Joan Botella, vocal del Consejo Audiovisual de Cataluña y presidente de la Plataforma Europea de Autoridades Reguladoras en materia audiovisual, indicó hoy que “en general, la calidad de la televisión en España no es peor que en otros países y es bastante mejor que en muchos otros países europeos tanto en términos técnicos como en términos de exigencia”, pero añadió que “lo peor que se le puede reprochar a nuestro panorama televisivo es que todas las televisiones se parecen, su enorme similitud de contenidos”. Botella impartió hoy una conferencia dentro del curso de verano de la UPNA “Cultura cívica y responsabilidad de los medios de comunicación” en la que se planteó la transformación que está viviendo la televisión a partir del desarrollo de Internet y lo que esto significa, como el acceso a contenidos o a centeneres de canales de televisión, y hasta qué punto esto puede dejar a un lado los medios de masas convencionales. Aunque, hoy en día “esto está alcanzando solamente a grupos numéricamente reducidos de la sociedad, limitado a los sectores más jóvenes e inconformistas”, explicó. Además, Botella señaló que en España “sigue planteada la cuestión de que no existe un organismo independiente que se encargue de regular sino que, a escala nacional, las decisiones las sigue tomando el gobierno, algo completamente extraordinario a escala europea”. Según el miembro del Consejo Audiovisual de Cataluña, esto de debe a dos principales causas: “A que los medios del sector no tienen demasiado interés en que esto se cree porque se puede presionar más a un gobierno que a un organismo imparcial de este estilo y a que los gobiernos creen que crear un organismo de estos significa perder poder”. Finalmente, Botella se mostró esperanzado ante la creación futura de un órgano regulador y explicó que “en España, el Gobierno tiene un proyecto de reordenación del sector audiovisul que incluye la creación de este organismo y, a escala europea, se está discutiendo en el Parlamento la nueva directiva Televisión sin Fronteras que incluye la previsión de que cada estado miembro tenga una autoridad de este estilo, por lo tanto, puede que dentro de no más de dos años, España deje de ser una excepción”.