El panorama audiovisual español actual es muy diferente al de hace tres años. En 1998, La Primera de TVE era líder de audiencia con un 26,5 por ciento de cuota de pantalla y algunos de sus programas eran vistos por 11 millones de espectadores, mientras que las televisiones no convencionales –digitales y locales- tan sólo interesaban al 2,6 por ciento de la audiencia, según ha publicado recientemente La Gaceta de los Negocios. Sin embargo, en los últimos tres años esta situación ha cambiado en favor de las TV no convencionales. Según los datos de Sofres de este último mes de agosto, TVE sigue siendo la favorita del público, aunque su cuota de pantalla ha bajado en tres puntos y ninguna de sus emisiones más vistas ha superado los 9 millones de espectadores. Por otra parte, las cadenas menos convencionales -digitales por satélite, terrestre, cable y locales- han visto ascender su share hasta un 7,5 por ciento, lo que supone, según un informe de Corporación Multimedia, que han alcanzado su récord histórico. Dentro de las televisiones no convencionales, Canal Satélite Digital lidera la audiencia con un 2 por ciento. Le siguen Vía Digital con un 1,5 por ciento, Quiero con un 0,3 por ciento, las locales con un 2 por ciento y Otras con un 1,7 por ciento. La audiencia por regiones En Canarias y Andalucía, regiones que cuentan con muchas TV locales, la audiencia de las cadenas no convencionales llega a superar a la de La 2. Concretamente en la región canaria, la cuota de pantalla de este tipo de televisiones alcanza el 17 por ciento de cuota de pantalla, por encima incluso del que registra Telecinco. En Madrid, las digitales y locales también amenazan con superar a La 2. El futuro El informe de Corporación Multimedia prevé que la cuota de pantalla de las grandes cadenas seguirá bajando en favor de la de las emisoras no convencionales, por lo que se producirá la fragmentación de las audiencias y la dispersión en la inversión publicitaria. Esta situación terminará perjudicando a las emisoras generalistas, que deberán especializarse para sobrevivir.