Quién es Sergio Boixo, el invitado de 'Planeta Calleja' este miércoles
Ingeniero, filósofo, matemático y físico. El currículum del acompañante que ha reclutado Jesús Calleja para el Planeta Calleja de este miércoles en Cuatro impacta con solo leerlo. Se trata de Sergio Boixo, el español al frente del mayor hito de la computación cuántica. El leonés lideró el equipo de investigación de Google que consiguió que un ordenador cuántico hiciera en unos minutos algo que a un superordenador convencional le llevaría miles de años.
Un éxito en el que trabajaron más de cuatro años, sabiendo que aquello a lo que se enfrentaban marcaría un antes y un después. En el inicio, al no haberse hecho nunca, no sabían si encontrarían con algún obstáculo imposible de sortear. Valorando las teorías hasta entonces existentes, decidieron lanzarse aun así a la aventura, y les salió bien. Claro que no todo fue un camino de rosas, hubo un momento en el que pensaron que no funcionaría.
Ahora bien, ¿cómo llegó Boixo a Google? Según reveló en una entrevista en El País, su interés le viene de pequeño, al recordarse leyendo libros científicos de divulgación de Isaac Asimov cuando tenía 12 o 13 años. Poco a poco fue consultando textos más técnicos. Su temprana vocación y empeño le llevaron a convertirse en el número uno de la primera promoción de Ingeniería Informática de la Universidad Complutense de Madrid en 1996. Al mismo tiempo, se licenció en Filosofía y Matemáticas por la UNED. Después hizo el doctorado en Física Teórica en la Universitat Autònoma de Bellaterra (Barcelona). Entre medias, vivió una temporada en Egipto.
En 2004 le llegaría el momento de marchar de España, gracias a una beca de La Caixa con la que viajó a Estados Unidos, concretamente al California Institute of Technology. También estuvo en Harvard y en la Universidad de Southern California, donde trabajó con el considerado el primer procesador cuántico comercial. Nueve años después aterrizó en Google, cuando todavía solo había un par de expertos en computación cuántica. Allí, el año pasado logró pasar a la historia como pieza angular en el mayor hito del paradigma.