Las otras polémicas de Eurovisión: así valoran Finlandia y Malta la censura de la UER por ser “demasiado sexual”
Eurovisión 2025 se está viendo manchada de nuevo por la polémica participación de Israel y su utilización política en plena masacre en Gaza. Sin embargo, mientras la delegación israelí campa a sus anchas por el festival ante la inacción de la Unión Europea de Radiodifusión, que ha aprobado su canción pese a sus claras referencias a la situación, otras dos participantes han sido censuradas sorprendentemente por la organización por motivos llamativos como ser “demasiado sexual” o incluir una palabra en su letra con doble significado... también sexual.
Hablamos de Erika Vikman, candidata de Finlandia, y Miriana Conte, la representante de Malta. Dos divas pop que debutan este jueves 15 de mayo en la segunda semifinal del festival en busca de una plaza el próximo sábado 17 en la gran cita del estadio St. Jakobshalle de Basilea (Suiza), tras tener que modificar sus propuestas para adaptarse a unos requisitos que parecen de todo menos justos, teniendo en cuenta el contexto. Un asunto del que las dos charlan con verTele, con una conclusión clara: “Las mujeres poderosas son un problema para el mundo”.
Por poner a nuestros lectores en situación, la primera en sufrir este año la censura de la UER fue la artista de Malta, que ganó la preselección de su país con una canción titulada Kant (significa “canto” en maltés) y que fue vetada por el festival debido a su posible doble sentido. Y es que su estribillo “serving kant” podía entenderse en inglés como “sirviendo coño”, una expresión muy popular actualmente que no pasó el filtro de Eurovisión, mientras que el Zorra de España sí lo hizo hace sólo un año. La solución de la delegación ha sido silenciar la palabra en la canción, e introducir un sonido similar al de un orgasmo femenino en su lugar.
Apenas unos días después conocimos la segunda censura de la edición, en este caso con la candidata de Finlandia como protagonista. En este caso su canción Ich Komme sí pasó la criba, pero no lo hizo su actuación y vestuario lucido en el UMK local, ya que para los organizadores era “demasiado sexual”.
En ese show de la preselección, la artista no mostraba grandes partes de su cuerpo ni tampoco realizaba ningún movimiento obsceno, pero a la UER le pareció que debía rebajarlo para adecuarse a un espectáculo familiar. Todo, ignorando que en 2024 [y otros años anteriores] ese mismo público familiar pudo ver a hombres en tanga en las actuaciones de España y la misma Finlandia, solo por poner dos ejemplos, sin que nadie pusiese el grito en el cielo por ello.
Erika Vikman: “El mundo quiere censurarnos”
En un encuentro con la representante finlandesa, producido en el marco de la PrePartyES de Eurovisión Spain, desde verTele cuestionamos a la propia protagonista sobre cuál fue exactamente la petición que le trasladó la UER, para conocer de primera mano qué partes de su show no estaban permitidas en Eurovisión.
Su respuesta fue clara: “Ellos opinaban que la propuesta completa era demasiado sexual. La UER nos pidió rebajar el tono, y además tenían problemas con mi traje de latex, con el hecho de que se me viera parte del culo. Es muy extraño porque todo el mundo ha visto un culo en su vida, en la cultura pop es habitual... pero tenemos que lidiar con ello”, expresó a este medio.
En la cultura pop es habitual, y también en Eurovisión, donde edición tras edición hemos visto a artistas en tanga. Hace sólo un año, en el Malmö Arena, su compatriota Windows95Man pudo hacerlo. También los bailarines de Nebulossa, César Louzán y Iosu Martínez. Ante ello, Vikman también tiene respuesta: “Esto es porque el mundo no está preparado para las mujeres. Esto es así. Siempre que una mujer lleva el control, o que su energía sexual es el sujeto, resulta un problema. Pero si la mujer es el objeto, eso parece que está bien”.
Erika Vikman admite que le sorprendió recibir esta censura de la Unión Europea de Radiodifusión: “En Finlandia vivo en un contexto muy abierto, así que cuando me lo dijeron pensé '¿qué broma es esta?'. Al principio no podía creer que la UER me estuviera pidiendo que rebajase el tono. ¿Vivimos en los 80, o vivimos en 2025? Sentí como si estuviéramos de repente en los 80, con las mujeres teniendo que taparnos y sin poder mostrarnos fuertes y poderosas sobre el escenario”, asegura. Tuvo que plegarse a ello, aunque desde entonces no ha dejado de soltar 'recados', como recogimos.
La intérprete de Ich Komme, que mostrará por primera vez su actuación modificada este jueves en la segunda semifinal, afirma que es algo “injusto”. “No es algo que pase únicamente en Eurovisión, esto evidencia cómo está el mundo y cuál es la situación actual. Como he dicho, el mundo no está preparado para las mujeres”.
Prueba de ello es la censura que también ha recibido Miriana Conte, representante de Malta: “El mundo quiere censurarnos, tirarnos abajo y rebajarnos, pero pese a todo seguimos adelante con energía positiva para sacar adelante nuestro trabajo. El público de Eurovisión es muy abierto de mente, muy positivo, queer… así que Miriana y yo haremos todo por ellos. Si alguien nos derrumba, no nos importa”, zanja.
Miriana Conte, “decepcionada” por la censura de la UER
La aludida, que en su caso ha sido censurada por la UER debido a que el término “kant” de su propuesta musical podía tener un doble significado sexual, también habla con verTele sobre lo sucedido. Sin embargo, frente al tono combativo de su compañera, ella es más prudente y prefiere no levantar la voz... al menos de momento.
Cuestionada sobre el veto de los organizadores de Eurovisión a la palabra clave de su canción, afirma que le decepcionó, pero que no cambia el sentido ni intención de su presentación: “Siendo honesta, no tuve mucho tiempo para procesar mis emociones y no había mucho más que pudiese sentir sobre tener que cambiar la canción. Me decepcionó, obviamente, pero la esencia de la canción es la que es y aunque cambies una palabra, o añadas otra, va a seguir siendo lo mismo”.
Conte, de origen italiano, se queda con lo positivo de todo, que es el apoyo que recibió entonces del público y de sus compañeros, y se muestra ilusionada con la posibilidad de que los asistentes en el St. Jakobshalle sí puedan corear la palabra censurada: “El público puede hacer lo que quiera, y yo serviré lo que he ido a servir”.
Sobre las palabras de Erika Vikman recogidas en líneas superiores, asegura que se “alinea mucho” con ella. “Las dos hemos intentado hacer algo fuera de lo común, también por eso nos hemos hecho grandes amigas. Hemos hablado mucho las dos sobre este asunto, y creo que cada persona puede tener su opinión”, zanja.
Dos 'divas' de top-10 que consiguen al fin su sueño eurovisivo
Erika y Miriana afirman que ser las dos perjudicadas por el filtro de la UER las unió hasta convertirlas en mejores amigas. Dos artistas inseparables en esta edición de Eurovisión 2025 que competirán este jueves por una plaza en la gran final del festival para ver culminado el sueño de sus carreras. Y es que ambas saben lo que cuesta llegar allí, ya que este es su segundo y quinto intento -respectivamente- por representar a Finlandia y Malta ante Europa.
“Ha sido mi sueño muchos años así que estoy muy feliz, emocionada y preparada para ganar”, afirma rotunda Vikman, que en el momento de publicación de este artículo figura como una clara candidata a entrar en el top-5 de la final. “Estoy muy agradecida porque respeto mucho al público, y estoy muy contenta de que la gente entienda cuál es mi mensaje. Los eurofans son mi tipo de público, así que tenemos una gran conexión. Estoy muy feliz de ser una de las grandes favoritas”.
Con el sueño de convertirse en una estrella del pop en Europa, la cantante finlandesa confía en su seguridad escénica para firmar un buen papel: “En el UMK tuve algunos problemas para escucharme y eso me hizo estar muy nerviosa, pero si me escucho bien estoy muy feliz y emocionada sobre el escenario porque me encanta estar ahí, es mi lugar seguro en el mundo”.
En la misma línea se pronuncia Conte, que asegura que Eurovisión es algo que lleva persiguiendo toda su vida: “Mi sueño es entrar en la final, porque Malta no ha entrado en los últimos años, y también que mi familia esté orgullosa de mí”. “Tengo algo de presión porque mi canción ha hecho mucho ruido. Sin embargo, el año pasado nuestra representante lo hizo perfecto y no entró en la final”, añade.
Si consiguen o no su objetivo lo sabremos este jueves 15 de mayo, al borde de la medianoche, cuando concluya la segunda semifinal de Eurovisión que emitirá La 2 desde las 21:00 horas. Ahí también veremos cómo han adaptado finalmente dos actuaciones que, inexplicablemente, no pasaron el filtro de la UER tal como fueron concebidas.