Mi marido es un pelma
Las riñas de Eva y Emilio distan muchos años luz de parecerse a las de un matrimonio habitual. La bronca de la jornada de ayer versó sobre los turnos de la ducha (ver vídeo). Vaya por Dios. Toda la vida rogando por cinco minutos más para que luego vengan otros y discutan por quién será el primero en ducharse. El caso es que la bronca acabó con un sonoro mandato que lo pudo oír toda España: “Vete a tomar por culo” le dijo Emilio a Eva. La discusión se alargó y estuvo jalonada de varios “perdóname” de Emilio al que le siguió el correspondiente “déjame en paz”, aunque el esposo basa su aplomo en que se siente ofendido porque Eva le perdió el respeto. Ahí es nada. Todo baja en esta casa. Desciende la temperatura entre los recién casados. Y baja la del resto de los habitantes. Kaiet, que gruñe e hiberna al mismo tiempo como si fuera un oso pirenaico, se quejaba porque en la casa se discute por tonterías. Karola cree que ya no hay tan buen rollo desde que impera el plan en parejas. Y todo esto mientras que todos pacían tranquilamente en sus camas o dormidos por los sofás. Vamos chicos, movimiento Así que la organización, en todo un arranque de originalidad y viendo que los concursantes podrían quedarse dormidos hasta la noche de las nominaciones, les propuso una prueba. Un simulacro de incendio. Cada vez que escucharan las palabras calor o pozi deberían salir corriendo al jardín o a la puerta del almacén. Pero ni por esas. En otro desesperado intento de obtener imágenes para el resumen, los grandes hermanos fueron convocados al confesionario para una ardua tarea. Dibujar un retrato de sus compañeros. Pero tampoco hubo mucha actividad ni empeño. Intentémoslo con un ordenador en el salón conectado a Internet en el que se puedan escuchar las canciones con las que bombardean los resúmenes todos los días. Las nuevas tecnologías llegan a la casa del Gran Hermano. Pues ni por esas. Quizá lo que más les motivó fue el estofado de Mari. Porque luego llegaron las pruebas de lanzamiento de herradura, dardos y lazo. Pero enseguida se cansaron. A grandes males, grandes remedios, debió pensar alguien de la organización. Para arrancar algo de actividad de estos maltrechos cuerpos, nada mejor que apelar a sus bajos instintos: una fiesta. Lo que sucedió a continuación es conocido. Alcohol, multiplicado por desparrame, más un baño desnudos en la piscina, igual a censura. Hay algo de intrigante y de insano en el comportamiento de la organización. Les hace entrega de botellas para que se pimplen y una vez que retozan junto a Baco cortan la emisión. Inexplicable. Siempre queda el consuelo de que algunas de esas imágenes, por supuesto tamizadas, sean emitidas en algún resumen. Aunque como diría Belén Esteban, “pero a lo mejor ná más”.
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