“Si no te bajas la 4ª temporada de 'nosequé', hoy no eres nadie”
Los guionistas que habitualmente trabajan con Andreu Buenafuente en la productora El Terrat publican 'Fuera de serie' (editorial Media Live en castellano, Columna en catalán), 20 cuentos de humor inspirados en exitosas series de televisión como 'Perdidos', 'Sexo en Nueva York', 'Dallas' y 'El Equipo A'.
El propio Buenafuente presentó hoy el libro lanzando una advertencia: “Si no te has bajado la cuarta temporada de 'nosequé', no eres nadie”, y, aunque confesó no haber visto “ni un minuto” de 'Perdidos', asumió que los guionistas de las series norteamericanas copan toda la creatividad que han perdido los grandes estudios de Hollywood.
“Mujeres desesperadas” y “Las chicas de oro”
Para responder a ese 'boom' de series, 20 guionistas de 'El Terrat' escribieron 20 cuentos a su medida. Así, Juan Cruz aporta la visión de L'Hospitalet de Llobregat a 'Mujeres desesperadas', Miguel Campion rescata a 'Las chicas de oro' en el relato 'Que bonita es Barcelona, que parece Benidorm', y David Lilo acompaña a Carrie Bradshaw y Miranda, de 'Sexo en Nueva York', de turismo por Barcelona.
El libro incluye el relato ganador de un concurso que lanzó la productora, en el que el joven Joan Boher sitúa al protagonista de Prision Break en la cárcel de Can Brians. Convertida en un recinto de lujo donde incluso cocina Ferran Adrià, conseguirá escapar camuflado entre 'castellers', aunque finalmente acabará detenido por sobrepasar el límite de 80 kilómetros por hora de las rondas de Barcelona.
“La casa de la pradera”, la serie favorita de Buenafuente
Las pinceladas surrealistas son una constante en los relatos, como el que Júlia Cot escribió inspirada en 'Perdidos' y que protagoniza un fan acérrimo de la serie que, decepcionado con su final, asesina a su creador, J. J. Abrams.
Sin olvidar clásicos como 'V', 'Vacaciones en el mar' y 'La casa de la pradera' -la serie favorita de Buenafuente-, el libro es, según José Corbacho, ideal para leer de resaca, en el baño o con una insolación en la playa, porque todos los relatos son inconexos, “como las neuronas de los guionistas”.