Joaquín Prat defiende a Pedro Sánchez en Telecinco tras los insultos en la calle: “El ambiente es irrespirable”

El ámbito político se ha convertido en un contenido clave para las tertulias vespertinas de la televisión. En esta ocasión y desde los platós de Telecinco, el periodista Joaquín Prat decidió pronunciarse abiertamente sobre los insultos que Pedro Sánchez y Begoña Gómez recibieron en el centro de Madrid.

A principios de semana, el presidente del Gobierno acudió con su mujer al preestreno de El cautivo, película del cineasta Alejandro Amenábar e interpretada por Julio Peña. La tensión vivida en las inmediaciones de los Cines Callao, donde distintas personas increparon verbalmente Sánchez y Gómez, se convertía en objeto de debate para El tiempo justo.

Tras emitir una pieza informativa sobre los hechos, Joaquín Prat se hizo con el turno de palabra: “Realmente, el ambiente es irrespirable. Lo es para los ciudadanos, pero también para los políticos, que tienen que soportar situaciones así”. El presentador no dudó en romper una lanza a favor del presidente, extendiendo el planteamiento a cualquiera que pueda sufrir una situación similar.

“Me da igual quién sea, a no ser que sea un asesino o un violador. No se me ocurre insultar a una persona”, continuó explicando en riguroso directo. Incluso citó un argumento muy explotado por aquellos que consideran respaldado su comportamiento: “¿Hay libertad de expresión? Sí, pero, amparados en la masa y en esa libertad de expresión, muchos cometen auténticas tropelías”.

Este episodio, unido a la crispación habitual que ya inunda las calles, provocó otra reflexión del presentador: “Es que Pedro Sánchez y su mujer no van a poder ir a ningún lugar público con una cierta tranquilidad hasta dentro de muchos años. Y eso también es terrible”.

Joaquín Prat pide empatía: “No podríamos calibrar lo desagradable que es”

La tertulia fue avanzando con distintos argumentos llegados desde ambos flancos de la mesa, con Prat enrocado en su posición: “Realmente, nunca calibras lo que puede estar sufriendo una persona hasta que te pones en su lugar”. Tampoco dudó en pedir un ejercicio de empatía a sus colaboradores: “Si cogiésemos a cualquiera de las personas del público, o a nosotros mismos, teniendo que hacer ese paseíllo… probablemente podríamos calibrar lo desagradable que es vivir una situación así”.