Los modelos de televisión pública europea, a examen
La futura reforma de RTVE ha reavivado más que nunca el debate sobre las carencias y virtudes de nuestro sistema de televisión pública. Para aportar más datos al mismo, resulta necesaria la comparación con los modelos de los países del entorno europeo. Por otra parte, España es el único país de la Europa comunitaria que, junto a Luxemburgo, carece de un consejo audiovisual encargado de vigilar el sector y controlar las emisiones, mientras que los demás países acometen diferentes fórmulas para luchar contra la denominada “telebasura” en horario infantil, según dos artículos de Cinco Días y El País que resumimos a continuación: Según la Asociación Europea de Televisiones Comerciales (ACT), integrada por las mayores cadenas privadas (incluidas Antena 3 y Telecinco), los problemas son comunes en casi todas las cadenas públicas: la indefinición del sistema de financiación altera la competitividad y frena los cambios tecnológicos necesarios en el sector; la mayoría de las televisiones estatales sufren fuertes pérdidas, pese al respaldo de las ayudas públicas (15.000 millones, según la ACT); ofrecen programaciones que compiten con las privadas y están sometidas a presiones políticas. Los diferentes sistemas europeos, a revisión En la actualidad, la mayoría de las televiones públicas europeas se replantean su sistema. Los modelos abarcan desde los ingresos mediante una tasa que grava la posesión de un televisor (aplican el gravamen Reino Unido, Alemania y Holanda) hasta la financiación puramente por publicidad a la que se suma una garantía pública ilimitada de la deuda, como en el caso de España. En medio están los sistemas mixtos, como en Irlanda y Austria, donde la financiación procede tanto del canon como de la publicidad, mientras que en Francia, Italia y Bélgica disponen de financiación pública, canon y publicidad. Todo ello lleva, según un informe de la Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), a que la participación de las televisiones públicas (excepto la española) en el mercado de publicidad “sea en algunos casos nula o muy poco significativa (Reino Unido, Alemania) o sensiblemente inferior a la que correspondería a su audiencia (Italia)”. No es el caso de España, donde RTVE y las autonómicas compiten por la misma tarta publicitaria. España: la TV pública europea con más audiencia Este sometimiento a los ingresos publicitarios ha hecho que la televisión pública española mantenga una programación que planta batalla directa por los espectadores, con el resultado de ser la televisión pública con más cuota de audiencia entre las europeas, cerca del 49% incluyendo RTVE y las autonómicas, frente al 40.6% del ente público alemán y al 41% del francés, según datos de GECA. “El hecho de que la televisión pública española tenga una programación destinada a la audiencia y disponga de una elevada participación en la tarta publicitaria se deriva de la ausencia de un modelo de financiación” indica Jesús Sánchez, subdirector de GECA. Eso sí, las condiciones de competencia del ente público son más ventajosas que sus rivales privadas. Por un lado, cuenta con el aval ilimitado del Estado para emitir deuda, garantía que ha sido criticada en varias ocasiones por las autoridades de competencia europeas. A pesar de este respaldo, RTVE y las autonómicas no tienen más límites a la emisión de publicidad que los que se impone a las privadas, el máximo de 12 minutos por hora que marca la directiva europea de Televisión Sin Fronteras. En el resto del continente, las cadenas del Estado se rigen por normas más restrictivas: la publicidad está prohibida en la BBC; en las televisiones públicas alemanas no hay anuncios a partir de las ocho de la tarde y en las francesas FR2 y FR3 la limitación es de ocho minutos por hora. “No diría que sea competencia desleal” afirma Francisco Marcos, profesor del Instituto de Empresa, “pero en el fondo es cierto que no compiten en el mismo plano”. Desde distintos ámbitos se ha urgido a una reforma de éstos y otros aspectos de la televisión pública. Una iniciativa común en Europa se considera un paso imprescindible para el desarrollo del sector audiovisual. En España, donde la reforma se considera si cabe más necesaria, habrá que esperar a conocer las conclusiones del informe del comité de expertos. Inglaterra: La “modélica” BBC se replantea su futuro La BBC británica, considerada tradicionalmente paradigma de independencia, también se replantea su futuro y estudia acometer un fuerte plan de ajuste. Hasta ahora, su sistema de financiación, que no depende de subvenciones ni de publicidad, sino del canon que abonan los espectadores, era considerado modélico. El 94% de los 4.060 millones de euros que facturó el año pasado procedía de una tasa de 168 euros al año por televisor. En los últimos meses, sin embargo, los ingresos se han estancado y las autoridades se esfuerzan para luchar contra el fraude. La pérdida neta fue de 459 millones en 2003, según las cuentas anuales. Y en dos años, la sociedad tendrá que afrontar una dura negociación con el Estado para renovar su contrato. El ente público ha comenzado a abordar la necesidad de un plan de reorganización que amenaza desde el año próximo a cerca de 6.000 empleos, de una plantilla de 27.000 trabajadores. Según los medios locales, hay cuatro iniciativas en marcha. La primera analiza el futuro de las divisiones comerciales del grupo. En segundo lugar, los directivos estudian la posibilidad de externalizar la producción de programas. También se plantea desplazar sus actividades desde Londres a otras ciudades británicas. Por último, la directiva se centra en la eficiencia de la firma, lo que podría acarrear despidos. Con todo, la BBC espera ahorrar 2.000 millones de libras antes de que expire el contrato con el Estado en 2006. La necesidad de aumentar la eficiencia sería aún más urgente de ser ciertas las especulaciones de que el Gobierno se plantea crear otra televisión pública para introducir competencia en el servicio público británico. Medios locales señalan que el regulador audiovisual, Ofcom, ha presentado un estudio que incluye esta posibilidad. La plantilla de la BBC ha aumentado en los últimos años desde los cerca de 22.000 trabajadores con los que contaba hace una década a los 27.150 empleados de la actualidad. Aunque no son comparables por la composición (la BBC cuenta, además de las dos cadenas nacionales BBC1 y BBC2, con numerosas sociedades de producción, cine...), esa cifra hace de la BBC la televisión pública europea de mayor envergadura. La primera cadena pública alemana cuenta con 21.084 trabajadores, la RAI italiana, con 9.900; las cadenas públicas francesas, con 6.900. En España, RTVE tiene algo más de 6.000 empleados. Protección a la infancia: Espacios didácticos y de entretenimiento La audiencia infantil de Gran Bretaña, el país donde nacieron los “Teletubbies”, se nutre de una rica gama de programas de orientación didáctica o de puro entretenimiento. Las cuatro cadenas gratuitas ofrecen en la franja de tarde dibujos animados, concursos, magacines infantiles, telenovelas protagonizadas por adolescentes y series de fuerte arraigo y enfocadas a toda la familia. El segundo canal de la BBC dedica sus espacios matutinos al público infantil y el ente público cuenta también con dos canales digitales en abierto enfocados a los menores. Las producciones tienden a ser británicas. La normativa es muy rigurosa y programas como “Gran Hermano” y sus sucedáneos, lo más cercano a la telebasura que se ve en la televisión británica, están condenados a franjas nocturnas. Antes de las nueve de la noche, el lenguaje vulgar, la violencia gratuita o los desnudos están vetados en la pantalla e, incluso, los informativos vespertinos limitan el tono en sus coberturas. Alemania: Una televisión pública descentralizada La prestación del servicio público de televisión se encarga a las instituciones de radiotelevisión creados por los länder. La mayor parte de los recursos proviene del canon y en menor medida (cerca del 16%) de la publicidad, si bien la actividad publicitaria está muy acotada por la ley. Las instituciones, en principio regionales, se asociaron para ofrecer servicios en zonas de cobertura más amplias. En 1950 crearon la ARD, que emite programas a escala nacional pero nutriéndose de canales regionales. En 1963, las regiones fundaron ZDF, la segunda televisión nacional. Estas cadenas también transmiten con la televisión francesa por el canal cultural Arte y con la suiza y austriaca por el canal vía satélite Sat 3. Además, hay “terceros canales” de ámbito regional, configuración regional de la televisión que es también característica en España y Bélgica. La audiencia media del ente público alemán es del 40%. Protección a la infancia: Apuesta por las telenovelas Alemania ya tiene telenovela de producción propia. Se llama “Bianca-Caminos a la felicidad” y se emite desde ayer a las cuatro de la tarde. No es en alguno de los muchos canales privados, sino en la segunda cadena pública (ZDF), que de esta manera se lanza definitivamente a la batalla por la adolescente audiencia vespertina. En Alemania, la tarde pertenece al reino del encefalograma plano: arranca con juveniles programas de debate en los que se suelen esclarecer a fondo asuntos como “¿será que soy un cleptómano?”, “ventajas y desventajas de hacer el amor en los aseos del instituto” y “disfruto al abofetear a mis padres y me avergüenzo de ello”. Siguen los shows judiciales en los que varios tribunales televisivos fallan sobre demandas de paternidad y casos de divorcio. Las cadenas alemanas difunden una gran variedad de series estadounidenses; de remedios informativos con lo último en enamoramientos, atracos, bodas y accidentes e interminables series con las complicaciones del amor adolescente. Italia: El 20% del capital de la RAI cotizará en Bolsa La televisión pública RAI es el principal operador de televisión italiano, tanto en términos de recursos económicos como de audiencia. Se financia mediante un canon de 99.6 euros anuales que pagan quienes tengan uno o más aparatos de televisión y también con publicidad, que cubre alrededor del 50% del presupuesto. Pero se avecinan cambios profundos en el modelo. Silvio Berlusconi anunció hace un mes la privatización del 20% del capital de la RAI antes de marzo. El paso de la RAI a manos privadas estaba previsto en la polémica Ley de Televisiones, que el Parlamento reformó después de profundas disputas porque algunos grupos la consideraba inconstitucional y a favor de los intereses personales del propio Berlusconi, principal accionista del grupo de comunicación privado Mediaset. Los medios italianos cifran en 4.000 millones de euros el valor del ente público. Protección a la infancia: Contenidos familiares durante la tarde Las televisiones italianas, sujetas al pacto de autorregulación de 2002, ofrecen por la tarde una programación familiar. RAI-1 propone “La vida en directo”, un espacio-ómnibus con páginas rosa (romances, bodas, bautizos y divorcios, todo muy almibarado y con publicidad encubierta), entrevistas y apuntes culturales, y “L'Eredita”, un popular concurso con preguntas de cultura general que en España se llamó “La quinta esfera”. En RAI-2 hay maratón de dibujos animados y un informativo de deportes. RAI-3 opta por los documentales y una serie para adolescentes. Canale 5, la principal emisora de Silvio Berlusconi, se decanta por los culebrones (tres consecutivos), el resumen de “Gran Hermano” (expurgado de todo pasaje conflictivo, para evitar sanciones), un programa de sucesos y “Pasapalabra”. Rete 4, también de Berlusconi, emite un concurso para niños muy empollones y una película de romanos o del Oeste. La Sette da otra película apta para todos los públicos, seguida de un documental y de una serie americana de acción. Francia: triple fuente de financiación En las cadenas públicas francesas FR2 y FR3 disponen de financiación pública, canon y publicidad. La limitación de la publicidad es de ocho minutos por hora. Las cadenas públicas francesas cuentan con una plantilla de 6.900 trabajadores. Protección a la infancia: Programación sin insultos ni difamación La televisión francesa actual tiene poco que ver con la de la época de De Gaulle, que tenía como objetivos adoctrinar y culturizar a la ciudadanía. Desde la irrupción de las privadas, la imbecilidad ya no se camufla detrás de la cultura. Ahora se exhibe en programas de aspirantes a estrella de la canción -la privada TF1 tiene su Star Academy entre siete y ocho de la tarde-. El presidente del canal, Patrick Le Lay, declaró hace menos de un mes que su misión es “vender tiempo de cerebro disponible a los anunciantes”. Los tres canales públicos (France2, France3 y Arte) no tienen programas de telebasura propiamente dicha. La otra privada (M6) es un canal popular y joven, con concesiones a la telerrealidad. Sometida a las exigencias del Consejo Superior del Audiovisual, la programación respeta los horarios, no da cabida al insulto o la difamación, procura evitar difundir falsedades, no traspasa las cuotas publicitarias y se atiene a sus obligaciones de producción propia. Portugal: Reestructuración para reducir costes El ente público de televisión de Portugal sufrió hace dos años una grave crisis. RTP y RDP se encontraban en una situación de indefinición de los derechos y deberes como servicio público, a lo que se sumó una fuerte caída de la audiencia, que en el primer canal público pasó del 44% en 1995 al 26% en 2002. El pasivo financiero del ente público era de 1.000 millones de euros. El Gobierno inició entonces un proceso de reestructuración, que le llevó a reorientar los contenidos, liquidar sociedades no rentables, el relanzamiento del segundo canal y reducción de personal, de una plantilla de 3.324 personas en 2001 a 2.539 en 2003, con menores privilegios. Los costes operativos pasaron de 343 a 225 millones en dos años. La pérdida de explotación se redujo el año pasado a 50 millones, desde 159 en 2002. La televisión se financia con subvenciones y publicidad (limitada a 6 minutos por hora). PARTICIPA EN LA ENCUESTA SOBRE TELEBASURA DE VERTELE