Gala 11 de 'OT 2020': el fuego de Melisandre
Tras ocho temporadas de Juego de tronos temiendo al Rey de la Noche, Arya fue la gran heroína que consiguió asesinarle. La Stark cumplió con la profecía, pero la verdadera razón por la que los vivos pudieron hacer frente a los muertos en la batalla de Invernalia fue Melisandre. Ella y su fuego. Quizás nosotras tampoco lo vimos venir... y Eva ya había anticipado durante OT 2020 que acabaría colándose en la final. Pero cuando apareció con el plató incendiado para interpretar Nothing else matters, tuvimos la señal definitiva de que estaba lanzando algún tipo de hechizo a sus profesores. Así fue como ocurrió.
Bendita la fase 1 que nos permite por fin reunirnos y celebrar con pizza que se empieza a ver la luz al final del túnel coronavírico. Empieza la gala. La grupal cumple con las expectativas. Profesores y concursantes entonan juntos un emocionante Forever young, que sirve también para comprobar que si hay algún alérgico en la sala no va a salir bien parado esta noche. Los fosos están llenos de flores que nos convencen en seguida, aunque sea de nuevo la naturaleza la temática de la decoración. ¿Para cuando la piscina de bolas?
Los nominados, Flavio y Bruno, son los primeros en salir a la palestra y tratan de asegurarse su permanencia en la Academia con sus singles. La decisión favorece más al segundo, ya que sus Fugitivos, a parte de salirle más de las entrañas, permiten que luzca más su calidad vocal que la Calma del primero. Lo que sí se lleva este son las disculpas de Roberto Leal. Le pide perdón por el cabreo que se pilló la semana pasada por un vídeo de una cena con Samantha en la que, por lo que se vio en las imágenes, él no había abierto la boca. Después de todo lo que se quejaron los de 2018, en especial Alba Reche, por los “vídeos de mierda” que le ponían antes de actuar, sorprende que en esta edición se detengan y sí den la razón al triunfito.
A Maialen le toca ser la más sexy de la clase, y bueno. Rescatar los zapatos con los que fue al colegio para la ocasión no ayuda. Should I stay or should I go no quedará para el recuerdo como su mejor actuación, pero nos conquista con su grito y pose final. Le sigue Anaju, que canta por C Tangana con el escenario lleno de camas. Podía haber escondido algo más las zapatillas de estar por casa, que se cuelan en algún plano cenital, pero la muchacha consigue atraparnos tumbada sobre unas sábanas -bastante arrugadas por cierto- y la trenza/corona con la que le han peinado. Lástima que no le valga para reinar en el veredicto final.
Roberto vuelve a demostrar que en realidad es él el más versátil de todo OT 2020, y rapea con Bruno y Hugo. Remata pronunciando “bracitos de pavo a la mostaza”. ¿No había otra cosa que decir? Sirvió para destensar y demostrar que a los concursantes les ha venido bien la ausencia de público para dejar de parecer unos siesos durante las entrevistas. Hugo defiende La leyenda del tiempo y, aunque tememos por su yugular que se hincha y deshincha por encima de su cadena de oro, cumple muy dignamente. No entendemos que vaya vestido con un traje de terciopelo, pero nos rendimos a la gracia con la que mueve las manitas. Y a los caballitos propios de una función sobre Don Quijote que le acompañan en el fondo.
Y entones llega ella. La 'bruja roja' Eva, acompañada de Manu Guix al piano, incendia el plató hasta el punto que tememos porque prendan las flores y la edición acabe teniendo un final drástico y trágico, de verdad. Pero no. El arranque cuesta, al soltar más aire que un niño al soplar las velas de su tarta de cumpleaños. Luego con los agudos, va a más.
Después entra Samantha, que a pesar de todos los numeritos y dramas que ha montado durante la semana, pisa fuerte y luce un body que inyectan de energía su Freed from desire. Ahora que sus compañeros han dejado de ser mudos en las galas, su labia destaca menos, pero bueno, ella sigue jugando sus cartas. Entre medias pasan por ahí Nick y Eli, el primero vestido en pijama con su nombre. Roberto comunica que tiene discográfica y que hay otros concursantes de fuera que también. Como Javy. Noticia que nos enorgullece -su expulsión en la gala 5 sigue siendo uno de los grandes despropósitos de la edición-.
Nia pone el broche de oro a las actuaciones -una vez más-. La canaria, luciendo un vestido con espejos que convierten su puesta en escena en una de las mejores, se marca un Halo memorable. Esta vez sí le basta para que el jurado alabe su nivel de emoción. Antes de salir explica su frustración porque se diga que es perfecta. Reivindica que si consigue hacerlo bien es porque se lo curra... y le da resultados. ¡Denle ya el trofeo de ganadora!
Y tras la maravilla... el bajonazo. Bruno se marcha con un 78%, pero con la cabeza bien alta, y tras haber presentado su canción y tocado la batería en directo. La despedida con Maialen se nos queda fría, eso sí.
El jurado, con una Nina convertida en minion por las plantas moradas que ponen justo detrás de su cabeza como si fueran la continuación de su pelo, tiene que elegir a los dos primeros finalistas.
El veredicto es tan soporífero y blanco que echamos de menos el salseo de las votaciones con números de ediciones anteriores. Y hasta a la osada Julia Gómez que le soltó a Ana Guerra: “Vocalmente estás muy lejos de los demás y por eso te pongo un seis”. Bueno, con esto se pasó, pero por lo menos generaron intriga y consiguieron que temiéramos en nuestro sofá que Aitana se quedara fuera.
Proponen a Nia, Hugo, Maialen y Flavio; y se quedan con los dos primeros. La verdad es que bastante confiadas, esperamos que los profesores se porten eligiendo a su finalista. Nada más lejos de la realidad. Noemí Galera dice el nombre de ¿Eva?, y ahí es cuando lo entendemos todo -después de meter un berrido, lo sentimos vecinos-. Como Melisandre en Juego de tronos, la gallega, que se ha ido librando poco a poco de todas las nominaciones a pesar de haber hecho una actuación y media -la primera en la gala 0- mencionable, emerge sobre sus llamas para terminar siendo clave en el desenlace de la contienda.
Así, Anaju, Maialen, Flavio y Samantha se quedan apenados y sorprendidos por el percal, porque dos de ellos se quedarán fuera de la noche decisiva. Dependerá del jurado y del público. Visto lo visto, nos alegramos de que no vuelvan a tener voz los profesores.