Alberto Chicote vuelve con sus Pesadillas: “A veces entiendo que la gente no se lo crea”
Desde el 15 de diciembre de 2016, cuando Pesadilla en la cocina emitió la última entrega de su quinta temporada en laSexta, no se ha visto a Chicote en televisión intentando reflotar restaurantes en apuros. Un contador que se pone a cero este miércoles.
La cadena de Atresmedia estrena a las 22:30 horas la sexta temporada de Pesadilla en la cocina, y Alberto Chicote nos reconoce que tenía muchas ganas de volver a ver en pantalla su programa: “Yo sólo con que estemos ahí ya estoy feliz”.
El chef televisivo nos deja claro que en estas nuevas entregas mantiene su misma esencia porque “no puedo hacer de una persona que no sea yo”, aunque sí avanza que innovan en los tipos de restaurantes y los sitios.
En Pesadilla en la cocina “la realidad supera siempre a la ficción”, y Chicote nos explica que hay muchos momentos increíbles que se quedan fuera por tener que resumir una semana de trabajo en apenas 50 minutos: “Yo que estoy ahí a veces entiendo que la gente no se lo crea”.
El cocinero triunfa también fuera de la televisión, con tres restaurantes ya abiertos en Madrid, pero mantiene las mismas ganas del principio: “Seguiré feliz haciendo de todo”.
Casi un año y medio después de acabar la emisión de la temporada 5, y no sé cuánto después de grabar esta temporada 6, ¿te acuerdas de todo lo que pasó?
Hay ganas ya. No recuerdo hace cuánto terminamos de grabar esta, pero fue hace tiempo, porque ya tenemos grabada la séptima. La verdad es que se me cruzan a veces algunos casos. Igual uno que hice de los primeros en la séptima temporada dudo de qué temporada era, o me confundo si era de la quinta o de la sexta. Pero una vez que estoy focalizado en el programa, ahí ya no se me olvida nada.
¿Cómo has llevado la espera?
La he llevado trabajando y con muchas ganas. Una vez que has hecho un trabajo, siempre quieres tener el feedback del público, ver qué tal ha sido. Yo acabé la sexta temporada muy contento con lo que hicimos, y claro te gusta que el público también lo vea. Llevo mucho tiempo leyendo cada día por las redes sociales que cuándo vuelve Pesadilla en la cocina. No ha habido día en este año y medio en el que mínimo dos o tres personas, y me quedo corto, me hayan preguntado. Pues ya vuelve Pesadilla en la cocina, por fin.
¿Y sabes si la séptima puede llegar a continuación de esta sexta que lanzáis ahora?
No lo sé. De hecho, yo me entero de cuándo son las emisiones por el Twitter. Veo que se estrena este miércoles y digo: “¡Coño! ¡Mira tú qué bien!”. Pero no lo sé. Yo sé que tenemos dos temporadas completas grabas, pero no sé cuándo se se va a emitir. Las temporadas anteriores han sido más o menos largas, y siempre ha funcionado bien. No sé cómo decidirá laSexta emitir, pero yo sólo con que estemos ahí ya estoy feliz.
¿Los restaurantes que visitaste cómo han llevado todo este tiempo sin el impulso de salir en TV? ¿Quedan abiertos?
Sí quedan, sí. Desde luego. No puedo decir más, porque es lo que termina cuando acaba cada programa, pero sí quedan. Evidentemente, es de perogrullo, cuanto antes estén en TV, mejor para el restaurante. Pero ese empuje que ellos reciben. Pero siempre digo que Pesadilla no es sólo un programa de televisión, y que si son capaces de seguir unas pautas y cambiar la manera de hacer las cosas, su porcentaje de posibilidades de seguir adelante aumenta ostensiblemente.
¿Qué Chicote vamos a ver?
Eso es más o menos igual, porque yo no puedo hacer de una persona que no sea yo. Porque ni estoy preparado, ni creo que supiese. Lo que sí que cambiamos, y procuramos hacerlo, es el escenario del juego. Buscar espacios que sean diferentes, restaurantes distintos, visitar sitios en los que no hayamos estado nunca. Por ejemplo, esta sexta temporada arranca con un restaurante chino de los de toda la vida en Girona. Era algo que el público nos pedía desde hace tiempo, ver cómo funcionaba un chino, y lo encontramos. Grabamos un programa que es de los mejores que hemos hecho nunca.
Carlos Bianche, uno de los guionistas del programa, nos contó que llegaban a dejar fuera momentos reales que os habían sucedido porque la gente ni se los iba a creer, ¿es cierto?
Es muy curioso, porque cuando se habla de guionistas en Pesadilla en la cocina, te imaginas que hay alguien escribiendo un diálogo, cuando lo que hacen es intentar imaginarse lo que puede ocurrir. Y luego nunca ocurre. La realidad supera siempre a la ficción. Tú puedes tener una escaleta de trabajo, intentar que nos cuenten algo, saber por dónde ir, o solucionar el conflicto de una persona. Pero al final, cuando estás grabando, yo que estoy ahí a veces entiendo que la gente no se lo crea. Por ejemplo en la quinta temporada, cuando fuimos a Utrecht y Fermín me recibió gritando “¡Santo Chicote!” y poniéndome un altarcito con velas y todo, pues no lo crees. Pero es que él es así.
¿Se quedan fuera muchos momentos por cosas así?
Es que no nos cabe todo. En 52 minutos, cabe lo que cabe. Hay veces que estoy grabando y pienso que podríamos sacar un doble programa, para dos miércoles. Hay gente que te da más, y gente que te da menos. Por ejemplo con Antonio de El Rocío nos podríamos haber tirado un mes, porque parecía que no se acababa nunca. Es que se vio a Antonio yéndose a hablarle a la Vírgen una vez o dos en todo el programa, pero en una semana de trabajo no sé las veces que se fue. ¿Y qué haces, lo pones todo? Al final, para contar lo que tenemos que contar, no hace falta. Para el trabajo que se ve, nosotros grabamos una semana. Se queda muchísimo material fuera.
¿En qué punto están tus otros proyectos televisivos, Top Chef y los especiales sobre alimentos?
Está todo en stand by. La cadena por lo que sé lo tiene guardado para esperar a darle, imagino, que salida, y yo estoy aquí dispuesto a que me digan “vámonos” en cualquier momento.
Por cuestión de cadenas, ¿es imposible verte en MasterChef, aunque sea de visita? ¿Te lo han propuesto?
Claro. Tanto una cadena como otra, son plenamente conscientes de cuáles son las necesidades y las imposibilidades. Mis compañeros de MasterChef saben que yo no puedo ir allí, y nosotros sabemos que cuando hacemos invitados en Top Chef no podemos invitar ni a Jordi ni a Pepe ni a Samantha, que nos encantaría porque son buenos amigos y buenos cocineros. Estos temas de la tele lo impiden. Yo tengo contrato de cadena con Atresmedia, y eso implica una exclusividad.
¿Ves que la apuesta de la televisión por la cocina se está desinflando un poco?
Yo no creo que sea cuestión de la cocina o no, sino de que las cadenas deciden tirar por un sitio o por otro. Por ejemplo en la televisión de pago los formatos de cocina crecen y se siguen viendo un montón. Yo creo que la cocina llegó al prime time de la TV con Pesadilla con mucha fuerza, y que no se va a ir. De hecho, me parece que Pesadilla en la cocina es el único formato que sin haber emitido una temporada, haya grabado ya la siguiente. No conozco ningún otro formato que sin haber emitido una temporada y testeado cuál es el resultado, la cadena se haya arriesgado a grabar una más.
¿Esperabas que se convirtiera en un buque insignia de laSexta?
Cuando empecé a grabar Pesadilla, no sé si fue en la segunda o la tercera temporada, hablando con gente de la productora Warner, les decía que yo sigo pensando que Pesadilla puede ser casi casi eterno. Que puede tirar para adelante durante muchísimo tiempo. Porque a la gente le gusta mucho, y si lo medimos es un formato que todo el mundo está deseando recibir, y deseando ver cómo funciona.
Tus negocios en Madrid crecen y se multiplican, ¿hay Chicote televisivo para rato, o vas a centrarte más en ellos que en la TV?
Al final los días que no grabo, me tiro yendo de un sitio para otro. Menos mal que los tengo cerca. Yo monté los restaurantes porque me gusta, pero también porque tenía en quién confiar para tirar adelante con todo el negocio. En este caso tengo a mi mujer en Yakitoro, y a Pedro Olmedo que es como mi hermano en Puerta del Sol. Mientras tenga todo esto y las fuerzas me aguanten, yo seguiré feliz haciendo de todo.