Una fiesta de disfraces y una drástica decisión en el avance semanal de 'La Promesa', que hará un parón por festivo

La Promesa inicia una nueva semana en La 1. Será una semana de cinco capítulos, pero sólo cuatro días de emisión, ya que la cadena pública compensará el festivo del miércoles 1 de noviembre, día de Todos los Santos, emitiendo dos episodios este lunes 30 de octubre. El primero será en el horario habitual de la serie, a las 17:30 horas, mientras que el segundo se emitirá justo a continuación, lo que dejará sin espacio a El Comodín.

Por tanto, será este lunes cuando La Promesa retome sus tramas exactamente donde las dejó la semana pasada. Gracias a las advertencias de Catalina, Margarita encontró la cláusula trampa que Lorenzo había redactado en el contrato. Ahora, la cuñada de la marquesa es propietaria del 25% de La Promesa. Candela estaba decidida a irse con Carlos a Gijón. Sin embargo, en el último momento, el profesor ha decidido marcharse sin ella: “No puedo condenarte a una vida llena de infelicidad”.

También se descubrió la verdadera razón de la visita de Pelayo al palacio: tiene un acuerdo con Cruz para deshacerse de la hija del marqués: “Debía seducir a Catalina, pedirle la mano, casarse con ella y llevársela de aquí”. El conde de Añil asegura que cumplirá con su objetivo y así lo está haciendo: se han dado su primer beso. ¿Logrará Catalina descubrir toda la verdad antes de que sea demasiado tarde? 

Todo esto y más, a lo largo de la semana del 30 de octubre al 3 de noviembre, en la que La 1 emitirá los episodios 219, 220, 221, 222 y 223 de La Promesa, de los que ha compartido el siguiente avance.

Catalina y Pelayo reciben el pago del primer pedido de las mermeladas, las expectativas del negocio son boyantes y los dos lo celebran con alegría. En la intimidad de las cocinas, Catalina termina por confesar a las cocineras que se está enamorando del joven conde. Cruz sufre un nuevo revés porque no solo no ha podido evitar que Margarita se quede con un cuarto de La Promesa, sino que además ha pedido a Catalina que sea ella quien gestione su parte de la finca. 

Jana está en una complicada encrucijada, Abel le ha pedido que sean novios pero ella sigue enamorada de Manuel. Comparte sus dudas con María y se plantea aceptar la propuesta del médico para pasar página con el heredero de La Promesa. Los ardides de Jimena y Cruz dan resultado: Manuel recibe una carta en la que la Guardia Civil le prohíbe volver a volar. Las dos se relamen por su victoria sin que Manuel sospeche nada… Hasta que Margarita quita la venda de los ojos del piloto.

Manuel se enfrenta a su esposa tras descubrir que ella está detrás de la denuncia de la Guardia Civil y Cruz decide organizar una fiesta de disfraces, con un dinero que no es suyo, para “apaciguar” las cosas en La Promesa. Las versiones de Ramona y Cruz sobre el encuentro que tuvieron coinciden, así que Jana y Manuel se tienen que dar por vencidos, ya que no hay nada que implique a la marquesa en la desaparición de la anciana. Manuel le pide a Jana que vuelva a volar con él, pero ésta le dice que está con Abel. 

Petra reprocha a su hermano que le haya dado la espalda. Pero Feliciano se muestra firme en su decisión, arropado por todos sus compañeros en el servicio, especialmente por Teresa. Las sospechas de Mauro de que detrás de la oferta de Rómulo de formarlo como mayordomo se esconde un motivo oculto, se acrecientan. Un viejo conocido de La Promesa regresa al palacio. Se trata de el Sargento Funes, que llega buscando a… ¡Feliciano!

Tras el anuncio de la muerte accidental del padre de Petra y Feliciano, los dos hermanos deciden ausentarse para darle sepultura. Cruz sigue adelante con su fiesta de disfraces con el dinero que robó del primer pago de las mermeladas. Pero ya no hay vuelta atrás, así que todos los habitantes del palacio se disponen a buscar disfraz. Tras haberlo instruido, Rómulo da a Mauro la responsabilidad de dirigir él mismo los preparativos de la fiesta, algo que agobia al lacayo. Y quien más sufre con la fiesta de la marquesa es Lope, que no podrá participar en la elaboración del menú que se servirá.

Con la excusa de hacer arreglos en la cabaña de Ramona, Curro intentará sonsacar algo a la mujer sobre la identidad de su padre. Jana da una respuesta a Abel respecto a su relación y Manuel vuelve a volar a pesar de la prohibición expresa de la Guardia Civil. Tanto Jimena como la marquesa se lo recriminan… Y eso llevará al joven heredero a tomar una decisión drástica e inusual.

Continúan los preparativos de la fiesta de máscaras y todos los señores van pensando cuál será su disfraz. A medida que se acerca el evento, Mauro se ve cada vez más presionado por Rómulo en su formación como mayordomo. Manuel está empeñado en que Jimena vuelva a casa de sus padres y ni Alonso, ni Cruz son capaces de convencerle de lo contrario. 

Lope, que ha desarrollado un carácter arisco desde que lo han separado de los fogones, critica la labor de las cocineras y Pía se ve obligada a ponerle en su lugar. Alonso se niega a ayudar a Margarita con las gestiones de la finca a pesar de que Catalina se lo pide. La hija del marqués está centrada en el negocio de las mermeladas y su relación con Pelayo es cada vez más estrecha, pero se llevará una desagradable sorpresa. Simona vuelve a recibir una carta de su hijo… Pero esta vez es diferente a todas las anteriores.

La carta que recibe Simona la firma su hijo Antoñito, pero esta vez no se trata de una misiva enviada por el maestro… Sino que realmente la escribe el verdadero Antoñito. Y la única con la que puede compartir su inquietud es con Candela. La desaparición del dinero conseguido con la venta de las mermeladas tarda poco en dejar de ser un misterio para Catalina. La muchacha es consciente de que la sustracción de las ganancias puede resultar ser un duro golpe para el recién estrenado negocio. 

La memoria de Ramona sigue siendo frágil y, tanto que las preguntas de Curro como de Jana, quedan sin respuesta. Sin embargo, la anciana tendrá un desliz que acarreará graves consecuencias para el muchacho. La situación de Mauro y Lope se agrava por distintos motivos, pero siempre con Rómulo detrás de ellos. Los dos lacayos tendrán que tomar decisiones que pueden determinar su futuro como sirvientes de La Promesa.