Entrevista

Raúl Gómez vuelve a casa para 'buscar el Nirvana': “Mediaset ahora está en transición y no para de intentarlo”

Raúl Gómez, presentador de 'En busca del Nirvana'

Laura Pérez

Tras recorrer el mundo como el Maraton Man de Movistar Plus+ y probarse en los concursos de la mano de TVE, Raúl Gómez vuelve a la que un día fue su casa, Mediaset, para sumarse a una experiencia televisiva que es nueva para él: el mundo reality. El presentador es la apuesta de Cuatro para ponerse al frente de En busca del Nirvana, el regreso de los 'tróspidos' a la televisión, que se estrena este lunes 4 de diciembre con el humor por bandera y la ambición de dar una alegría a un grupo que no pasa por su mejor momento.

Me dices hace un par de años que iba a presentar un reality, y habría dicho que seguramente no”, confiesa el también actor y humorista en una charla con verTele, previa a su debut. Un estreno que asume con ilusión y con el aprendizaje de que su trabajo ya está realizado, y la recepción del público es algo imprevisible e incontrolable.

“Ya he aprendido a no preocuparme por lo que no puedo controlar”, responde al ser preguntado por si le inquietan las audiencias que su nuevo programa pueda cosechar. “Sé que Mediaset ahora está en un momento de transición y lo bueno es que no para de intentar cambiar esta tendencia que ahora mismo debería ser mejor. Ojalá tenga audiencia, ojalá haya segunda temporada y ojalá Mediaset vaya cogiendo el lugar en el que debería estar”, añade.

En ese sentido, Raúl Gómez opina que “en la televisión en abierto a lo mejor no se arriesga tanto como hace unos años porque la competencia es muy grande”, y afirma que En busca del Nirvana “tiene un puntito diferente a lo que la gente lleva viendo en los últimos tiempos”: “El mundo 'tróspido' es como un TikTok de 50 minutos”.

¿Qué te llevó a aceptar este reto de presentar un reality con personajes tan disparatados como los de 'En busca del Nirvana'?

No lo sé. A mí me dices hace un par de años que iba a presentar un reality, y habría dicho que seguramente no. Pero es que me presentaron el proyecto y se juntaban muchos ingredientes que me gustan. Uno es viajar, otro es Nepal... además era Warner [la productora], que sabía lo que son capaces de hacer con su magistral edición, y después me presentaron a estos diez concursantes y dije: 'de aquí sólo puede salir una locura. Me sumo'.

Lo he disfrutado mucho porque iba por estrenar, y para ellos también el verme a mí, que muchos ni me conocían, ha sido una sorpresa. No era el típico presentador de realities, así que para ellos ha sido una novedad. Ha sido todo muy nuevo y hemos hecho un viaje muy curioso y muy divertido. Yo lo he vivido como un espectador de lujo porque mi labor era darles las herramientas para jugar, y ellos se han dejado llevar.

¿Pero has tenido wc y duchas...?

Sí [ríe]. Yo tenía todas las comodidades del mundo, y me gustaba ver al día siguiente cómo venían de no dormir. Más allá de la risa, ha sido bonito ver sus transformaciones desde el primer día hasta el último programa. En la mayoría hay una evolución bien chula.

¿Conocías a los participantes de verles en otros programas? ¿Ibas con algún prejuicio?

No soy un gran consumidor de realities en general, así que me sonaban todos pero no conocía a ninguno en profundidad. Soy un tío que no prejuzgo porque no me gusta hacerlo, iba sin prejuicios y a conocerlos. Creo que es la mejor manera de enfrentarse a estos diez concursantes. Ellos también vieron que yo no prejuzgaba, y me llegué a emocionar. He llorado con ellos durante el programa y eso es muy chulo.

Este mundo es como un TikTok de 50 minutos, tiene la magia de edición que te hace de una secuencia que no pasa nada, algo delirante

¿Crees que puede haber espectadores que, como tú, se sienten por primera vez el lunes a ver un formato 'tróspido' y les guste?

Creo que la gente echa de menos el mundo 'tróspido'. Hace muchos años que no se hace un reality así. Estamos acostumbrados en los últimos años en Mediaset a realities de todo tipo: mucho de amor y de desamor, donde a veces el conflicto es el protagonista. Esto es el mundo 'tróspido', que no sé cuántos años hace del último, y hay una generación de una gente joven que no lo ha visto nunca. Este mundo es como un TikTok de 50 minutos, tiene la magia de edición que te hace de una secuencia que no pasa nada, algo delirante. La gente lo va a coger con ganas. Además, este programa no se basa en el conflicto, sino en el humor. Y viajamos a Nepal.

Tú ya conocías Nepal por otro proyecto anterior. ¿Qué es lo primero que enseñaste a los concursantes?

A decir Namasté, y que cuando fuesen a comer pidiesen que no llevara picante. Además, Nepal es un sitio muy guay porque hay una mezcla de contrastes bestial, hay muchas religiones que conviven muy bien, y muchos han visto la pobreza como nunca la habían visto en su vida. Enfrentarse a una vida absolutamente alejada de ellos ha sido muy bueno para ellos.

¿Has descubierto cosas nuevas respecto a cuando viajaste allí con 'Maraton Man'?

Cuando fui con Maraton Man lo disfruté por primera vez, y cuando vives algo por primera vez todo te sorprende, te alucina y lo gozas al 200%. Esta vez ya he ido sabiendo lo que había. Hemos ido por zonas parecidas y he ido con una tranquilidad absoluta. Sólo me he dedicado a disfrutar del lugar y de los concursantes, y ha estado bien porque ha habido mucha convivencia.

¿Te gusta más hacer programas fuera de un plató?

A mí me gusta estar fuera de un plató, alejado de los focos. Y si puede ser viajando mejor, pero me encanta contar historias y mostrar a personas de otros lugares. Me gusta no estar cómodo, no dormir bien, la incomodidad de viajar.

¿Cómo os acogió la gente de Nepal?

Hay personas en Nepal que todavía sueñan con ellos [los concursantes]. Hicieron una maleta sin saber dónde iban, y algunas de ellas visten alegremente y felices por el mundo. Y en Nepal había personas que nunca habían visto nada parecido. No podíamos ir a templos con según qué vestidos, o al crematorio al que fuimos para grabar una de las secuencias.

¿Ha habido algún templo en el que no os hayan dejado entrar en el vestuario?

Sí, claro. No puedes ir a un templo con escote o minifalda, igual que no puedes entrar en una iglesia desnudo. Entonces como no se puede, y había concursantes que no llevaron más ropa que esa, tuvieron que taparse para entrar. Siempre teníamos alternativas porque sabíamos qué iba a pasar. Ellos también se han ido adaptando y está guay. El programa es entretenimiento sin más. Aquí no salvamos vidas, intentamos que la gente pase un buen rato. No sé si alguno encuentra el Nirvana, pero creo que sí han encontrado cositas.

¿Y tú?

Yo no, yo el Nirvana lo tengo en casa. Pero me regalan lo contrario.

Sé que Mediaset ahora está en un momento de transición y lo bueno es que no para de intentar cambiar esta tendencia que ahora mismo debería ser mejor

'En busca del Nirvana' es un reto por el momento por el que atraviesa Mediaset actualmente. ¿Te preocupan las audiencias? ¿Crees que va a funcionar?

Ya he aprendido a no preocuparme por lo que no puedo controlar. Sé que Mediaset ahora está en un momento de transición y lo bueno es que no para de intentar cambiar esta tendencia que ahora mismo debería ser mejor. Hay muchos proyectos que están bien, pero que no acaban de enganchar. Este programa ya está hecho, ya hemos grabado y editado los diez episodios y no puedo hacer nada más que sentarme y disfrutarlo. ¿Enganchará? Pues ojalá que sí. Ojalá tenga audiencia, ojalá haya segunda temporada y ojalá Mediaset vaya cogiendo el lugar en el que debería estar. Pero como no depende de mí, me dedicaré a lo que sé. Si funciona, fantástico. Y si no funciona, pues lo hemos intentado. Hemos hecho una cosa divertida y entretenida, y buscaremos otra opción.

¿Qué supone para ti que confíen en ti para esta nueva Mediaset?

La última vez que estuve en Mediaset, si no recuerdo mal, fue con el último ¡CQC! de Cuatro, y en Negocia como puedas. Ahora vuelvo y estoy contento. Justo este mes se cumplen 20 años desde que empecé a trabajar en televisión. Empecé en Vitamina N en Barcelona, y mi primera vez en televisión nacional fue en TNT, que hace más años que una playa. Que después de 20 años sigan confiando en mí me parece maravilloso y doy gracias a quien me propone cosas. Y me mola que siga habiendo cosas que me apetecen. Cosas muy diferentes entre sí, porque esto no tiene nada que ver con Maraton Man, pero es entretenido y los concursantes van a sorprender.

Eres el presentador que más viaja...

Estamos Jesús Calleja y yo. Ojalá me dejen seguir viajando, me encanta. Lo peor, ahora que soy padre, es dejar a las niñas. Con En busca del Nirvana estuvimos rodando cinco semanas...

¿Cuántas veces pensaste en coger un avión y volver a casa?

En cinco semanas echas de menos lo que tienes en casa. Tenía un calendario y como los carcelarios, iba tachando días. Pero debo reconocer una cosa: la primera vez que vi a los concursantes pensé que eran únicos en su especie, personajes absolutamente televisivos, y les he cogido cariño. Es imposible no hacerlo. Les vamos a coger cariño todos porque se quitan capas y muestran qué hay detrás de muchos de ellos. Hay inseguridades, vidas complicadas... que salen también a relucir y es muy bonito que hagan ese viaje y se limpien por dentro. En estos momentos que la salud mental es tan importante, algunos de ellos nos dan una lección.

Has hablado de la magia de Warner al editar tus formatos. ¿Has revisitado algún reality de la productora para coger el tono 'tróspido', o te has dejado llevar?

No me gusta imitar a presentadores, creo que cada uno hacemos nuestro trabajo a nuestra manera, y si me llaman a mí no creo que sea para imitar a Luján Argüelles, que es otra presentadora que ha estado en Warner. Ella es única en su especie y yo soy yo, no tengo nada que ver. No vi a nadie. Llegué allí y lo intenté hacer a mi manera, siempre con una sonrisa y desde el respeto absoluto a todos los concursantes, a país y al equipazo del programa. Hacer un reality como este en un país tan lejano y con un grupo de 60 personas no es nada fácil. No he revisitado tampoco programas para ver cómo va a quedar porque sé que son muy buenos los de Warner.

Dices que 'En busca del Nirvana' va a dar muchos memes y estrenáis el lunes contra 'OT 2023', que es un programa que tiene mucho peso en redes sociales. ¿Crees que os puede perjudicar?

Al final estamos aquí para promocionar y para que la gente se entere, y todos desde Mediaset haremos lo posible para que todo el mundo sepa que estrenamos programa. Es verdad que Operación Triunfo es un animal televisivo, pero si no es OT es otro programa. Cada día hay competidores tremendos de todas las cadenas y no puedes pensar en las plataformas, porque siempre hay cosas. La tele está tremendamente dividida y la gente la ve poco. Vamos a intentar que la gente joven venga y nos dé una oportunidad.

Hablando de redes sociales, ¿te gusta leer lo que se comenta y saber la opinión del público sobre tus proyectos?

A mí me entretiene. No hago mucho caso a lo mano, como tampoco a lo bueno. Hay gente a la que le va a gustar y le va a parecer una obra de arte televisiva, y otra que diga '¿pero qué es esto?'. Los seres humanos a veces nos quedamos sólo con lo malo que nos dicen y yo intento pasar absolutamente de eso, pero me hace gracia leer los comentarios y también los artículos.

En la televisión en abierto a lo mejor no se arriesga tanto como hace unos años

¿Crees que 'En busca del Nirvana' puede ser un nuevo fenómeno como lo fue 'La isla de las tentaciones'?

No sé si será un Gran Hermano, o un Operación Triunfo 1, pero lo bueno de este programa es que es nuevo a todos los niveles. Los espectadores saben que es un reality, pero no saben qué se van a encontrar. Van a ver una mezcla de formatos diversos y puede ser... Y es verdad que este programa es un generador de momentos virales y surrealistas.

¿En la televisión se arriesga poco?

En la televisión en abierto a lo mejor no se arriesga tanto como hace unos años y se va a grandes concursos o a formatos testados fuera. Es complicado arriesgar porque la competencia es muy grande, y hay que ser muy valiente. En busca del Nirvana no sé si es arriesgado o no, pero sí tiene un puntito diferente siendo algo que ya hemos visto hace unos años, en la manera de contar. Es un producto diferente a lo que la gente lleva viendo en los últimos tiempos. Y bueno, arriesgar siempre es guay. Cuantas más cosas diferentes tengamos para ver, mucho mejor.

Etiquetas
stats