Carolina Sobe explica las dificultades por las que entró en realities de Telecinco: “Tenía una necesidad horrorosa”

Sergio Soriano

26 de diciembre de 2025 18:23 h

Carolina Sobe saltó a la fama en el año 2009, cuando se atrevió con el enorme reto de participar en Gran Hermano 11. Tras una dilatada época siendo rostro de lo más recurrente en la programación de Telecinco, la colaboradora ha hablado abiertamente sobre las dificultades económicas que motivaron su participación en realities. Además, se ha confesado sobre las épocas más complicadas de su vida en el podcast Chico de revista.

Además de convivir en la mítica casa de Guadalix de la Sierra, Sobe formó parte del casting de otros espacios como Supervivientes 2014. También fue asesora del amor en Mujeres y hombres y viceversa, colaboró en programas de Telecinco como Sálvame o Ya es mediodía y volvió a probar suerte con Gran Hermano Dúo en 2019. Actualmente, es una de las tertulianas habituales de No somos nadie, el espacio vespertino de Ten.

Con la telerrealidad centrando la entrevista, Carolina Sobe se ha sincerado sobre por qué comenzó a participar en este tipo de formatos: “Tenía una necesidad horrorosa. Si no, no hubiese ideo a ninguno. Yo tenía una deuda más grande que Alemania después de la Segunda Guerra Mundial”. La colaboradora ha ampliado sus razones, mencionando a su pareja: “Era económicamente imaginativo”.

Firmaba lo que le salía de las narices. Como éramos pareja de hecho, pues nada”, ha continuado explicando. La situación empeoró hasta tal punto que decidió poner rumbo a Gran Hermano, pero con una condición: que su pareja le garantizase —vía firma de documentos— que su hija estaría en sus brazos tras abandonar la competición. “Firmó, y cuando salí me quedé con la niña”, ha aclarado después.

La carta certificada que le hizo llegar 'Gran Hermano'

Una de las primeras cartas certificadas que recibió a su nombre fue durante su participación en el reality show de convivencia: “Llegué al confesionario y me dijeron que había que firmar. Me quedé blanca. Yo me sentía un poco como la infanta o como Rosa Benito. Vivía tan bien, cada dos por tres me compraba un móvil…”. Y precisamente estas situaciones motivaron su participación en Supervivientes: “Me vino bien para adelgazar y pagar deudas”.