Mientras el PP y Vox recrudecen sus ataques contra RTVE, y horas después de que un diputado del Partido Popular como Eduardo Carazo pidiera en el Senado al presidente de la corporación pública, José Pablo López, que no recurra a la comparación sobre el estado de otras cadenas públicas de comunidades gobernadas por el PP, Telemadrid ha vuelto a dar un ejemplo de las verdaderas diferencias con La 1.
En su comparecencia parlamentaria en la mañana del martes, José Pablo López leyó -dirigiéndose al diputado del PP que acababa de acusarle de no mandar en RTVE porque directamente lo hace Pedro Sánchez- este fragmento de una columna de Sergio del Molino: “Le viene bien a los presidentes regionales que Radiotelevisión Española acapare todas las críticas de intervencionismo. Así casi nadie se entera de lo que hacen con esos canales, en los que imparten doctrina, conforman la opinión más conformista, crean identidades de campanario, pagan favores y afianzan redes de intereses”.
Horas después, en el programa El análisis: Diario de la Noche que presenta Antonio Naranjo, el espacio opinaba sobre que “Sánchez se aferra al poder, pero se queda sin apoyos” (como podía leerse en su rótulo), y la que dio la opinión más radical fue nuevamente Mariló Montero, como ha rescatado el tuitero Guillermo Guijarro.
La colaboradora televisiva logró hace poco dar que hablar por usar su visita a La Revuelta para criticar a RTVE (en la que participa en MasterChef Celebrity, y en la que estaba promocionándose junto a Broncano) porque según su opinión desde ella se promulga la ideología de izquierda. También defendió los toros y pidió que volviesen a TVE, y pese a las denuncias de manipulación que acumulan, defendió a dos autonómicas del PP (en las que ella trabaja): “Canal Sur no es sospechosa ideológicamente y Telemadrid hace lo que tiene que hacer”. Tras su paso por La Revuelta, además de ser apoyada por Antonio Naranjo, intervino en su programa para quejarse por el público de Broncano, inventarse que en programas de TVE la habían “insultado”, y reafirmar su opinión: “Mi visión de lo que es TVE es que toda la parrilla está representada por la izquierda”.
Mariló Montero: “Estamos camino de la dictadura”
En ese mismo espacio proclive a sus discursos, Mariló Montero tomó la palabra para asegurar: “Yo digo sin ninguna exageración que estamos camino de la dictadura”. Tras aclarar que no estaba exagerando, prosiguió su opinión: “Su comportamiento es absolutamente de un dictador. Lo que le falta ahora es vivir de espaldas a España entera, no solamente a los suyos, porque a los que no le hemos votado desde luego nos da la espalda y quiere que desaparezcamos literalmente. O sea no le interesa a España, en absoluto le interesa hacer cualquier gestión política, económica, social, le da igual, todo es palabrería”.
Recordando brevemente que comenzó diciendo “sin ninguna exageración”, Mariló Montero continuó su monólogo comparando España con Corea del Norte y Rusia: “Lo único que le queda ya para ser como Kim Jong-un o Putin es desaparecer unos meses. Cuando el pueblo dice ¿dónde está el líder? ¿dónde está el líder? ¡Que se meta en Moncloa a ver series de Netflix con su mujer! Porque no le echaremos de menos, y en el 27 que le llamen al timbre del la Moncloa y le digan: oye, que ya han sido las elecciones, que tienes que desalojar porque es que no has ganado. Y eso sería el 27”.
La colaboradora televisiva concluyó reconociendo que pasaba a exagerar, pero sólo “un poco”, de esta forma: “O sea, exagerando un poco, es una figura dentro de lo que podría ser una viñeta en un periódico”, pero volvió a pensar que tampoco estaba exagerando: “De verdad que yo no lo veo exagerado, es que está demonizando y destruyendo totalmente la democracia, y eso es un dictador”.
El presentador Antonio Naranjo retomó el programa, recogiendo sus palabras y planteando una continuación a ellas, de acuerdo con su discurso. Curiosamente, durante el soliloquio de Mariló Montero el programa promocionaba en su rótulo inferior: “En unos instantes hablamos con un hijo del teniente coronel Antonio Tejero para conocer la última hora de su estado de salud”, demostrando su interés en saber cómo está el golpista del 23F, sin denominarle así sino sólo por la graduación militar que en realidad le fue retirada en el año 1983, cuando fue condenado a 30 años de cárcel por un delito de rebelión militar consumado, con agravante de reincidencia, y pena accesoria de expulsión de la Guardia Civil y la pérdida de su grado de teniente coronel.