Opinión

El vacío que deja OT: 'Díselo a la vida' y 'Camina'

El vacío que deja 'OT'

Laura García Higueras

Se nos ha acabado OT 2020. ¿Era inevitable? Pues sí. Pero eso no hace que nos duela menos, que nos dé menos pena ni que nos preocupe en menor medida qué narices vamos a hacer este domingo por la noche. Porque sí, una de las grandes virtudes de Operación Triunfo -que estando en cuarentena cobra aún más valor- es que crea rutina. Con sus galas, sus repasos, sus repartos de temas, sus benditos pases de micro. Todo eso se nos acabó. Disponer de un canal en YouTube 24 horas para ver a gente, también encerrada pero estos por una buena causa, nos hubiera salvado de unos cuantos ratos muertos tirados en el sofá. Pero no. No va a pasar.

Aunque seamos conscientes de que el programa no podía seguir poniendo a tanta gente en riesgo y que las galas desde casa tampoco podrían prolongarse hasta el final de la edición, no podemos evitar sentir un vacío por dentro. En serio, ¿qué vamos a hacer esta noche? En La 1 van a poner Gladiator y sí, en la lista de películas motivadoras, este largometraje está en su Top 10. Pero no es lo mismo. Queremos ver a Roberto Leal luchando por sacar palabras a los triunfitos en cada entrevista , a Noemí Galera acompañada de los profesores en el sofá viendo las actuaciones desde “su” casa, al jurado, al cuerpo de baile.

Y, sobre todo, a ellos. A los concursantes. Subiéndose al escenario cada semana a defender sus temas y emocionarnos con su progreso. Queremos sufrir porque no estemos de acuerdo con las nominaciones, y porque expulsen a quien no lo merecía. Queremos ocupar nuestras mentes con Operación Triunfo, disfrutar del concurso, evadirnos con su música. Enorgullecernos con cada nuevo single confirmado y lanzado. Hacer quiniela de las carpetas, alegrarnos por su amor. Reírnos de las pilladas de las cámaras ocultas. Queremos verles recién despertados con las mismas ojeras con las que amanecemos nosotros. Queremos hasta verles hacer ejercicio a primera hora con Cesc Escolá. Suerte que, al menos, TVE sí va a hacer posible esta parte.

Un adiós tras.... ¿su mejor noche?

No saber si la décima gala de OT 2020 llegará a celebrarse en algún momento, deja una incertidumbre que hoy se va a hacer aún más evidente. Sobre todo si tenemos en cuenta que venimos de una novena que funcionó cual catarsis para todos. Cuando supimos que se emitiría desde la Academia, tuvimos miedo por si terminaría siendo cutre. Pero nos equivocamos. Fue lo que más necesitábamos ver.

Qué regalo de noche, de imprevistos, de retardos de sonido, de momentazos como Nina asomándose en el plano y el ataque colectivo de risa que desató Nia al hablar con su madre y su abuela. Una noche en la que nos rendimos a la Pepa, a la profesionalidad de Roberto Leal y a la de todo el equipo que hizo posible que, en nuestros salones, nos olvidáramos del maldito coronavirus por unas horas.

La nostalgia se respiraba en la sala de ensayo convertida en plató. Allí la emoción estaba más a flor de piel que nunca. Y en casa un poco también. Pero en aquel momento no sabíamos lo que se nos venía encima. Al día siguiente, preparados y todavía con un halo de esperanza de que sí, a las 16h de la tarde conoceríamos las nuevas canciones, llegó la noticia. Y pesó como una losa. En gran parte porque no pudimos empatizar más con esos concursantes que están pasando, ahora ya sí, por lo mismo que toda España. Nadie se salva del coronavirus, como cantaron Natalia y Miki en la última gala de Eurovisión. Sus lágrimas, abrazos, sus últimas interpretaciones de las canciones grupales juntos, sus despedidas... nos rompieron el corazón, que va a echar en falta que esta noche nos lo recompongan un poquito con la que sería su nueva gala.

Su hashtag diario ha seguido adelante, aunque está perdiendo algo de fuerza. Hemos pasado del #OTDirecto + la fecha a #CUARENTENA + la fecha. Madre mía, que vuelvan a emitir las galas de OT 1 los domingos, las de 2017. Las que quieran. Desde aquí, aseguramos que cumpliríamos nuestro compromiso con el concurso y agradeceríamos igualmente seguir unidos en este encierro. Los triunfitos, por su parte, podrían organizar eventos como el #YoMeQuedoEnCasaFestival o el #MantitaFest, que está reuniendo a otros tantos artistas en directos por Instagram. ¿Por qué no un #OT2020IvoFest? Y que participen los pobres que se quedaron fuera y llevan aun así el mismo tatuaje que todos los demás.

Y TVE... ¿qué va a echar de menos?

La suspensión de OT no solo afecta a las personas que hacen posible el programa o a los espectadores. También a la cadena. TVE consiguió este domingo dar ejemplo de servicio público enfocándose en el entretenimiento. Echando el resto en una noche en la que apañaron como pudieron y, como comentábamos, disfrutamos como nunca. De hecho, con la entrega consiguieron su segundo mejor dato de la edición, reuniendo a 1,8 millones de espectadores y marcando un 12.7% de share.

Sin la emisión del concurso producido por Gestmusic, la oferta alternativa a la cobertura informativa del coronavirus decrece. Además de que todo el contenido generado por OT ahora ya no es posible. A la larga, considerado el momento en el que la crisis sanitaria remita y poco a poco todo vuelva a la normalidad, puede que este vacío reste interés sobre las futuras galas -si se celebran-. Pero puede que ocurra al contrario. Que la espera se haga tan larga, que los fans lo acojan con más ganas y logre hasta mayor repercusión.

'Díselo a la vida': que 'Somos' y 'Camina'

“Díselo a la vida, díselo a la gente. Dile al contratiempo que te contrarreste”. Son las dos primeras frases de la canción que compuso Rafa y que ha terminado siendo la que representa a la generación OT 2020. Y estamos de acuerdo. Aunque cuando esta noche pongamos La 1 nos topemos con la cara de Russell Crowe en vez de la de Roberto Leal, no perdamos la esperanza. De haber sido viable, el concurso habría sido el revulsivo perfecto para los domingo de cuarentena que tenemos por delante. Con su gala desde la Academia nos sentimos realmente representados en la pequeña pantalla, porque su realidad era también nuestra realidad -y no la de los platós o formatos que continúan con “aparente” normalidad-.

Lo vamos a echar de menos. Sí. Pero aprovechemos para valorar Operación Triunfo como lo que es. Un programa de entretenimiento, de música, defensor de una serie de valores merecedores de su emisión en prime time. Un espacio en el que se muestra el día a día de una Academia de alto rendimiento y que trata de formar y lanzar a futuros artistas. Un formato que divierte, que ilusiona y que mueve por dentro. Así que si ahora toca despedirnos de él por un tiempo, demos gracias por lo que ha sido y es.

Terminamos con una frase de Camina y de Somos, con las que nos acordamos de las dos ediciones anteriores, que también hicieron porque OT se haya mantenido en la parrilla. “Y cuando pienses que no puedes más, grita fuerte y lucha hasta el final”. Hoy no tenemos gala, pero ánimo, que “son tus manos las que pueden ayudar”.

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