Análisis

La adopción, cada vez más mediatizada por la televisión, el cine y la publicidad

En los últimos años la adopción se ha ido posicionando como un valor con proyección mediática y publicitaria además de social. Desde 2003, el número de alusiones directas a temas relacionados con la adopción en publicidad y medios audiovisuales (televisión y cine) ha crecido de forma progresiva. Si hablamos de publicidad, cada vez son más las marcas que utilizan la adopción en sus creatividades como reclamo para vender sus productos. No en vano, el número de familias adoptantes en España se está convirtiendo en una “amplia minoría” de consumidores. Cinco anuncios de TV en un año Una de las primeras marcas en abordar la adopción en sus anuncios televisivos fue Gerblé al publicitar sus galletas de chocolate y germen de trigo en mayo de 2004. En el spot una niña de origen asiático jugaba en un parque bajo la atenta mirada de sus padres mientras se escuchaba una voz en off decir: “lo mejor no es tener hijos. Lo mejor es ser madre”. En octubre de ese mismo año Indasec recuperó parte del proceso adoptivo para incluirlo en uno de sus anuncios. Una mujer preparaba la maleta y realizaba el viaje hacia un orfanato indio para buscar a su hija al tiempo que comentaba: “es algo inexplicable. No te importan los viajes, ni las colas, ni los papeleos. Lo importante es conseguir lo que quieres. Y lo consigues”. Ya en 2005, otros tres anunciantes han decidido apostar por esta temática. El primero ha sido Hyundai con su modelo Matrix diesel. Una familia se desplaza en este vehículo hacia el aeropuerto donde previsiblemente aterrizará su hija adoptiva. “Después de tanto papeleo todavía no me lo creo”, afirma el padre. El hijo que ya tiene la pareja, y que también viaja en el coche, aparece pintando un dibujo en el que juega con su nueva hermanita. “Porque lo que importa de los coches son las historias que llevan dentro”, comenta el locutor, aunque esta historia no sea reflejo de la realidad. Papeleo sí, pero los hijos adoptivos no se recogen en los aeropuertos. Prácticamente al alimón, Bosch y Nocilla emitieron sendos “spots-adopción” a finales del pasado verano. El modelo de lavadoras Logixx 9 de Bosch presentaba a unos padres que volvían a casa tras adoptar a dos niñas de color. La mayor de ellas ayuda a su padre a poner la lavadora mientras el espectador oye decir: “las familias crecen. Nuestras lavadoras también”. Nocilla, por su parte, apelaba a la relación materno-filial: “Esta es Saray, ‘niña buena’ en coreano. Con ella vinieron tantas esperanzas, tanta ilusión y muchas dudas. Quieres darle lo mejor pero ¿cómo sabes si lo estás haciendo bien? Entonces recuerdas algo que tu madre hacía por ti y te encantaba. Es única. Donde hay un niño, hay Nocilla”. Uno es casualidad, dos puede ser coincidencia, pero al menos cinco anuncios en poco más de un año centrados en un asunto tan concreto no pueden pasar desapercibidos.

La adopción se pone de moda en las series de TV No sólo el mundo de la publicidad se ha hecho eco de las adopciones. También series de televisión las han introducido en sus guiones. Algunas de forma puntual, como ocurrió con el polémico capítulo de “Aquí no hay quien viva” emitido por Antena 3 el quince de junio de 2005 en el que una pareja de homosexuales adoptaba un menor. Para otras series, sin embargo, la adopción formaba parte del hilo argumental. Por ejemplo para “Casi perfectos”, estrenada en Antena 3 en enero de 2004, donde el matrimonio de gente corriente y con problemas similares a los de cualquiera interpretado por Emilio Aragón y Yolanda Arestegui tenía dos niñas, una de ellas adoptada en China. La cadena pública TVE 1 emitió en mayo de 2004 “Diez en Ibiza”, una serie que mostraba las aventuras y desventuras de dos familias amigas en la isla Balear, cada una de ellas con un hijo adoptado. Incluso podemos encontrar ejemplos en canales autonómicos como TV3, en Cataluña. En la segunda temporada de la serie “Majoria absoluta”, difundida a partir de marzo de 2003 en este canal, la familia protagonista- ya de por si numerosa- se incrementó con un nuevo miembro: un joven ruso de origen cubano adoptado por la asistenta y el mayordomo. Un fenómeno internacional A nivel internacional el formato televisivo más controvertido ha sido, sin duda, el especial que la cadena norteamericana Fox puso en pantalla el tres de enero de este año titulado “Who is your Daddy?”. La mecánica del reality-concurso era tan simple como frívola: una mujer adoptada busca a su padre biológico entre un grupo de ocho hombres entre los que se esconden siete impostores. Si, tras tres rondas eliminatorias, la mujer acierta en identificar a su padre biológico, ganará 100.000 dólares. Pero si falla, será el “falso Papá” elegido por ella quien se embolse el dinero. También en la gran pantalla En lo que respecta al cine cabe destacar, en la misma línea, la película norteamericana del director John Sayles titulada “La casa de los Babys” (2003). Las protagonistas del filme son seis mujeres norteamericanas que conviven en un exótico hotel sudamericano y aguardan impacientes a que burocracia legal gestione sus peticiones de adopción. A este lado del charco, a finales de 2004, se estrenó en Francia “Holy Lola”, dirigida por Bertrand Tavernier. El largometraje describe el viaje de una pareja a Camboya y el complicado proceso de adopción al que se ven sometidos para hacer realidad uno de sus sueños. Fuera de la gran pantalla, aunque siempre relacionado con el séptimo arte, algunas estrellas de Hollywood –madres solteras o parejas “con y sin hijos”- también han recorrido el camino de la adopción-. Mia Farrow fue una de las pioneras con diez hijos adoptivos además de los propios, pero ha habido otras como Michelle Pfeiffer, Nicole Kidman, Sharon Stone, Calista Flockhart o Angelina Jolie.

El tabú se ha roto definitivamente. De las adopciones que en el pasado se mantenían en secreto hemos evolucionado hacia la eclosión de las adopciones internacionales. En una sociedad en la que sólo parece importar lo que sale en televisión las adopciones se han hecho merecedoras no sólo del reconocimiento social, sino también del reconocimiento mediático. En palabras de Carl Bernstein: “cuando la televisión informa sobre un hecho marginal, en ese momento deja de serlo”.

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