“Friends” se prepara para una despedida multimillonaria
Falta menos de una semana para que Estados Unidos dé el adiós definitivo a “Friends”, la sitcom con más éxito de la última década. El jueves 6 de mayo se emitirá el esperado capítulo final de la décima temporada, rodeado de un gran misterio sobre el que la NBC no quiere dar ninguna pista para no estropear lo que ya se prevé como uno de los eventos con más audiencia en la historia de la televisión. En España, la última temporada de “Friends” emitida por Canal Plus fue la octava y se espera que la novena llegue a la cadena de pago en otoño. El capítulo final, de una hora de duración, se grabó a finales de enero. El reparto dedicó tres días a ensayarlo para grabarlo de un tirón en el cuarto día. Algunas secuencias se rodaron con presencia de público, como es habitual en “Friends”, mientras que las escenas más importantes –las finales, sobre todo- se hicieron sin espectadores para mantener el secreto hasta el final. Incluso se rumorea que los productores han grabado varios finales diferentes para decantarse por uno poco antes de su emisión. La expectación que está generando el desenlace de “Friends” llevará a las cadenas norteamericanas a desembolsar más de 2 millones de dólares por sólo 30 segundos de publicidad, según el Wall Street Journal, diario que asegura que el costo de la publicidad durante este último capítulo –cuatro veces más que en su emisión regular- batirá el récord que hasta ahora ostenta la Superbowl 2004 (campeonato de fútbol americano), cuando los anunciantes llegaron a pagar 2.3 millones por un spot. En cuanto a las series, el récord lo fijó “Seinfeld” en 1998 con 1.72 millones (76.2 millones de espectadores). Pepsi, General Motors y Walt Disney son algunas de las empresas que ya han contratado publicidad en el episodio final de “Friends”. Una media de 20 millones de americanos siguen la serie regularmente, pero los expertos calculan que alrededor de 50 millones de americanos conectarán el 6 de mayo con la NBC para ver el final, la mitad de los que sintonizaron en 1983 para ver el último episodio de “Mash” (105.4 millones), y también muchos menos de los que siguieron el desenlace de “Cheers” en 1993. Eran otros tiempos. “Friends” revolucionó el género de la telecomedia “Friends” se estrenó el 22 de septiembre de 1994. Por entonces dominaban las sitcoms familiares como “Blossom” y “Un chapuzas en casa”. La serie creada por David Crane y Martha Kauffman decidió apuntar directamente a un target mucho más juvenil, y el éxito fue inmediato. “Friends” rompió moldes en el género de la telecomedia al apostar por 6 protagonistas de la misma edad. La sitcom de la NBC cambió la manera de hacer televisión y ahora se despide dejando un gran vacío que a los productores americanos no les va a resultar fácil suplir. De hecho, hasta ahora todos los intentos por encontrar a su sucesora han sido infructuosos. La más reciente, “Coupling” –adaptación de la serie homónima inglesa, también protagonizada por una pandilla de amigos, pero más transgresosa que “Friends”-, debutó en septiembre y fue retirada a los 5 capítulos por el escaso interés de la audiencia. “Friends” se saltó con éxito una ley que los guionistas en EE.UU. siguen a rajatabla :“No dejes que los protagonistas cuenten la historia, muéstralo”. “Lo normal es que los escritores tracemos una línea lo más dramática posible, que las cosas sucedan sin que las tengas que contar; sin embargo, con ‘Friends’ nos funcionó justo lo contrario; siempre nos dio más resultado reunir a los seis protagonistas y dejar que hablaran entre ellos, que enseñarlo directamente”.
Prueba del fenómeno televisivo que ha supuesto “Friends” en sus 10 años de emisión es el aumento que han experimentado los sueldos de sus actores. De 6.500 dólares por episodio que cobraban en la primera temporada, han pasado a ganar, en esta última entrega, hasta 1.2 millones de dólares por capítulo. ¿Cómo terminará “Friends”? Ése es el secreto mejor guardado. Por más que preguntan los periodistas, los guionistas no sueltan prenda. Una de las tramas en los últimos tres episodios podría girar en torno al flechazo que siempre ha sentido el camarero de Central Perk, Gunther, por Rachel. Se espera que la serie desvele por fin algunas cuestiones fundamentales sobre la pandilla neoyorquina, como: -¿Terminará Rachel con el padre de su hijo, Ross?
-¿Conseguirán Chandler y Monica adoptar un hijo antes de mudarse a Westchester?
-¿Se acostumbrará Phoebe a la vida matrimonial?
-¿Es cierto que Joey se mudará a la meca de los actores, Los Ángeles? ¿Qué será de los actores? Parece casi seguro que Joey (Matt Leblanc) será el protagonista de una spin-off (secuela) de la serie que se estrena en otoño, probablemente ambientada en Hollywood (Los Ángeles) donde Joey trata de sobrevivir como actor. El romance de Rachel y Ross, una casualidad Algunos expertos y fans de la serie coinciden en que “Friends” no hubiera tenido el mismo éxito si no hubiera existido la relación entre Rachel y Ross. Lo que muchos no saben es que su romance fue producto de la casualidad, “un golpe de suerte”, según han confesado sus creadores. “No se nos había ocurrido, pero en el piloto descubrimos que había química entre ellos y decidimos tirar por esa línea”. El lado “oscuro” de los guionistas de “Friends” Un episodio que los guionistas de “Friends” quisieran evitar es uno en el que ellos son los protagonistas: una ex ayudante de guión les ha demandado por acoso sexual. En concreto, Amaani Lyle acusa a los guionistas de hacer descripciones explícitas de cómo les gustaría tener una relación sexual con las protagonistas Jennifer Aniston y Courteney Cox, y de proponer secuencias en las que el personaje de Matthew LeBlanc, “Joey”, se convertía en un violador en serie. La ex guionista se queja de “haberse visto obligada a escuchar todos estos comentarios fuera de tono” en el lugar de trabajo. La defensa alega que la demanda de Lyle es un ataque a la libertad de expresión. La demanda fue archivada originalmente en enero de 2002 como parte de una acusación mayor contra la NBC y los productores, Crane y Kauffman, por discriminación racial y despido improcedente. Mientras que los casos por despido y discriminación no fueron admitidos a trámite, Lyle sí ha conseguido renovar su demanda de acoso sexual. Entre otras cosas, Lyle acusa a los guionistas “de hacer comentarios, gestos masturbatorios, dibujos obscenos y bromas de mal gusto sobre las protagonistas durante todo el tiempo que trabajó para ellos”.