado muy bien... ¡claro, a las 23:15 horas en Navidad ya es difícil que funcione! No se creó para eso, pero es una decisión de Televisión Española que hay que respetar. A mí me gustaría que fuese a las diez no por los niños, sino por estar la familia juntos. Pero ya no puedes controlar todo, nosotros aconsejamos, pero nuestro trabajo es producir y hacer un programa.

Y las audiencias claro que me preocupan, me siguen preocupando, pero ya no me llevo disgustos por si me ha ganado el otro o yo he hecho más. El programa está muy bien, está muy compacto, y para nosotros también es importante que se dé el salto a Amazon Prime Video. ¿Por qué? La gente lo va a ver cuando quiera en esa plataforma, como también en RTVE Play. No es como antes, que había que verlo en directo. Quizás pierdes el impacto del share, pero si vas sumando luego todo lo que se ve, el Grand Prix en la plataforma es el programa más visto con diferencia, pero eso no se suma ni contabiliza en ese share puro del día siguiente. Hay que empezar a mentalizarse de que lo que hay que hacer es un buen producto y que luego ya se verá, donde sea, como sea y a la hora que sea. Para los veteranos cuesta eso, pero yo ya me he acostumbrado.

Hablabas de esa entrada de Amazon. ¿Ha sido clave para renovar, o no había mucho peligro de no seguir?

Sí que ha ayudado porque había que redondear el presupuesto. Es un tema económico. RTVE tenía un dinero, y no llegábamos a hacer ocho programas con ese dinero. Buscamos una ayuda, y esa ayuda apareció. ¡Pero han aparecido más! Porque curiosamente ahora quiere el Grand Prix todo el mundo. Cerramos con Amazon Prime Video esta colaboración, que hay que agradecer a las dos partes que hayan llegado a un acuerdo estupendo, y de esa manera lo hemos podido producir.

Son ocho programas, porque este año TVE quería centrarlo, que no nos fuésemos a septiembre, porque ahí siempre se pierde. Hace años las vacaciones del colegio empezaban en junio y volvías en septiembre, pero ahora la segunda quincena de agosto ya está la gente currando. Eso se nota también en el consumo.

Dices que han aparecido más “ayudas” que querían el Grand Prix. ¿También en España?

Sí, en España.

¿Mediaset, cadenas privadas?

Sorprendentemente hay de todo porque es una marca de televisión veterana y todo el mundo sabe lo que es el Grand Prix. Y dicen: “Coño, se han sabido modernizar, nos puede encajar”. Puede encajar en cualquier plataforma o cadena generalista. Y en eso estamos. Yo creo que el Grand Prix tiene larga vida.

Lalachus no está aquí por política, la he elegido yo

Ramón García

En la rueda de presentación contaste que tú personalmente querías que estuviese Lalachus.

Sí. La decisión de Lalachus es una decisión mía. Yo a Lala la conocí personalmente cuando vino de madrina el año pasado. Me encantó. Y en la rueda de prensa leí lo que ella escribió porque hizo el análisis perfecto de lo que significaba el Grand Prix para una niña. Cuando yo leí eso de Lala, me emocioné mucho. Y primero me callé y no dije nada a nadie, pero luego llamé a Lala y le dije: “Oye, si hay más Grand Prix, ¿tú vendrías a hacerlo conmigo?”, y se puso a llorar, me acuerdo. Y estuvimos ahí charlando. Luego se lo trasladé a Carlo Boserman, el productor, que es como mi hermano y llevamos trabajando juntos toda la vida, y me dijo: “Joder, qué buena idea”. Y yo le dije: “Mira, está en la casa, y yo creo que en la casa van a decir que sí”. Y cuando ya nos dijeron que querían hacer de nuevo el Grand Prix, que siempre quieren cambiar cosas, les dijimos que nuestra idea era que viniera Lalachus. Les encantó la idea, y Lala está aquí y yo estoy feliz con ella.

¿La salida de Cristinini, por qué se produce? ¿Ella no quería seguir?

No, ha sido un proceso de cambio. Luego RTVE también nos apuntó la posibilidad de que estuviese Ángela Fernández, una voz nueva y joven de Radio Nacional, que también necesitaba promoción, y la tele es el mejor sitio para promocionar. Entonces fue un consejo de RTVE la entrada de Ángela Fernández. Y pensamos que su sitio perfecto era el que dejaba libre Cristinini.

Lalachus, Ramón García y Ángela Fernández

También en la rueda hablabas de los ataques a Lala. ¿De dónde crees que viene? Porque Ángela no ha tenido...

Porque no la conocen... esperad a que empiece el programa... Yo no entro en redes sociales porque no me quiero amargar los días. Pero a veces me lo cuentan, y lo miro. A Cristinini la pusieron a parir, pero a parir, y la pobre venía aquí algunos días hecha una calamidad. La misma gente que la ponía a parir, ahora pone a parir a Lala. ¿Qué le pasa a la gente? Es una vergüenza. Por eso en la rueda leí esa frase, que me parece muy buena, sobre la cobardía de estar detrás de un seudónimo y poner a parir a la gente.

Aquí hay una deriva política muy clara. Hay una crispación política en España que yo no recuerdo, y todo se lleva al plano de la política, por eso he dicho que Lalachus no está aquí por política, que la he elegido yo. Llevar todo eso hasta ese punto me cabrea mucho, tenemos una sociedad... La gente decía cuando el Covid: “Esto nos va a hacer mejores”, y yo dije: “No, el que es un hijoputa, va a seguir siéndolo”. Y es verdad, y está pasando. Y el que es buena gente, pues será buena gente y ayudará a los demás. No ha cambiado nada. Vomitar lo que se vomita contra Lala en redes sociales, con la cobardía de no decir quién eres, me parece terrible. ¿Cómo paramos esto? No tengo ni idea, pero sería bueno pararlo.

De hecho, el contenido de Lala nunca ha estado en una trinchera política.

¡Es una cómica! Pero te colocan...

Tú sin embargo has salido siempre ileso de esas etiquetas.

Sí, pero he tenido de todo. Yo, como vasco, hay gente que dice “este será del PNV”. Me han dicho que soy de Bildu, antes HB, vas pa'llí y te dicen “este es del PP porque está en Madrid”, o del PSOE, porque ahora como gobierna el PSOE... Entonces yo me descojono, porque a estas alturas que te quieran tildar de política... ¿Sabes qué tiene de malo eso? Que es verdad que muchas veces se ha colocado, según quién gobierne, a ciertas personas por política, y el ladrón siempre cree que todos son de su condición. Y no es así. Yo no tengo que defender a Lala, porque Lala se defiende sola perfectamente. Y vuelvo a decir: me da mucho asco lo que está pasando con Lala, lo que pasó con Cristina, y lo que le va a pasar a Ángela en cuanto la empiecen a conocer, porque es una chica de radio nueva, y cuando empiece harán comparativas.

Coño, esto es un programa para divertirse. Está el mundo del revés, y esto es para pasar un rato bueno. ¿Por qué hay gente tan crispada que lleva todo a la política, a la confrontación, a estar unos contra otros? Si esto lo que pretende es unir.

¿En eso influyen los pueblos?

Al Grand Prix viene gente normal, además de pueblos pequeños, que es lo bueno. Son pueblos de entre 5.000 y 6.000 habitantes. Entonces, claro, ellos vienen aquí, y hay mucha gente que ha viajado poco, o es su primera vez en Madrid, y la primera vez que ven un plato de televisión. Y luego el comportamiento que desarrollan aquí es espectacular, a mí me emociona. Yo hago un pre-show todos los programas. Salgo con una canción, que las elijo yo, y le pongo otra a Lala, otra a Ángela... cada día distinta, también para la Vaquilla, otra para Wilbur, y acabamos todos bailando. Ayer estuve bailando tanto que cuando empecé el programa estaba destrozado. Estaba para echarme a la cama ya. Pero me lo paso bien, y cuando veo la ilusión de la gente, todo el mundo bailando, digo: esto es el Grand Prix.

Nunca me he posicionado políticamente, y aunque me hayan querido poner etiquetas, yo lo desetiqueto rápidamente

Ramón García

¿En algún momento has sentido que te colocasen en algún sitio? ¿Te perjudicaba profesionalmente para que te dejaran de contratar?

No, nunca. Porque yo nunca me he posicionado políticamente, y aunque me hayan querido poner etiquetas, yo lo desetiqueto rápidamente. Yo empecé en TVE con el Partido Socialista gobernado por Felipe González, entonces no había presidentes sino directores generales, y dirigía Jordi García Candau. Yo he tenido no sé si son nueve directores generales, y llevo cuatro presidentes. Ahí ha estado el Partido Popular, ha estado el Partido Socialista... han ido cambiando. Y Ramón siempre estaba ahí.

Pero hubo una etapa en la que trabajaste menos, la de Zapatero. ¿Quitaron el Grand Prix porque consideraron que era de derechas por tener una vaquilla?

No exactamente así. Se retira porque hay un movimiento ecologista y animalista que va en contra de tener una vaquilla en la tele. Mayoritariamente los partidos y las asociaciones de ese tipo suelen ser de izquierda, gobernaba a la izquierda, y se retira el Grand Prix. Y ha estado fuera muchísimos años. El año pasado se aprobó la ley animal, y cuando la gente me dice: “¡Queremos la vaquilla!”, yo digo: “¿Pero no veis que no se puede?”. Por ley ya no se puede llevar animales a televisión.

Eso empezó de esa manera, y acabó con otro gobierno de izquierdas aprobando una ley de protección animal que es la que rige ahora en España. Pero no la vaquilla del Grand Prix, tampoco llevar un perro a hacer una carrera de galgos en la tele. Nosotros hacíamos Agility Dog, que iban los perros saltando y tal. Ahora no se podría hacer eso en la tele. Es un tema que la política también va retocando cosas en la sociedad, la televisión también forma parte de todo eso y se tiene que ir recolocando.

La Vaquilla del 'Grand Prix' y Ramón García

¿La gente te sigue pidiendo la vaquilla?

Sí, y yo soy partidario de la vaquilla de verdad, porque los juegos que hacíamos con la vaquilla son maravillosos. ¿Sabes por qué? Porque en los pueblos se sigue haciendo eso, porque España es un país rural. Se equivoca la gente que desde un despacho de Madrid cree que Madrid es lo importante. O Barcelona, o Bilbao. No, España sigue siendo rural, de pueblo, y en los pueblos sigue habiendo vaquillas, incluso en Euskadi, donde están en contra; o en Cataluña, donde no hay toros. Es una especie de hipocresía. ¿Por qué seguimos viéndolo y divirtiéndonos en los pueblos, y no lo podemos ver en la televisión pública?

¿Te ha sorprendido que el Grand Prix siga funcionando sin vaquilla?

Eso es porque también la sociedad ha evolucionado. Los niños de ahora no conocieron la vaquilla, y creen que el Grand Prix es como lo ven ahora. Yo sigo pensando que funcionaría mejor con la vaquilla de verdad, pero ya sé que no se puede hacer. ¿Entonces, qué hemos hecho? Pues potenciar los juegos. Nosotros no queríamos quitar la vaquilla como identificación del Grand Prix, y por eso sigue estando. Esta vaquilla, que está 'cuadrada', la hemos traído de Estados Unidos, de donde hacen las mascotas de los equipos de fútbol americano. Que aquí se hace, pero allí lo hacen perfecto. Tiene mucha vida, y Miguel, que está dentro, lo hace muy bien porque él es la vaquilla, él es María Fernanda, y siente lo que queremos que se sienta con esa vaquilla. Que no es fácil.

Yo en las Campanadas me veo siempre. A mí me gustaría, y yo creo que las últimas todavía no las he dado

Ramón García

¿Has dado algún consejo a Lalachus o a Ángela para asumir la copresentación?

En la presentación yo siempre les digo alguna cosita, sobre todo del ritmo, porque aquí hay muchas paradas y el timming es muy importante, los tiempos. Todo tiene que tener su ritmo, la charla, la patata... y luego decelera todo al final con el diccionario. Lo que pasa es que yo eso lo tengo en vena ya, lo tengo interiorizado. Cuando llega alguien nuevo, pues algún toquecito le das, como consejo cariñoso. Ellas son muy buenas profesionales y lo hacen lo mejor que saben. Y luego ya respecto a las redes sociales, yo les digo a ellas, que son de esa generación: “Vosotras veréis, pero cuanto menos le echéis un ojo a eso, mejor”. No merece la pena.

¿Te ves este año con Lalachus en las Campanadas?

Yo en las Campanadas me veo siempre. He estado veinte años haciendo eso, y no se si estaré más. A mí me gustaría, y yo creo que las últimas todavía no las he dado. Algunas me gustaría dar, porque me gustaría despedirme. Ahora, habrá un día que diga: “Se acabó”. ¿Voy a estar toda la vida ahí subido? Yo conozco muy bien mis tiempos, y algún año, sin que lo sepa nadie, si tengo la oportunidad de volver, diré allí mismo que van ser las últimas Campanadas. Pero me gustaría decidirlo a mí.

Pero ese momento no lo ves cercano, ¿no?

No, mientras yo tenga salud y esté bien, y esté vivo en este mundo… Yo hablo del de las Campanadas como si fuese otro, y a veces pienso: “Es que llevo veinte años ahí”. A la gente le gusta ver en ciertas fechas lo de siempre. Y el de siempre soy yo. A mí me gustaría ver a Ramón García ahí si yo fuese el espectador. ¿Por qué? Porque sabe hacerlo y porque a quien le pongas lo va a llevar bien. Y abarco desde el abuelo hasta el niño, como el Grand Prix. Porque los niños me han vuelto a conocer con el Grand Prix, y el abuelo sigue siendo mi espectador. Entonces, ¿qué presentador en España tiene ese target? ¡No hay nadie!

Ramón García y Lalachus, en las dos últimas Campanadas de RTVE

En lo personal, ¿no te ha llegado a pesar el no estar con la familia tantos años en Nochevieja?

No, porque ésta es mi vida, y cuando yo hice familia sabían que era mi vida. Cuando yo me casé, mi mujer sabía que yo hacía eso en Nochevieja. Y cuando mis niñas nacieron entendían perfectamente que su padre cogiese una capa y se fuese a la Puerta del Sol.

¿No los echabas de menos?

Siempre, cada noche. Y cuando tenía padres, también a mis padres.

Nos pones en una diatriba, que es querer que vuelvas a las Campanadas, pero si van a ser las últimas…

Pero yo no digo que vayan a ser las últimas.

Pero ahora vamos a estar con miedo cada año que las des. Avísanos para preparar la noticia.

Esperaos sentados todavía [ríe].

El 85% de los estrenos fracasan. Cuando llega algo nuevo, a la gente le da pereza cambiar

Ramón García

El año pasado, en esta misma presentación de temporada del Grand Prix, te preguntábamos por Jorge Javier, porque iba a hacer un programa que competiría con el tuyo de Castilla-La Mancha.

Bueno, competir… al final una autonómica contra una generalista no tanto… pero sí, compites.

El programa de Jorge Javier se ha tenido que mover de franja, en TVE también lo ha intentado La familia de la tele, pero tú resistes.

Llevo 2300 programas en 9 años.

¿Y por qué crees que es tan difícil que cuajen los programas diarios?

Si lo supiese, sería el director de TVE, o me ficharía Murdock.

Pero el año pasado ya dijiste que sería muy difícil.

No suelo equivocarme, porque llevo muchos años en esto. ¿Por qué es difícil? Porque la gente ya ha cogido una dinámica con sus productos, y meter un producto nuevo es muy complicado. El 85% de los estrenos fracasan. ¿Por qué fracasan? Porque lo que está, ya está muy sujeto. Entonces, cuando llega algo nuevo, a la gente le da pereza cambiar. Dice: “¿Por qué voy a cambiar, si veo la novela?”, o “¿por qué voy a cambiar en Castilla la Mancha si veo a Ramontxu?”. Por mucho que llegue algo mejor, con mucha gente, más nuevo, y con más presupuesto; cuesta meterlo. Por eso cada vez cuesta más que triunfen los estrenos en televisión.

El traje de 'La familia de la tele' igual era de Telecinco

Ramón García

Hiciste la metáfora del traje, que te pueden poner un traje con el que no te sientes bien.

Y eso le pasó a Jorge Javier. Coincidimos en el FesTVal de Vitoria y estuvimos hablando de eso. Me dijo: “Ramón, eso que dijiste...”, y le dije: “Es que es así”. Si a ti te ponen un traje que no te encaja, es imposible que salga bien.

¿Puede que a La familia de la tele no le sentase bien el traje de TVE?

Pues el traje igual era de Telecinco. Y al llevarlo a TVE, la gente de TVE dice: “Pues no me gusta cómo va vestido mi marido, mi mujer o mis niños”.

¿Hay una dinámica en la que los programas del corazón ya no funcionan tanto, pero sí las historias cercanas?

Correcto. ¿Por qué funciona el Grand Prix, a parte de por los juegos? Porque todos tenemos un pueblo y nos vemos reflejados en esos chicos y chicas que salen aquí. Yo tengo pueblo, aunque soy nacido en Bilbao, pero el pueblo de mis padres era Sodupe, que está al lado. Todos tenéis un pueblo aunque hayáis nacido en Madrid: el de vuestros padres o vuestros abuelos. Desgraciado el que no tenga un pueblo [ríe].

Para acabar: la tele nos acompaña, y tú nos has acompañado muchos años, pero da la sensación de que a ti también te acompaña.

Totalmente. Para mí la tele no es un trabajo, es una forma de vida que implica todo: primero, responsabilidad que tienes con un programa para sacarlo adelante, mantener unos horarios… a mí mantener un programa diario en directo me marca mucho mi vida cotidiana: levantarme a una hora, comer, llegar a casa, descansar para estar bien... Al final es una dinámica que llevo haciendo muchos años y que te marca como persona. Y luego es la mentalidad. Yo evoluciono con los espectadores, y eso es muy importante. La gente que se queda antigua es la que no evoluciona. Yo sigo avanzando muy pendiente de lo que gusta y de lo que no. Me sigue gustando todos los años investigar en los mercados qué formatos hay, qué es lo nuevo, qué funciona en Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Francia, Alemania… lo miro todo. Veo lo que se trae aquí, lo que se adapta bien o mal. Y al final eso me mantiene vivo y muy fresco. Y luego, me lo sigo pasando muy bien. Soy una persona que creo que tengo bastantes registros: no tiene nada que ver hacer las Campanadas, hacer En Compañía o hacer el Grand Prix. Y a veces digo: “Coño, soy el mismo, pero soy diferente”. Ahora me quito esto, me voy para Toledo, me pongo una camisa remangada, y hablaré allí con tres abueletes desdentados, los pobres, hechos una mierda, para mejorarles la vida. Ese ya es otro Ramón, pero es el mismo. Y a mí a veces me sorprende esa capacidad de adaptación. Eso es lo que a mí me mantiene vivo.

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