Con apenas 12 años, Álvaro se convirtió en viral tras una entrevista en directo con Aragón TV durante la apertura de unas piscinas municipales en Teruel. Lo que comenzó como un momento inocente frente a las cámaras terminó convirtiéndose en una pesadilla debido a un comentario espontáneo erpo totalmente incorrecto, que se convirtió en meme hasta nuestros días, y que según el joven desencadenó una ola de odio que ha destrozado durante trece años su vida cotidiana.
“La tranquilidad, la tranquilidad es lo que más se busca. Llegas a otras piscinas de aquí de Teruel y hay un montón de panchitos, cubanos y todo eso”. Aquel comentario de tinte racista se viralizó con fuerza y, pese al ritmo fugaz del consumo digital, aún perdura en la memoria colectiva. Trece años después, Álvaro, su protagonista, ha acudido al plató de Y ahora Sonsoles para hablar del auténtico “infierno” que le ha tocado vivir durante todo este tiempo. “Lo peor ha sido el acoso hacia mí y mi familia, desde los 12 a los 17 años. Eran grupos de gente que se escondían detrás de una pantalla, pero filtraron mi número de teléfono y la dirección de mi casa”, ha contado en el programa de Antena 3.
No obstante, uno de los episodios más duros a los que tuvo que hacer frente fue una agresión por parte de un grupo de diez jóvenes. Aquel incidente marcó el inicio de una etapa especialmente difícil: “Tuve un ligero pensamiento de dejar de vivir, pero he salido adelante”, ha admitido a Sonsoles Ónega, presentadora del programa.
Asimismo, ha confesado que su adolescencia estuvo marcada por el acoso y las consecuencias legales derivadas del vídeo viral. “He tenido que enfrentarme a 17 juicios por denuncias relacionadas con racismo y xenofobia. Mi adolescencia ha sido un infierno”, ha resumido.
Por otro lado, ha reconocido que las secuelas del vídeo viral han impactado directamente en su vida social. “Me ha afectado a las relaciones sociales”, ha contado, aún sorprendido de que el fragmento siga circulando en internet más de una década después, y que se vuelva a hacer viral de nuevo con la llegada del verano. “Cada 15 de junio lo vuelven a subir a las redes”, ha lamentado.
Aunque en su momento le resultaba muy doloroso, asegura que con el tiempo ha aprendido a ponerlo en perspectiva: “Antes me molestaba bastante, pero al final entiendes que es una frase espontánea dicha por un chaval de 12 años, sin más”.
Hoy, con 26 años y habiendo rehecho su vida, Álvaro es capaz de reírse del meme que supuso su comentario, pero asegura que nunca olvidará el infierno que fueron aquellos años.