Jane Goodall impactó con su regalo en 'La Revuelta' y la comparación de las peleas de chimpancés con los políticos
“Vaya invitada, es una leyenda histórica con 50 doctorados honoris causa” decía David Broncano antes de coger aire para presentar a, ni más ni menos que Jane Goodall en La Revuelta.
La investigadora apareció con sus 91 años, sus ocho décadas de investigaciones y descubrimientos históricos, en el programa de La 1 donde entró al humor y hasta dejó fuera de juego al presentador en varios momentos. El primero: cuando se presentó hablando en chimpancé.
Goodall enseñó a Broncano a decir “hola, me llamo Jane”, y él hizo lo propio en el lenguaje de los ciervos. Así acabó la eminencia enseñándole hasta a pelear como los chimpancés: “Las peleas de chimpancés me recuerdan a ciertos políticos”, acabó diciendo la invitada.
Explicó parte de su historia, que empezó cuando tenía 26 años y se marchó a África con dinero para sobrevivir durante seis meses. Allí trabajó hasta de camarera, con tal de convivir con los chimpancés. Ellos le tenían miedo en un principio excepto uno llamado David. Empezó a ver que metía un palito en una termita y se las comía. Por lo que estaba usando una herramienta, algo que la ciencia no creía que hicieran y que los separaba de los humanos. Ese fue uno de sus primeros grandes descubrimientos.
Tras explicarlo, sacó de una bolsa un cuadro que enmarcaba aquel histórico palo que usó Dave, el chimpancé, para regalárselo a Broncano: “Es increíble eh, madre mía”, alucinaba el presentador.
Acabó alargando su viaje en Tanzania de seis meses a 26 años para observar y estudiar a los animales. Escribió libros y ha viajado por todo el mundo concienciando sobre la naturaleza: “El gran problema es que los chimpancés se están quedando sin su hábitat. Y tenemos que saber que todos suponemos un impacto sobre el planeta, pero podemos decidir qué tipo de impacto hacer”.
Con toda su experiencia, acabaron llamándola de Oxford para hacer el doctorado, sin siquiera haber pasado por la universidad, pero allí le dieron una formación con la que no estaba de acuerdo: “Me dijeron que no tenía que poner nombres a los animales, solo números, que los animales no tenían personalidad, que no podían mejorar, que no tenían emociones”. Pero fue su perro el que le demostró que todo lo que le estaban diciendo los profesores era “basura”.
De hecho, la invitada incluso se emocionó al mostrar un vídeo en el que su instituto lograba rescatar a una cría de chimpancé herida por la bala que mató a su madre, y tras la rehabilitación la devolvieron a la selva. Pero antes de correr hacia su libertad, se giró y abrazó a Jane.
Finalmente, subrayó que su descubrimiento más grande es que los animales tienen sentimientos, emociones y se relacionan entre ellos, lo descubrió en África. Y ante tales enseñanzas, Broncano ni le hizo las preguntas clásicas.