TV3 estrena hoy una serie sobre la vida cotidiana en el aeropuerto de El Prat (Barcelona), un pequeño mundo en el que trabajan 10.000 personas y por el que pasaron el año pasado 24 millones de pasajeros. La BBC, cadena pionera en los formatos de telerealidad en clave “docusoap” tuvo un gran éxito con su versión “Airport”, centrada en el aeropuerto de Heatrow, hace ya muchos años. “Aeroport” es el resultado de siete meses de rodaje, repartidos en 13 capítulos. La producción, responsabilidad del Departament de Nous Formats de TVC, es de Anna Freixas (directora) y Joe Peire (realizador), y nos cuenta qué hay detrás de esta compleja infraestructura. En “Aeroport” las historias comienzan y acaban en cada uno de los episodios. No hay, por tanto, continuidad. El elemento común que vertebra toda la serie son seis trabajadores que trabajan en el aeropuerto: Gloria, una supervisora de pasaje; Conchi, responsable del Puente Aéreo; Juan Pedro, un señalero cuyo trabajo consiste en aparcar aviones; Angelina, la doctora del equipo médico que hay en el recinto; Fran, relaciones públicas, y Rafael, el halconero. La serie no pretende sacar conclusiones, “ni hacer una valoración del funcionamiento del aeropuerto”, aclara Miquel García, responsable del departamento de Nous Formats, del que depende el producto. Un enfoque que comparte la productora, Montse Feliu: “Ni íbamos a buscar el conflicto, ni nos interesaba hacer mucho énfasis en algún problema que surgiera en aquel momento”. En el capítulo de hoy, una joven con destino a Eivissa intenta embarcar dos crías de pato en un contenedor no homologado y sin avisar. El problema se resuelve con diligencia. Un retraso de 55 minutos en un vuelo de puente aéreo se salda con un pasajero que abandona el avión sin ningún gesto de contrariedad. Y la doctora Angelina atiende a una joven colombiana de una crisis de ansiedad, con resultado positivo. TV-3 ha hecho de las docuseries (historias reales protagonizadas por personajes anónimos) uno de los referentes de la cadena. A través de este formato, los telespectadores han podido entrar en los juzgados, vivir en un barrio, seguir a enfermos, jugar a veterinarios o, más recientemente, asistir a un parto en directo.