Por “abuso de poder” y “amenazas”

Joss Whedon rompe su silencio y afirma que las acusaciones contra él “no son creíbles”

Joss Whedon, en una imagen de 2018

Redacción verTele

Joss Whedon ha roto su silencio casi un año después de las acusaciones que lanzó la actriz Charisma Carpenter sobre su experiencia en Buffy, cazavampiros y Angel. El creativo ha negado la mayor sobre esta y otras quejas públicas contra él realizadas durante los últimos tiempos, a través de una extensa entrevista concedida a New York magazine en la que ironiza con su actual situación: “Fui aupado con el comienzo de la internet, y la internet moderna me ha hundido. No he perdido el don de la simetría perfecta”.

El director y guionista, en su día uno de los más prolíficos y admirados de la televisión, había acabado en el ostracismo durante el último año después de que la intérprete relatara los episodios de abuso de poder y amenazas, episodios por otro lado corroborados por más integrantes del elenco de ambas series, y que se unían a las de Ray Fisher por su experiencia particular en los reshoots de La Liga de la Justicia. Tras la investigación interna por parte de WarnerMedia sobre este caso, y después de que Carpenter se pronunciara, no tardaron en producirse las primeras consecuencias: Whedon salió de The Nevers, proyecto de HBO que había estado desarrollando, en mitad de su producción.

En su primera entrevista para un medio desde que se levantara la polvareda, Whedon niega el grueso de las acusaciones, si bien matiza o reconoce hasta cierto puntos algunas otras. Lo hace sin miedo no solo a refutar testimonios, sino también a cuestionar a las personas que lo señalaron.

Reconoce “no haber sido cortés” con Carpenter

Eso ocurre, de forma sucinta, con Carpenter. La que fuera Cordelia en Buffy y Angel publicó en febrero de 2021 un extenso texto donde daba testimonio de los “perturbadores incidentes” que sufrió durante los años en el reparto de ambas series, que desembocaron en “una enfermedad mental crónica”. Asegura que Whedon era “cruel y mezquino”, siendo particularmente duro con ella durante los rodajes, y que incluso intentó persuadirla de abortar cuando le comunicó que estaba embarazada. Sarah Michelle Gellar, David Boreanaz, Amber Benson y Elizah Dushku apoyaron su testimonio, y posteriormente diversos integrantes de la producción señalaron otras situaciones en las que Whedon salía igualmente mal parado por sus malas formas.

Al ser preguntado al respecto, el cineasta confiesa “no haber sido cortés” con ella cuando le informó de su embarazo, aunque niega, por ejemplo, haberla llamado “gorda” delante del equipo estando Carpenter en su cuarto mes de embarazo. “La mayoría de mis experiencias con Charisma fueron encantadoras”, asegura, y deja caer, sobre su interpretación: “A veces sufría con sus diálogos, aunque nadie remataba una frase más fuerte que ella”.

“Puedo enfadarme mucho, pero no llego a lo físico”

Whedon también alude a la regla “no escrita” que impedía que estuviese a solas en una habitación con Michelle Trachtenberg, que era menor de edad cuando trabajó en las tres últimas tandas de Buffy. Él asegura no haber tenido constancia de tal cosa, algo que confirman miembros no identificados de la producción, que hablan de una suerte de acción informal del equipo puesta en marcha después de una mala experiencia en una reunión de la actriz con el showrunner. Aunque no se le preguntó a la entonces adolescente al respecto, se la vio afectada por lo que hubiera pasado.

Del mismo modo, también responde a Cynthia Bergstrom, figurinista de la serie. Esta aseguró que Whedon la agarró y retorció del brazo lo suficientemente fuerte como para clavarle las uñas en la piel después de que tratara de mediar en una disputa entre el guionista y Sarah Michelle Gellar por el vestuario de un episodio. Whedon asegura que la historia no es “creíble”: “Sé que puedo enfadarme mucho, pero nunca hasta el punto de llegar a lo físico”.

Finalmente, en lo concerniente a Buffy, el productor reconoce que sus múltiples affaires y aventuras con actrices, fans y trabajadoras, aunque niega las acusaciones de mala conducta en el set. Una persona del equipo aseguró haber visto a Whedon teniendo relaciones con una mujer en su despacho, algo que considera “falso”. El motivo para ser tan categórico es que “vivía con miedo” de que alguien descubriese esa dinámica, expuesta años después por su primera mujer, Kai Cole. Esta aseguró que su exmarido usaba el feminismo para justificar sus comportamientos con las mujeres.

Cuestiona a Gal Gadot y ataca a Ray Fisher: “Un mal actor”

Aunque se escapa de lo televisivo, esos patrones de comportamiento también se repetían en el set de La liga de la justicia. La Wonder Woman cinematográfica Gal Gadot afirmó que Whedon la amenazó con acabar con su carrera, algo que se repite en el relato de Carpenter y de más profesionales. “Yo no amenazo a la gente. ¿Quién hace eso?”, declara, insinuando que sus problemas con la israelí surgían por el hecho de que “el inglés no es su lengua materna”.

Más duro resulta contra Ray Fisher. El actor encargado de dar vida a Cyborg en La Liga de la Justicia, empezó su particular cruzada contra Warner Bros y Whedon a cuenta del "grosero, abusivo, inapropiado e inaceptable" comportamiento de este último en el rodaje de la citada película. El realizador había entrado para tomar las riendas como reemplazo de Zack Snyder, que dejó el proyecto por motivos familiares, para encargarse de los reshoots y cambiar drásticamente el tono al largometraje. El resultado, estrenado en 2017, resultó francamente decepcionante y derivó en la cruzada por parte de los fans de Snyder contra este montaje hasta lograr que Warner concediera al director de 300 la posibilidad de que su visión original de la fábula superheroica viera la luz a través de HBO Max. Las acusaciones continuadas de Fisher, apoyadas por Gadot o Jason Momoa, dieron lugar a la investigación interna contra Whedon.

Este es particularmente duro contra el joven actor afroamericano. Afirma que si redujo su tiempo en pantalla era “porque su línea argumental no tenía sentido” y por ser este un mal actor, algo que reitera en varias ocasiones. Insinúa que sus ataques habían tenido por objetivo precisamente ayudar a conseguir que se diera luz verde al cacareado Snyder Cut y que “ni son verdad ni merecen ser debatidas”. “Estamos hablando de una fuerza malévola. Hablamos de un mal actor en ambos sentidos”, zanja.

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