“La Casa Real devolvió el guión de la serie sin tocar una coma”
La exitosa y a la vez polémica miniserie Felipe y Letizia que estrenó Telecinco hace dos semanas sigue coleando. Ahora, es Amaia Salamanca quien ha respondido al terremoto mediático suscitado por la ficción, con motivo del regreso temporal de las actriz -que dio vida a la Princesa- a Madrid tras fijar su estancia en Nueva York.
Salamanca, a quien este último trabajo en la serie sobre los Príncipes de Asturias ha recolocado en lo más alto de la popularidad tras su papel de Cata en Sin tetas no hay paraíso, confiesa que “me ha pillado en Nueva York y la verdad no estoy al tanto de los comentarios. Lo que sí me consta es que ha sido la serie con más audiencia”, ha asegurado la actriz a la periodista Beatriz Cortázar en ABC.
Afirma que la Casa Real “devolvió el guión sin tocar una coma”
En cuanto a su ultimo papel, Salamanca sabe que ha sido la mejor parada de las críticas y afirma que la Casa Real tuvo el guión de la serie antes de rodarla. “Lo devolvieron sin tocar una coma”, dice. Hasta la fecha ni conoce a la Princesa Letizia ni sabe qué opina de su trabajo. “De ella me han quedado los gestos tan exagerados que hace con las manos, no hay manera que me los quite”, comenta.
Protagonizará una película sobre un sangriento reality show
La actriz explica, además, que ahora vive en Nueva York “porque quiero prepararme como actriz y mejorar mi inglés de cara al rodaje de Webcam, que realizaré en primavera. Desde que empecé a rodar no he parado y ahora siento que tengo que formarme más. no puedo confiar siempre en la suerte”.
Webcam es el debut como director del productor y guionista Antoni Sole, una película que también podrá verse en 3D y que le unirá a un reparto formado por Michael Madsen (Kill Bill), la actriz y modelo Estella Warren (El planeta de los simios), el veterano Robert Englund - famoso por encarnar a Freddy Krueger- o el joven Junio Valverde (Tierra de lobos), entre otros.
El guión, obra de David e Iván Serra y el propio Antonio Sole, tratará sobre un siniestro reality show. Un hombre ha atraído a un grupo de estudiantes a una fiesta. En el lugar ha escondido varias cámaras ocultas para transmitir todo lo que allí ocurre vía Internet, y serán los propios espectadores del reality show los que decidan, mediante sus votos, qué asistentes a la fiesta deben morir o vivir.