'Supervivientes': así son de verdad la Palapa y el control en Honduras, con un sorprendente plan B ante las tormentas

Adrián Ruiz

Honduras —
25 de octubre de 2025 19:45 h

Supervivientes All Stars afronta ya la recta final de su segunda edición en Telecinco. El próximo jueves, la cadena ofrecerá en prime time la gran final del reality presentado por Jorge Javier Vázquez y Laura Madrueño en la que se proclamará desde Honduras al nuevo ganador -sucesor de Marta Peñate- de esta versión del formato que da una nueva oportunidad a algunos de sus exparticipantes más célebres. Se pondrá fin entonces a la que será la decimoctava temporada del programa grabada en los Cayos Cochinos -16 regulares y 2 de estrellas- tras casi dos décadas en las que uno de lo aspectos que más intriga genera siempre entre la audiencia es el de cómo es realmente el escenario principal en el que se desarrolla la aventura: la emblemática Palapa.

Una duda que verTele ha podido resolver durante su reciente visita a Honduras, donde ha podido comprobar y retratar -tal y como mostramos en el vídeo presentado a continuación- los detalles de todo el entorno natural en el que se realiza esta gran superproducción televisiva. Después de colarnos en la playa en la que viven los robinsones, desmontar algunos de los mitos sobre los contratos de los participantes, hablar con el 'cerebro' de los juegos y probar en nuestra propia piel su dureza, e incluso descubrir los secretos médicos del reality de boca de su histórico 'Doc', desvelamos ahora cómo es la Palapa de Supervivientes, captando todos los rincones de su interior que no se ven ante las cámaras y recorriendo el entorno exterior en una experiencia que da respuesta a la pregunta que muchos se hacen: ¿la Palapa es real o es solo un plató de televisión en medio del bosque?

Pues bien, podemos asegurar -como en los exámenes tipo test- que ambas opciones son correctas. Y es que una de las cosas que más llaman la atención de la Palapa es lo bien integrada que está en el ambiente natural que la envuelve. En medio del Cayo Menor en el que se realiza el formato, y a escasos metros de Playa Juegos, nos encontramos una cabaña de gran tamaño -aproximadamente 500 metros cuadrados- que mantiene los componentes exactos de las palapas tradicionales de Centroamérica: una estructura o base de madera y un techo de hojas de palma u otros materiales vegetales. Eso sí, a diferencia de las originales, la de Supervivientes es una construcción completamente cerrada y ciertamente aislada para las grabaciones y directos que se llevan a cabo dentro de la misma.

En ese interior llegan más sorpresas. Por un lado, que los decorados son más realistas y menos de 'cartón piedra' de lo que podría parecer, con el 'edificio' respetando los árboles y otras plantas presentes previamente en el lugar. Ese 'atrezzo' silvestre se complementa a la perfección con el que implementa la producción, con enredos de lianas colgando de la cúpula y otras ramas para camuflar el cableado, los focos y otros materiales técnicos; con columnas y asientos de apariencia pétrea y con motivos ornamentales de inspiración maya; así como con esa multitud de antorchas que, como curiosidad, se encienden durante las galas apenas unos segundos antes de la entrada de los concursantes, ya que el efecto del fuego eleva a la enésima potencia el calor que ya de por sí se siente en este enclave.

Por otro lado, y al contrario de lo que suele suceder con los platós de televisión, sorprende que el espacio total de la Palapa tiene unas dimensiones mucho mayores de las que se perciben a través de la pantalla. Tanto es así que esta contiene en una de sus esquinas un área diáfana bastante extensa que el programa se reserva como zona de juegos 'indoor' a la que recurrir para realizar algunas pruebas de 'emergencia' en días en los que las condiciones climáticas impiden hacerlas en su emplazamiento habitual. Esa amplitud da explicación a otra de las dudas que tienen los espectadores cuando ven Supervivientes desde casa: ¿Los concursantes no escuchan desde sus asientos a sus compañeros cuando van a nominar? Pues todo hace pensar que no. Y es que esa zona de nominaciones está notablemente apartada de la parte central de la Palapa, lo que permite cierta 'intimidad' a los robinsones si hablan a un volumen normal durante el reparto de puntos.

La Palapa, que por cierto, no sufrió modificaciones sustanciales con el cambio de manos que experimentó Supervivientes a comienzos de 2024 -cuando Bulldog TV cedió el testigo a Cuarzo en su producción-, y que es la misma que utiliza la versión italiana del formato, deja también parte de su superficie a toda el área técnica, con espacio para una estación de monitoreo, una cámara grúa pequeña y otras cinco cámaras frontales -además de una sexta en la zona de nominaciones-, dispuestas a no perder detalle de las reacciones de los participantes en sus acalorados debates.

Así es el control de 'Supervivientes' en Honduras

Todo lo que recogen esas cámaras se recibe en otro emplazamiento ubicado, tal y como se puede ver en el vídeo superior que ilustra este artículo, a escasos seis o siete metros de la Palapa, en el control de realización. Este se halla en otra choza rudimentaria hecha de madera y techo de planchas de uralita que protegen de la lluvia todo el equipamiento tecnológico del programa, con los monitores, mesas de mezclas, mesas de sonido, receptores de señal y demás aparataje que hace posible la realización de las galas desde el propio cayo. La emisión es enviada vía satélite a España, previo paso por dos grandes parabólicas ubicadas en el 'centro de operaciones' que, tal y como explicaremos más adelante en este reportaje, el equipo Cuarzo tiene en el Hotel Palma Real de la Ceiba en el que se aloja la producción.

“Aquí lo que intentamos básicamente es transmitir emoción en imagen. Que esa es una de las cosas que te da Supervivientes que no te da otro programa. Por eso es maravilloso”, nos cuenta Iván Prado, realizador del reality en Honduras, durante nuestra visita. “Nuestro trabajo es cambiar planos, preparar todas las acciones, no dejar nada al azar, buscar tiros inverosímiles de cámara. En fin, intentar que el telespectador no se aburra viéndolo desde casa”, describe el responsable, que presume de ser el “realizador que más suerte tiene” en todo el sector. “Porque tengo a los mejores. Aparte de tener a los mejores, llevamos más de 10 años trabajando juntos, con lo que ya cada uno sabe lo que quiere y el otro sabe lo que te puede dar. Es que es todo, sin el equipo no haríamos nada”, reivindica.

¿Y quién forma parte de ese gran equipo que se deja la piel durante las emisiones para que lo que suceda en la isla llegue con todo tipo de detalles a la audiencia? Los enumeramos a continuación.

En la línea delantera del control, de izquierda a derecha:

  • Operador CCU: Controla que la calidad de la imagen y los niveles de planos sean los mismos en todas las cámaras: drones, cámaras subacuáticas, grúas... Es quien controla que toda la imagen esté el mismo nivel.
  • Mezclador: Va ejecutando las órdenes del realizador.
  • Realizador: Controla todo y decide qué plano se pincha en cada momento.
  • Ayudante de realización: Está en comunicación constante con las cámaras y les anticipa qué van a tener que hacer en cada momento.
  • Técnico de Satélite: Está pendiente de que el satélite esté donde tiene que estar y que no haya ninguna interrupción ni corte. Está contacto con la otra persona de Satélite que está en el hotel.

En la línea trasera del control, de izquierda a derecha:

  • Jefe de Sonido: Está en contacto permanente con las dos ayudantes de sonido en la isla. Controla que tanto los micrófonos de los concursantes, como todos los micros de ambiente que hay en las playas y en los juegos estén en los niveles adecuados.
  • Jefe Técnico: Encargado de todos los departamentos técnicos en la isla.
  • Director: Controla los contenidos y el guion de Laura Madrueño durante las galas.
  • Subdirector: Responsable de los contenidos de cada gala junto al director.
  • Ayudante de realización: Está pendiente de Madrid, de la comunicación entre el control de Madrid y el de Honduras.
  • Directora de Producción: Gestiona toda la parte logística, desde el traslado de las barcas a los movimientos de los equipos.

Para el equipo de realización, en los días de gala, la jornada comienza cerca de las 9:30 de la mañana, hora local. Como en la víspera han tenido lugar, por un lado, la reunión de escaleta en la que se han puesto en común los hitos clave del programa -incluidas sus pruebas y dinámicas-, y, por otro, el montaje final de los juegos, Prado y los suyos comienzan ultimando la colocación de todas las cámaras, incluidas las microcámaras escondidas en las estructuras, para buscar los planos más impactantes para el espectador. A eso de las 11:30 horas se realiza ya el ensayo de las pruebas -como comprobamos en primera persona- para finalmente, a las 14:00 horas hondureñas -22:00 en Madrid-, dar comienzo a la emisión, que concluye a las 18:00 de la tarde.

“Yo a mi equipo los frío, no dejamos nada al azar. Pensamos hasta en cosas que sabemos que no van a suceder, pero para tenerlo siempre cubierto. Y aun así, te sorprende siempre, porque no sabes cómo van a reaccionar los concursantes”, explica Prado, que asegura tener siempre “un plan A, un plan B y un plan Z”. De la misma manera, asegura que él y los suyos están al tanto de todas las tramas del reality porque son claves a la hora de elegir los planos en las reacciones o discusiones que tienen lugar dentro de la Palapa. “Aquí no se adivina nada, aquí se sabe todo porque todo el mundo está enterado de todo. Si no, no saldría esto, tienes que saber estar 24 horas pensando en Supervivientes”, reconoce.

'Supervivientes' tiene un control en el hotel como plan B

Finalmente, todo este espectacular engranaje tiene un penúltimo eslabón, como avanzábamos, en el Hotel Palma Real de La Ceiba, ubicado en la costa de Honduras, a escasos 20 kilómetros del Cayo Menor en el que se celebra Supervivientes. En la sala de Satélite nos atiende Ángelo Farina, el otro Jefe Técnico del programa que es responsable de supervisar la señal que se recibe desde la isla y que se envía a Madrid de dos maneras. O bien vía satélite -a través de dos compañías: la española Hispasat y la canadiense SES-; o bien vía fibra óptica. “Desde hace tres años hemos empezado a usar la fibra óptica con respaldo IP. Es más rápida que el satélite, que tiene un retardo de tres segundos. Con fibra llega en medio segundo”, declara el profesional, que también trabaja para la versión italiana del formato, explicando por qué es necesario el empleo de dos satélites.

“Bastaría con uno, pero con dos está garantizada la emisión”, declara Farina, explicando que las tormentas desatadas en esta época del año en la región puede afectar a la transmisión de la señal. Una inestabilidad meteorológica por la cual Supervivientes se guarda un as en la manga, desplegando en esa sala de Satélite un plan B para los días en los que las tormentas marítimas impiden al equipo desplazarse hasta el cayo. En caso de que las barcas no puedan salir hacia la isla durante los días de gala, Cuarzo cuenta con un pequeño control que permite realizar el programa desde el hotel, eso sí, con recursos más limitados.

“La última vez hicimos desde aquí una emisión con cuatro cámaras. Por eso solamente sirve para una emergencia. Si hay un problema meteorológico y no se puede ir al cayo, nunca se va a perder la conexión con Madrid”, desvela el italiano, recordando que en Supervivientes 2025 tuvieron que hacer “cuatro o cinco directos desde aquí”. “Se paró la navegación y solo podían volar dos helicópteros. Tuvimos que hacer una conexión con Laura Madrueño desde aquí y los concursantes en la playa. Y conectábamos con las dos playas con un equipo técnico que siempre está en el cayo. Fue un día de tormenta muy, muy peculiar”, rememora el responsable.

Ángelo Farina destaca por último las mejoras técnicas que ha vivido el programa desde que comenzara a trabajar en Supervivientes en el año 2010. “Antes era todo satelital o con línea telefónica, que el sonido se escuchaba feo, la calidad era un poco mala. Ahora ha mejorado, ahora se escucha bien. Cada año va mejorando. Y cada año veo cómo la latencia que está desde aquí hasta Madrid se va reduciendo”, concluye el último eslabón de una gran cadena humana y tecnológica que hace posible tres días a la semana cuatro horas de directo desde el otro lado del planeta.