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'Lazos de sangre', la excepción a la regla de fracasos sin continuidad en la TV veraniega

El retorno de Lazos de sangre por tercer verano consecutivo a TVE certifica la confianza de la corporación en un formato que, en la coyuntura actual, resulta cuando menos singular. Porque el formato de Tesseo es uno de los pocos títulos concebidos para rellenar la programación estival que no solo han funcionado, sino mantenido una estabilidad con datos aceptables.

Estrenado en julio de 2018, la primera tanda conducida por Inés Ballester se aseguró un buen nombre en la cadena con un 13.1% de cuota de pantalla y 1,6 millones de espectadores de media. Unos datos con los que llegaría a liderar la franja del prime time de los miércoles. Boris Izaguirre se puso a los mandos de una segunda etapa estrenada en fechas similares un año más tarde, en 2019, y pese a flaquear en sus primeras emisiones, acabó reivindicándose como programa eficaz al concluir su andadura. No en vano, anotaría su récord histórico, tanto en share como en espectadores, con su última entrega, dedicada a la saga de Pepa Flores: 15.1% y 1.833.000.

La competencia a la que se enfrentó durante ese verano televisivo, por el contrario, tuvo una suerte dispar. A saber: El juego de los anillos de Antena 3, que tuvo una trayectoria descendente; y la ficción internacional The Rookie en Telecinco, que no cuajó pese al reclamo de contar con el mismísimo Castle, Nathan Fillion.

Esto prueba lo difícil que resulta no ya configurar una programación veraniega, sino modelar programas que encajen y destaquen en una época marcada por el descenso del consumo televisivo, reforzando una marca lo suficiente como para asegurarse continuidad.

'El paisano' también encontró su sitio pateándose el verano

Podemos encontrar escasos ejemplos cuyo recorrido haya sido parejo a este. Sin dejar TVE, El Paisano ha sido otro los pocos programas que han sobrevivido a la ola de calor de los últimos años.

Producido por Brutal Media, su debut llegaría a mediados de mayo de 2018, convirtiéndose en una sorpresa ya en las postrimeras del curso televisivo, y se mantendría igual de fuerte durante los meses de julio y agosto. Su notable funcionamiento en “temporada baja” justificaría sucesivas renovaciones; eso sí, emitidas ya en “temporada alta” y con una evidente mella en los registros numéricos derivada de esa mayor competitividad: de rozar el 12% de share en verano de 2018 con Pablo Chiapella como guía; a quedar por debajo del 8% en sus tres campañas posteriores, conducidas por Eva Hache, Edu Soto y Jorge Cadaval, y emitidas entre septiembre de 2019 y abril de este 2020.

También podemos englobar dentro de este apartado a Viaje al centro de la tele, que si bien nunca estuvo intrínsecamente pensado para los meses de asueto, se ha visto reforzado de forma llamativa durante los últimos veranos tanto con entregas de estreno como con reposiciones en el access prime time. La fortaleza del espacio nostálgico permitió a La 1 imponerse en dicha franja con holgura sobre las redifusiones de El Hormiguero y El Intermedio, haciéndolo además con cifras más lustrosas que las de otros espacios probados para esta parcela horaria.

El funcionamiento discontinuo de la ficción internacional

Si nos vamos a las privadas, pocos ejemplos podríamos encontrar que hayan aguantado más allá de una temporada en condiciones óptimas. En el caso de Mediaset, la ficción internacional es quizás el principal valor, aunque a menudo adolecen de regularidad, y acaban viéndose afectadas por el mercado de contenidos bajo demanda, cuyos tiempos y disponibilidad complica su amortización en abierto más allá del lanzamiento.

En 2018, encontraríamos dos buenos ejemplos en The Good Doctor y 9-1-1, en Telecinco y Cuatro respectivamente. La ficción médica protagonizada por Freddie Highmore se alzó como uno de los grandes éxitos del verano y prosiguió su emisión en abierto con datos al alza, imponiéndose a OT 2018 y despertando gran expectación de cara al futuro. Más de 3.3 millones de espectadores (20.8% de share) vieron el primer episodio de la segunda tanda el 24 de octubre, enlazado con el final de la primera, confirmando el buen diagnóstico que hizo Telecinco al programarla. No obstante, el retraso en el lanzamiento en abierto de esa segunda temporada -en lugar de dejarse para el verano, se retrasó al crudo invierno-, sumado a su disponibilidad en plataformas de pago, propició su desgaste.

Los retrasos con respecto al ritmo de emisión internacional y la discontinuidad afectaron también a la ficción producida por Ryan Murphy: tras el excelente rendimiento de su primera temporada en Cuatro, también en verano de 2018, su tirón (un más que aceptable 7.8%) decaería lo justo con respecto al año previo como para que ahora, en 2020, haya quedado relegada al late night de los jueves, por detrás de The Blacklist.

'Ninja Warrior', última apuesta veraniega con recorrido en Antena 3

En el caso de Antena 3, la emisión de Improvisando, que ha estado aguardando turno en un cajón durante casi dos años, evidencia las dificultades del canal para afianzar marcas exclusivas para el ciclo veraniego. Tendríamos que remontarnos a los años 2017 y 2018, cuando apostó por Ninja Warrior España para encontrar una apuesta con recorrido.

Presentado por Arturo Valls, Manolo Lama y Pilar Rubio (reemplazada por Patricia Montero en la segunda), gozó de buena salud en su primera edición, emitida entre junio y julio de 2017, como prueban los más de dos millones de espectadores de media en sus cinco entregas. Así las cosas, su renovación parecía clara; no obstante, tras la bajada de la segunda tanda (11.5% y 1.675.000 seguidores), emitida en la primavera siguiente, la particular gincana no retornó.

Verano, un cementerio de elefantes

Salvando estos ejemplos, solo hay que observar la tira de programas que las cadenas han testado durante los dos últimos años para comprobar esta difícil tarea de hacerse notar en estas soleadas fechas.

En 2018, La 1 probó suerte sin éxito programas como Crush y relegó la española Sabuesos; Antena 3 lanzó sin tino más entregas del Top 50 con Cristina Pedroche; y ficciones internacionales como Stalker y Doctora Foster; Telecinco optó por Mi madre cocina mejor que la tuya; y laSexta sacó sus Ambulancias, que no recibirían más llamadas.

Un año más tarde, y repitiendo el orden, la cadena pública estrenó el docurreality 7 días sin ellas y el programa de humor Hoy no, mañana, otros dos programas sin continuidad; Antena 3 hizo lo propio con el ya citado Juego de los anillos, El contenedor y Por el mundo a los 80; y Mediaset tampoco acertó con Me quedo contigo ni con las series USA The Crossing o Siren, por no hablar de Supermax (con una media del 2.9%).

La crisis del coronavirus ha motivado que la lista de estrenos de este verano sea más escueta si cabe, descontando La casa fuerte, en Telecinco, con el que el canal no pierde su engranaje perfecto de reality shows, a falta de conocer si se convertirá en una nueva IP para el grupo como Supervivientes o Gran Hermano; y Typical Spanish, en TVE, un programa deudor de la herencia del espíritu de Grand Prix, para hacer ruido en la noche de los viernes.

El hecho de que formatos como aquel popularizado por Ramón García en los noventa sigan siendo referentes de contenidos catódicos para verano, de los que se pide su vuelta de tanto en cuanto, evidencia esa norma de la que Lazos de sangre es una excepción.