Crítica

'Un nuevo amanecer', la tragicomedia de José Corbacho que nos pide a gritos una reflexión

José Corbacho y Yolanda Ramos en una escena de 'Un nuevo amanecer'

Gabriel Arias Romero

Candela Nieto es una conocida artista que colabora con uno de esos programas de televisión que buscan talentos insospechados. Un día, en plena emisión, sufre un desmayo. De su nariz cuelga un hilo de sangre. Ahora, todo el país sabe que Candela, además de ser artista, también es adicta a las drogas.

“Yo controlo” es su palabra preferida. Pero no, no controla. Nadie controla. Hartos de ella, sus jefes la apartan de las cámaras y le piden que ingrese en un centro de tratamiento de adicciones. Necesita ayuda urgente para poner orden en su caótica vida.

La historia de Candela Nieto es fruto de la imaginación de José Corbacho y es el punto de partida de Un nuevo amanecer, la serie que se estrena este domingo 10 de marzo en Atresplayer. El famoso humorista catalán vuelve a dirigir un proyecto de ficción con trasfondo social tras sus experiencias en esta línea de Tapas (2005) y Cobardes (2008), aunque en este caso no cuenta con la colaboración de Juan Cruz sino de Belén Macías, codirectora.

Yolanda Ramos interpreta a la desdichada celebrity que ha caído en desgracia por ese lamentable momento televisado. La actriz se mete en la piel de otro de esos personajes absurdos a los que se les coge cariño. ¿Será por ella, que es genuina en cada una de sus apariciones?

Comentaba Corbacho en una entrevista con verTele que visitó un centro de adicciones (por un asunto familiar) en el que se encontró con una mujer idéntica a Yolanda Ramos. La actriz se convirtió desde ese momento en la principal candidata a protagonizar la nueva producción de Atresmedia con un personaje al que inevitablemente se le compara en cada gesto (salvando todas las diferencias, vaya esto por delante).

El carisma de la catalana es siempre un aliciente para quienes la siguen en todos sus proyectos, desde el icónico Homo Zapping (2003) hasta la añorada Paquita Salas (2016), además de innumerables programas de televisión, series y alguna que otra película como Amor de madre (2022) y Carmina y amén (2014), por la que estuvo nominada en los Premios Goya. Un nuevo amanecer le da el papel protagonista que merece.

Los dos primeros episodios –los únicos que nos ha facilitado Atresplayer– se abordan desde el humor y la sátira, aunque Corbacho promete que la serie también contiene ciertas dosis de drama. El director ha huido de la “frivolidad” porque es consciente del problema que representan las adicciones. Pero no sólo las drogas. La sociedad, añade, es adicta a otras muchas cosas, casi todas permitidas y ampliamente aceptadas. Fiel a este planteamiento, menos sesgado, Un nuevo amanecer se convierte en un rosario de vicios cotidianos.

Dejando a un lado determinadas actuaciones poco o mal trabajadas, la serie funciona correctamente. Es divertida y no se hace larga. Se agradece la brevedad de sus capítulos, cuya duración no supera los 30 minutos.

También reman a favor de obra las actrices Cecilia Freire (La chica de nieve) y Abril Zamora (Todo lo otro), que interpretan a dos trabajadoras del centro de adicciones en el que ingresa Candela Nieto.

Partiendo de que la realidad, por cruda que sea, tiene siempre ciertas dosis de comicidad, Corbacho ha querido tejer un relato ambivalente que refleja las miserias de nuestra sociedad y, más concretamente, los peligros del mundo del espectáculo, donde es fácil verse deslumbrado por el éxito, y es aún más fácil acabar despedazado por las hienas que se ocultan tras las cámaras.

Un nuevo amanecer lo plantea como una sátira y se ríe de ello, sin dejar de lado el drama que conlleva una vida tan lamentable como la de Candela Nieto, rodeada de malas influencias y alejada de las personas que verdaderamente significan algo para ella. La serie tiene más enjundia de lo que parece, tanta como le queramos dar.

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