'La suerte': un taxista y un torero encabezan esta amable comedia que lucha contra la polarización
Paco Plaza es un hombre de contrastes. Hablamos del director que firmó la trilogía más taquillera de la historia del cine de terror español ([REC]; 2007-2012) tras haber codirigido primero OT: La Película (2002)—en ambos casos junto a Jaume Balagueró—. Y también del que va a estrenar, con apenas unos días de diferencia, una antología de Halloween (V/H/S) para una plataforma de nicho (la norteamericana Shudder) y la comedia que ha creado para la mismísima Disney+. Teniendo esto en cuenta no es extraño que dicha comedia, titulada La suerte, vaya precisamente de contrastes: los que existen entre David (Ricardo Gómez), un joven taxista antitaurino, y 'Maestro' (Óscar Jaenada), un veterano torero que rompe su mala racha gracias a él.
Tras 'Una serie de casualidades' —el subtítulo que acompaña al nombre de la serie, disponible desde este miércoles 8 de octubre—, el primero acaba convirtiéndose en el chófer oficial del segundo, que no deja de salir por la puerta grande cada vez que David le lleva a una plaza de toros. A partir de esta improbable situación se va forjando una amistad igual de improbable entre ellos y entre el taxista y la cuadrilla del torero, de la que forman parte su hermano Ramón —interpretado por un torero de verdad, el ya retirado Óscar Higares— y sus dos amigos: el inquietante Marchena (Pedro Bachura) y el entrañable Jero (Carlos Bernardino), que se erige aquí como el personaje 'robaescenas' de la serie gracias a su gracia y su exagerada risa.
Subidos en el taxi de David, los cinco recorren España dentro de la gira taurina de 'Maestro'. Al principio lo hacen para disgusto del joven conductor, que esperaba pasar un verano tranquilo compaginando su trabajo como taxista con sus estudios para ser abogado del Estado. Sin embargo, poco a poco le irá cogiendo el gusto a su nueva vida y a eso de despertarse un día en Benidorm, otro en Zaragoza y otro en Málaga junto a un grupo de peculiares seres con los que no puede tener menos cosas en común. Pero es justo aquí, en las diferencias entre uno y otros, donde está la gracia de La suerte, que reivindica la necesidad de dejar a un lado los prejuicios y respetar a todo aquel que piensa y tiene unos gustos opuestos a los nuestros.
Taurinos y antitaurinos tienen voz en 'La suerte'
Puede que Plaza sufriera estos mismos prejuicios cuando estrenó Romasanta. La caza de la bestia (2004), su primera película de terror, poco después de haber contado la primera gira musical de los Bisbal, Chenoa y compañía tras su salida de la Academia, aunque es más probable que la necesidad de reivindicar este mensaje se deba, simple y llanamente, a que España está más polarizada que nunca.
El cocreador de la serie, Pablo Guerrero, comparte este mensaje que La suerte transmite mediante los guiones de Diana Rojo y Borja González Santaolalla, la pareja detrás de #Luimelia (2020-2021), comedia derivada de Amar es para siempre (2012-2024) y dos de sus personajes principales, Luisita y Amelia, con los que la célebre serie diaria buscaba arrojar algo de luz en tiempos oscuros (el final del franquismo y el inicio de la Transición, dos épocas difíciles para los homosexuales).
Salvando las múltiples distancias, La suerte pretende hacer algo parecido con la amistad de David y 'Maestro'. Hacerlo a través de la tauromaquia, tema polarizante donde los haya, es una declaración de intenciones. Y también un acto de valentía, pues poner a un torero en el centro de la trama hará que más de uno no se acerque a La suerte. Y los que lo hagan, probablemente lo harán yendo con los prejuicios por delante, ya sea creyendo que la serie es un alegato en favor de las corridas de toros o todo lo contrario. Sin embargo, esta atípica comedia no es ni una cosa ni la otra, pues muestra un profundo respeto por el mundo del toreo, pero no esconde que su superviviencia corre peligro en una sociedad cada vez más sensibilizada con los animales y que ve la tauromaquia como el reflejo de una España que no debería tener cabida en el futuro.
En este sentido, La suerte no juzga ni a unos ni a otros, simplemente expone su opinión. Por supuesto, habrá quien eche en falta más arrojo a la hora de abordar esta cuestión, ya que la serie no se posiciona de ningún lado en ningún momento. Probablemente porque sus responsables sienten que un cometido así, tan grande, no debe ser asumido por una serie de televisión. Por ello prefieren encogerse de hombros y asumir que la tauromaquia solo es —aun siendo mucho— uno de los múltiples temas que separan a la ciudadanía española. Uno formado por personas representadas por 'Maestro' y su cuadrilla, a las que al final se les acaba cogiendo cariño a pesar de todo, que es lo que La suerte pretende en mayor o menor medida.
Una reivindicación de lo mejor de España
Aun así, la serie no solo funciona como un reivindicación del tolerar al que piensa diferente, sino también como una reconciliación con nuestro país. Aunque la España de 2025 sea la de la corrupción, la intolerancia y la crisis de la vivienda, entre otros muchos problemas, también es una España multicultural y diversa, tal y como se aprecia en los seis episodios de la serie; cada uno de ellos rodado y adaptado a una ciudad diferente. La España que refleja La suerte es la que veranea en la playa tras un año de duro trabajo, disfruta al máximo de las fiestas de su pueblo o se viene arriba cuando suena Fiesta Pagana. En resumen, es esa España que, con corridas de toros o sin ellas, nunca debería desaparecer.
Por supuesto, el clásico de Mägo de Oz suena en La suerte. Y suena como lleva haciéndolo 25 años en todos los rincones de nuestra geografía: de madrugada y con una copa en la mano. Su letra y su melodía forman uno de los grandes tótems culturales de la España del Siglo XXI. Cuéntame es otro de ellos. Y ambos se dan la mano a través de Ricardo Gómez, que aquí da otro paso hacia adelante en su afán por construir una buena carrera televisiva al margen de la mítica serie de La 1. Ya lo dio con La Ruta (Atresplayer), una de las grandes series de 2022, y hasta con Romancero (Prime Video), que aun siendo fallida, resultó ser una de las propuestas más diferentes de la cosecha de 2023. Ahora, con La suerte, se apunta otro tanto en esta dirección.
Y con él, Óscar Jaenada, que tras haber dado vida a personajes históricos como Camarón, Cantinflas y Hernán Cortés, aquí interpreta a un torero ficticio, pero a buen seguro inspirado en más de uno de la vida real. Su 'Maestro' es el personaje más rico e interesante de la serie: a ratos enigmático y solemne, a ratos cómico, pero siempre interesante de ver en acción.
Así es durante la primera y así esperamos que sea durante la más que posible segunda temporada, que debería ver la luz tarde o temprano tras el final abierto de la tanda inicial. Es decir, que La suerte apuesta por ser una serie en una época en la que casi todo lo que se hace en España son miniseries. Otra prueba más de que, de vez en cuando, a Paco Plaza le gusta ir a la contra.