La cuarta entrega de Traitors en Antena 3 arrancó con risas para los jugadores que, por la mañana se despertaban creyendo que todos habían sobrevivido a la noche. Mientras que los traidores se mostraban totalmente descuadrados, ya que habían asesinado a Lía, pero en cambio, aún seguía entre ellos.
Minutos después llegaba Juanra Bonet para aclarar lo que estaba pasando. Los traidores habían matado a uno de los fieles, pero no de forma inmediata, si no que envenenado. Por lo que uno de los jugadores se estaba muriendo y no lo sabía.
El presentador citó a todos a acudir a su entierro, cada uno con la incertidumbre de si será su fin o regresaría al Monasterio. “Es lo más macabro que he visto”, comentaban entre sí al vestirse de negro, sin saber si eran o no los muertos en el entierro.
“Uno de vosotros ha sido envenenado y está a punto de decir adiós para siempre al juego. Entrad en los ataúdes” pedía Juanra a Lía, Lucía y Juan. El resto fueron poniendo rosas negras en el compañero que creían que era el asesinado, si lo adivinaban 6000 euros irían al botín comunitario.
Pero no lo hicieron: 9 rosas para Lucía, 2 para Juan y ninguna para Lía.
Bonet caminó alrededor de los tres ataúdes hasta que finalmente cerró de un golpe el de Lía. Tal fue el susto que Lucía chilló y se puso a llorar. “El que no ha estado aquí no lo va a entender, pero para los 14 que estábamos ahí ha sido muy, muy duro”, aseguraron.